María Corina, una amenaza para la paz

Una amenaza es un delito consistente en amedrentar a alguien o a un grupo de personas con el anuncio de la provocación de un mal grave con malas consecuencias para los intimidados. Es decir, una amenaza es un gesto, una expresión o una acción que anticipa intención de perjudicar a terceros en caso de que la persona amenazada no cumpla con ciertas exigencias. Quien amenaza promete un mal futuro, por lo general ilícito, impuesto y determinado con el objetivo de causar miedo, ansiedad a la persona y a los grupos amenazados. El intimidado puede verse obligado a actuar de cierta manera o de realizar alguna acción requerida por quien lo amenazó.

Venezuela, después de su independencia se ha visto amenazada, primero, una vez emancipada del reino de España algunas monarquías europeas le ofrecieron a los ibéricos tropas para reconquistar su antigua colonia, algo que no se pudo, dado que no estaban dadas las condiciones. Sin embargo estas aspiraciones nunca se descartaron, dado el afán expansionista de los vetustos imperios europeos. Fue hasta 1902, durante la presidencia de Cipriano Castro, cuando Venezuela se vio amenazada por el Reino Unido, los reinos de Italia y Alemania que bajo la diplomacia del cañoneo llevaron a cabo el bloqueo de las costas venezolanas. Tal asedio se llevó a cabo con la excusa del incumplimiento del pago de una deuda ilegal (intereses desmesurados) que nuestro país contrajo con dichos países. Por fortuna el bloqueo y la agresión fue solventado en virtud de los protocolos firmados en Washington el 13 de febrero de 1903 con los agresores y con otras naciones.

Con la aparición del primer pozo petrolero comercial en Venezuela, llamado Zumaque I, en la región de Mene Grande estado Zulia, el 15 de abril de 1908, nuestra capital pasó de ser una zona rural a una urbana. De igual modo, aquel país fundamentado en una economía ganadera y agrícola cambió a una economía petrolera. A pesar de este afortunado descubrimiento y del auge de la producción petrolera, las empresas extranjeras encargadas de la explotación, refinería, distribución y comercialización del crudo, tales como la Royal Dutch Shell, la Gulf y Standard Oil comenzaron a mirar con avidez el territorio venezolano en su afán de obtener concesiones de los gobiernos para adueñarse del negocio petrolero.

Con la aparición del petróleo nuestro país comenzó a ser amenazado por los países cuyas compañías petroleras tenían presencia en Venezuela, tales como EEUU, el Reino Unido y lo Países Bajos. Amenazas que se convirtieron en el derrocamiento de los presidentes que se oponían a la copiosa ganancia que dichas compañías obtenían, en menoscabo de los dividendos que los gobiernos aspiraban obtener en el negocio del crudo. De esta misma forma se comportan las empresas extranjeras en los países, como Irak, Libia, Irán y otros países productores, donde había grandes pozos petroleros.

Con la idea de proteger las economías nacionales los países productores de crudo se crea la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), fue en 1960 cuando Venezuela se une a esta, junto con otros países productores del llamado oro negro, como Arabia Saudita, Irán, Irak y Kuwait. Tal organismo fue creado para coordinar y unificar políticas de petroleras de los países miembros, una manera de arrebatarle de las garras el negocio del crudo a las compañías extranjeras.

Durante más de un siglo las empresas dedicadas a la industria de la energía (carbón, petróleo y gas) intervinieron en la política de los gobiernos, una amenaza permanente donde existían grandes pozos petroleros. A tal grado fue esta injerencia que la existencia de este mineral, tan apetecido por las empresas energéticas, se convirtió en un peligro para aquellos gobiernos que no eran complacientes con el Departamento de Estado de USA y la UE. Estas amenazas se concretó con las rebeliones de Irak y Libia, que condujeron al derrocamiento y asesinato de sus presidentes, además, a golpes de estados, saboteos a las labores de gobierno, la alteración de la paz y la concordia, como en el caso de Venezuela. Todo esto financiado por aquellos gobiernos imperiales.

No cabe duda, para llevar a cabo todo lo descrito en el párrafo anterior, en tales países productores de crudo, fue necesaria la presencia de quintas columnas, es decir, traidores y vendepatrias, que se prestaron a tales perturbaciones del orden local. Venezuela, el país con la mayor reserva probada de crudo, está constantemente amenazado por EEUU, la UE y por las avaras corporaciones energéticas para lograr su objetivo, que no es otro que apoderarse de nuestra riqueza petrolera y de otros minerales estratégicos. Para alcanzar sus fines prepararon a un grupo de líderes anodinos que vienen operando en el país desde hace veinte años, con el único fin de desestabilizar y derrocar a los gobiernos de Chávez en un principio, ahora el de Maduro. Entre aquellos se destacan el bobo de Guaidó, Capriles, Leopoldo López, Antonio Ledezma, Borges y otros. Sin embargo, a pesar de tener más de dos décadas conspirando, pretendiendo derrocar al gobierno, a pesar del dinero que le han robado a la USAID, al gobierno de EEUU, a la UE y a las ONG, no han podido lograr su objetivo. Es decir, derrocar los gobiernos democráticos que el pueblo venezolano eligió mediante el voto universal, directo y secreto, que dio origen a la democracia participativa.

No fue por un olvido que dejé de lado a la goda María Corina Machado. Esta la traidora merece un aparte como la principal amenaza de la paz de Venezuela, esto, por ser la representante del gobierno de EEUU y de las funestas corporaciones energéticas para entregar nuestras riquezas a quienes le financian todo su accionar conspirativo y entreguista. La goda MCM ya no disimula la voluntad entreguista de nuestro suelo patrio a las garras de las grandes corporaciones, de un país que tiene más de 100 años obteniendo enormes beneficios a costa de las desgracias de millones de venezolanos.

La goda MCM fue venderle al país al expresidente Bush, pregona su alianza con los miembros del partido republicano de EEUU y sin miramiento también se le arrastra a los diputados y senadores demócratas. Apoyó descaradamente a Bidem a quien le pidió que aplicaran más sanciones al pueblo venezolano y luego respaldó a Kamala Harris en la gesta electoral. Se vanagloria de mantener contacto (vía Zoom) con Marco Rubio, enemigo declarado de Venezuela y exhibe con orgullo una entrevista con el hijo de Donald Trump, además felicita al rubicundo presidente por la suspensión de las licencias petroleros a la Chevron, la cual contribuirá a debilitar el ingreso al país de divisas que tanto necesita para solucionar los graves problemas. Dificultades que son consecuencia de las medidas coercitivas y unilaterales que la goda solicitó a los gobiernos de EEUU y la UE.

La goda MCM, en su accionar político, durante estos últimos 20 años se ha comportado como la mercenaria Satanás. Durante estos lustros se convirtió en una amenaza para la paz de Venezuela: solicitó una invasión militar formada por tropas extranjeras para derrocar al presidente Maduro, se empalmó con las peores lacras sociales de hampones, criminales, narcotraficantes, conspiradores, mercenarios, terroristas, entre tantos vagabundo para desestabilizar el país mediante actos terroristas y motines violentos que dieron origen a muertos, heridos, destrucción de bienes públicos y privados, fue cómplice del intento de magnicidio contra el presidente Mduuro. Además, aplaude las acciones del gobierno estadounidense que atentan contra el bienestar del pueblo venezolano, como es boicotear los servicios indispensables (agua y luz). Así mismo, es responsable de financiar el saboteo refinerías petroleras y gasoductos que representa un grave peligro para la comunidad por tales detrimentos.

La goda MCM es una amenaza para la paz del país, desde su escondite incita al odio, transgrede los valores fundamentales de la democracia solo para satisfacer su codicia y su afán de poder que nunca lo tendrá. Ya sabe que no llegará a la presidencia por elecciones por ser una mentirosa, una antipatria, una desvergonzada, una mujer entregada a los intereses de empresas extranjeras, un azote, quien por su ego no se permite ver más allá de sus narices. Por esto no se da cuenta, que más allá está hay un pueblo que la detesta, que la aborrece, que desea vivir en paz, gobernado por un connacional y no por un extranjero o una persona que le lama las botas a un gringo rubicundo. Ya basta María Corina, el petróleo es de todos los venezolanos, no de la Exxon Mobil, quienes desean vivir en paz, tanto los nacidos en esta patria como los no nacionales que comparten su vida con nosotros. La paz es un derecho humano y no una concesión de otro. Por esto es bueno recordarle a la goda MCM las palabras del ensayista inglés William Hazlitt: "Los que están en guerra con los demás, no están en paz consigo mismo". Lee que algo queda.



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Enoc Sánchez


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