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Con apoyo de EE UU y los imperios europeos (Alemania, Francia, Inglaterra y Holanda), el María Corino Machado (MCM) de 1902, el general (a juro) Manuel Antonio Matos (MAM), compra un barco y lo equipa con 175 toneladas de máuseres, 180 toneladas de municiones, albardas, cañones y variado material bélico, y colabora en esta artera acción agentes colombianos (los eternos traidores contra la patria de Bolívar). Cual un perfecto Marío Corino, MAM envía este mensaje contra Cipriano Castro en inglés de manera idéntica como lo suele hacer MCM contra el presidente Maduro: "CASTRO’S DAYS ARE NUMBERED. HIS CRIMINAL REGIME CANNOT STOP A NATION DETERMINED TO BE FREE" ("Castro tiene los días contados. Su régimen no puede detener la determinación de una nación a ser libre"). Le hace un llamado al pueblo para que le acompañe a restaurar la democracia, y bautiza su revolución «La Libertadora». Antes de entrar en acción lee una proclama igual a las que con frecuencia lanza María Corina Machado: «Atento a esta cruzada redentora, acudo presto trayendo todos los elementos de guerra necesarios para vigorizar nuestra voluntad y hacer lo irresistible y, al mismo tiempo, para servir de unión entre todos los venezolanos; para salvar de la ruina a nuestra querida Venezuela».
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El barco de MAM es bautizado «El Libertador», el cual recibe escolta y protección norteamericana en todos los puertos: Curazao, Trinidad, Martinica, Guadalupe y Barranquilla. Y la revolución que provocará MAM se denominará REVOLUCIÓN LIBERTADORA. Cipriano Castro tiene información detallada de su itinerario, y lo ha declarado BARCO PIRATA, y en respuesta a esta agresión internacional, el 1º de marzo de 1902, el gobierno de Venezuela decreta la suspensión de todas las obligaciones del crédito interior y exterior. De inmediato se activa el sabotaje interno de los mercenarios extranjeros establecidos en el país, el proto-nazi Herr G. Knop se niega a trasladar por tren a las tropas del gobierno, para facilitar así la entrada de los piratas. Castro con los cojones bien puestos, responde rápidamente ordenando clausurar el ferrocarril alemán y que se meta entre rejas a Knop, en La Rotunda. Entonces se alborotan las legaciones británica y alemana; se multiplican las traiciones a la patria. Con ataques concertados avanzan contra Castro los conocidos caudillos Ramón Guerra, Luciano Mendoza y Antonio Fernández.
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La «revolución libertadora» espera la llegada de MAM por oriente. Por el Táchira vienen caudillos de todos los colores y por lo llanos se aproxima el invencible Luis Loreto Lima. El general Super MAM no está propiamente al frente de la gran invasión sino que la dirige por intermedio de emisarios desde Trinidad, él echado en una poltrona y tomando sol con una copa de champaña, en el Queen’s Park Hotel. Todo lo que Super MAM está gastando en el Queen’s Park, le será cobrado con creces a Venezuela, a los hijos de los pobres diablos que avanzan hacia Caracas, con intenciones de borrar a Castro del escenario político nacional. MAM recibe a diplomáticos, realiza conferencias, organiza opíparos almuerzos y cenas, brindis y francachelas en el Queen’s Park Hotel. Una multitud de mesoneros, traductores, secretarias, amanuenses está presta a cualquier hora del día para coordinar las acciones que desde la piscina del hotel ordene el conspirador. Al tiempo que «La Libertadora» avanza y MAM va aumentando de peso (perdiendo condiciones) en el Queen’s Park Hotel, los periódicos poderosos del mundo continúan arreciando sus ataques de la manera más desquiciada contra el mandatario venezolano. Ya no hay mesura de ningún tipo. Una caricatura que reproducen más de diez mil periódicos en el mundo pinta a Castro alborotando un avispero que tiene la forma del globo terráqueo. En esta campaña llevaron la batuta The New York Times, el Times y el Daily Mail, de Londres; Le Temps, de París, North American Review, The Forum y The Sun y el Kidderadatash, de Berlín.
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Para los primeros días de octubre de 1902, La Libertadora ha ocupado las tres cuartas partes de Venezuela, apoyada por las fuerzas navales francesas que bloquean Carúpano, asedian Cumaná y Río Caribe. Los medios de comunicación mencionados arriba se vanaglorian de reportar la próxima caída del «monito» quien, según ellos, ya se encuentra boqueando, y próximo a coger las maletas y sus cambures, y dejar el pelero en huida por el Orinoco. Super MAM ya ha ingresado al país porque le dicen que Castro está en plan de fuga y él se lo cree; en realidad Castro le ha salido al frente, dejando a Juan Vicente Gómez en la Presidencia. Castro asume el mando militar para enfrentar a sus enemigos donde se presenten. Cuando MAM llega al centro, pide los informes para enterarse de la situación en Caracas, y es entonces cuando cae en cuenta que hace falta una decisiva batalla. Se apresta para darla en La Victoria, persuadido de que sus 15.000 hombres representan una fuerza imbatible, muy superior a los 6 mil de Castro.
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Se encuentran las dos fuerzas en el sitio de La Victoria, y ls pocas horas de iniciarse el combate, Super MAM Matos no lo puede creer: sus frentes son destrozados. Él los ve con sus binóculos bañados en oro salir en desbandada; MAM «en pantuflas, sentado en fina hamaca de hilo y a la sombra de un paraguas blanco o verde», se persigna, pide agua con soda y se envuelve en una manta. Rómulo Betancourt en su magna obra "Venezuela – Política y Petróleo" escribirá: «El pueblo y la juventud inconforme acudieron, atropelladamente, a empuñar las armas que distribuía el vapor Ban-Righ… Era el país en armas CONTRA UN RÉGIMEN ODIADO POR EL PUEBLO. Catorce mil hombres llegaron hasta La Victoria, a escasas horas de Caracas. Allí se estrellaron frente A LAS TROPAS DEL DESPOTISMO…» Pero todo eso, en términos de Betancourt, lo iba a vengar el emperador del big stick, su admirado y bravo Teddy Roosevelt, el del lenguaje del restallar de fusta. A mister Teodoro Roosevelt todavía le quedaba tiempo para reírse a mandíbula batiente del «mico gracioso, el monito villano» que sólo sabe responder con proclamas altisonantes y escenificación de farsas de politiquilla aldeana a las incursiones de piratería de las escuadras inglesa y alemana sobre La Guaira y Puerto Cabello.