REFLEXIONES SOBRE UNA DENUNCIA PUBLICADA EN APORREA EL 08/06/03
Coincidiendo con la apreciación clínica que el Dr. Eliécer Alvarado hace de la situación lamentable a que se han visto reducidos los hospitales del I.V.S.S., tengo que disentir de su diagnóstico y más aún del tratamiento que propone.
El tema da para mucho mas que una denuncia que por mas justa y pertinente que sea, resulta inútil y hasta contraproducente si no se la contextualiza de manera adecuada. Dice el Dr. Alvarado que "inexplicablemente, desde mediados del 2002, los centros hospitalarios comenzaron a desmejorar. dejaron de recibir los dozavos para la adquisición de insumos hospitalarios.". En primer término debo señalarle al Dr. Alvarado que lo explicable o inexplicable de un evento nunca es una cualidad de este, sino una limitación en las herramientas cognoscitivas del observador, de modo que si suprimimos la palabra "inexplicablemente", puedo seguir estando de acuerdo con sus apreciaciones. El I.V.S.S., se encuentra hoy en una severa crisis financiera no por la ineptitud o deshonestidad de sus autoridades -y aclaro que este tema queda abierto para mas adelante- sino por un conjunto de factores entre los que me parecen determinantes los siguientes:
Efectivamente, desde mediados de 2002 empezó el deterioro que observa el Dr. Alvarado, asociado a una drástica disminución de la recaudación obrero patronal. Esta recaudación que hasta el 11 de abril del año 2002 venía en un promedio de 2,3 millardos de bolívares diarios, cayó a 1,8 millardos luego de que en aquella fecha, algunos sospechamos que hubo un golpe de estado, pese a que el Tribunal Supremo no se dio por enterado. y parece que el Dr. Alvarado tampoco.
Adicionalmente, en el Paro Cínico Golpista de diciembre-febrero pasado, hubo días en que la recaudación no alcanzó los 50 millones de bolívares, con lo que caímos en mora hasta con la sagrada nómina. En aquellos meses, la banca saboteadora se negaba a recibir las planillas de liquidación tanto del SENIAT como del I.V.S.S.
Por si todo esto fuera poco, el principal deudor del I.V.S.S., su deudor más maula es el propio Estado Venezolano que con un pasivo de más de 550 millardos de bolívares representa el 45 % de la cartera de cuentas por cobrar de nuestra institución.
Además del cuadro financiero arriba descrito, el artículo 86 de la Constitución, empieza con las siguientes palabras "Toda persona tiene derecho a la seguridad social como servicio público de carácter no lucrativo.". En consecuencia al mandato constitucional, el I.V.S.S., que cuenta apenas con menos del 3 % de la infraestructura pública asistencial del país, atiende hoy el 45 % de la demanda de servicio y al menos en el hospital donde trabajo, el 67 % de la demanda proviene de compatriotas no asegurados y es de observarse que hoy -por fortuna-, para ser derechohabiente solo se requiere ser persona.
La condición anterior está reforzada por haberse desmantelado la red nacional hospitalaria en la descentralización irresponsable heredada del gobierno que presidió la momia del Dr. Caldera y sus más cercanos curadores. Actualmente, los hospitales públicos no dependientes del I.V.S.S., están en manos de gobernaciones y alcaldías que como en el caso de Miranda, Carabobo y Distrito Federal, lejos de cumplir su función la sabotean, ocasionando un incremento de la demanda de servicio sobre el I.V.S.S que resulta de todo punto inabarcable dentro de unas limitaciones financieras cuyas causas creo que fueron suficientemente explicadas arriba.
De modo que acojo con entusiasmo la sugerencia que hace el Dr. Alvarado a nuestro querido presidente para que visite de incógnito los hospitales del I.V.S.S. Gozaría enormemente si me viera un día de frente con Hugo Chávez y puesto que nuestras reservas internacionales están "buchonas" según Giordani, seguramente le diría lo mismo que Cristo en la Cruz: "Padre. ¿porqué me has abandonado?".
Un tema que me parece superficialmente tratado por el Dr. Alvarado es su referencia al Sr. Miguel Salazar, a quien atribuye una especie de "chavismo blindado" que le daría categoría de artículo de fe a las denuncias que reparte como Zeus desde su columna en Quinto Día. Este Caballero cuenta con el respaldo del Sr. Carlos Croes, lusinchista de vieja cepa y lamento decirle, Dr. Alvarado, que un sujeto tan equilibrado entre Chávez y Los Adecos, es con toda evidencia un "Cuerda Floja". Le adelanto también que toda su campaña contra Edgar González -por el que no estoy poniendo las manos en el fuego- no tiene mas causa que la remoción de una prima suya odontóloga, de un oscuro cargo de "sacamuelas". nepotismo puro. y del más vulgar.
Quizá debiera haberlo hecho al principio, pero igual vale ahora presentarme. Soy el Jefe de Mantenimiento del Hospital "José María Vargas" de La Guaira y comparto las quejas pero no la actitud plañidera del Dr. Alvarado que reclama escarmientos en lugar de soluciones. Nosotros tenemos funcionando solo dos de los cuatro esterilizadores. El Hospital que debería tener 400 camas, funciona solamente con 177 por deterioro de su infraestructura. De 8 quirófanos solo funcionan tres. La lavandería solo funciona en un 20 %. El agua nos llega cada 12 o 15 días y la planta de emergencia no siempre arranca cuando se le pide porque no tenemos recursos para comprar dos miserables baterías.
Ante estos lamentables hechos tenemos que vigilar las baterías exhaustas dos veces al día, hacemos más ciclos de lavado con la única lavadora que tenemos y más cargas de esterilización con menos equipo. Hemos practicado un pozo que no satisface todas nuestras necesidades de agua pero las alivia con un racionamiento estricto y con el apoyo del Plán Bolívar, hemos podido agenciarnos los insumos mínimos para efectuar un promedio de casi 300 cirugías mensuales.
Ya ve querido Doctor, la ruina de la infraestructura se puede y se debe paliar con moral revolucionaria y no con autos de fe donde soñamos quemar en la hoguera a este o aquel personaje cuya honra está en la picota por obra y gracia de un periodista de dudosa credibilidad que se adjudica dotes de Torquemada.
Por último y puesto que no se trata de eludir el tema de la corrupción, debo informarle que si en esta administración, se ha puesto sobre el tapete se debe en gran parte a que han sido notables los casos denunciados y extirpados. Pensar lo contrario sería tanto como suponer que la corrupción se acaba cuando no la denuncia algún Miguel Salazar.
Antes bien, me consta por haberlo vivido en carne propia que la campaña de difamación contra las autoridades de este hospital se inició justo cuando empezamos a quebrar los privilegios obscenos de la mafia sindical Adeca y de algunos negociados con insumos que se desviaban discretamente hacia la práctica privada y a costillas del erario público, casos sobre los que podríamos gustosamente ilustrar al Sr. Salazar para que se llene de gloria publicándolos.
No tengo motivos para dudar de su compromiso con este proceso hermoso en el que nos estamos jugando el futuro de nuestros hijos y nietos, por eso le exhorto a no desmayar. Tenemos mucho que aprender de los denostados médicos cubanos. Supongo que no habrá visto ninguno en su hospital, pero si se aventura usted algún día barrio adentro, les verá viviendo en casas de familia, comiendo y durmiendo con su gente, que dicho sea de paso, es la nuestra. entrañablemente nuestra y pasando consulta en cuartitos improvisados muchas veces por la propia comunidad que les asume como hijos. En estos barrios caraqueños, la gente no ha oído hablar del "cierre técnico" y quizá les pasa lo que al abejorro, que vuela sin tener condiciones para hacerlo porque nunca estudió aerodinámica.
Me despierto algunas mañanas con la sensación de que al asomarme a la ventana veré una vieja foto que se me quedó grabada en la niñez. Una ciudad alemana bombardeada en 1946 -creo que era Dresden, pero no lo recuerdo- No quedaba piedra sobre piedra y la gente buscaba algo que comer entre los escombros, mientras los soldaditos gringos repartían chocolates para hacerse los simpáticos, igual que ahora nuestros verdugos hacen "teletones" para repartir migajas entre los niños de la calle. En Diciembre-febrero fuimos bombardeados y tenemos que esconder las lágrimas en rabia y en coraje para salir adelante. Total, un plato de sopa no le falta a nadie que esté con el pueblo. También los platos vacíos se comparten.
(*)C.I. 7.998.472
Jefe de Mantenimiento del Hospital "José
María Vargas" de La Guaira