Nuestro equipo vino tinto tiene mucho que reflexionar. Ayer vimos por las
pantallas del televisor a un grupo de jugadores (no todo el equipo) en una
conducta malcriada, arrogante e inmadura. Richard Páez tiene que sentarse a
hablar seriamente con sus jugadores y lo más pronto posible.
Primero, lo que hizo Cichero con la pelota valía una tarjeta roja y no
entiéndo como NO se la sacaron. Eso fué una burla para el equipo peruano. No
se puede o debe subestimar a los equipos rivales en ningún deporte. Ninguno.
Y mucho menos creer que por meter 2 goles se tiene agarrado a Dios por la
chiva.
Ganaron un partido, NO la copa. Todavía hay un largo camino por recorrer
para llegar a la final y si lo van a hacer con esa arrogancia (de algunos),
créanme que no llegarán muy lejos.
Segundo, el árbitro pitó una falta al jugador Páez, que en vez de respetar
la desición del árbitro, hizo un berrinche y hasta incitó a los espectadores
a pitarle al árbitro. ¿Qué conducta es esa?
En el primer partido nuestro equipo jugó con una mejor actitud a pesar que
el árbrito NO pitó un penalti que era evidentemente a favor de Venezuela.
Estas cosas lamentablemente pasan pero el juego debe continuar.
En el deporte hay que ser humilde y justo. Si yo voy a un mundial, una
olimpíada o copa, quiere decir que tengo las condiciones para competir en mi
especialidad al igual que mis rivales, por lo tanto NO los puedo subestimar.
Siempre debe haber respeto por el contrincante. Siempre.
He sido una atleta de competencia casi toda mi vida. He ganado campeonatos,
medallas y trofeos, pero jamás, JAMÁS, he subestimado a mi rival.
Nuestros jugadores de la vino tinto tienen mucho que reflexionar en relación
a la conducta que deben mantener el campo. Por experiencia les digo que con
la humildad se ganan muchos trofeos.
ivanka27@hotmail.com>