Estoy trancado, con un poco de ideas revoloteándome en la cabeza, sin estabilizar ninguno de mis pensamientos.
Hasta hace poco era un comunista radical, en el mejor sentido de la
palabra (de la raíz), pero de un tiempo para acá, una cantidad de
confusiones se han metido en mi cabeza y no me dan tranquilidad, me
reafirman que lo único que tengo claro en esta lucha, es que no quiero
dejar de ser comunista.
En la disciplina comunista todo es menos complicado, un poco más claro,
la unidad es el fundamento de nuestra fuerza, las contradicciones son
muy difícil que salgan de casa, por las costumbres clandestinas que se
quedaron arraigadas en nuestras conductas, las discusiones se hacen con
menos publicidad, porque tenemos respeto por los camaradas y nos
preocupamos por entender nuestras debilidades y estabilizar nuestra
fortalezas, los gritos y contradicciones evitamos mostrárselos a los
terroristas mediáticos, para que no saquen provecho a debilidades
humanas que tenemos, porque nuestro ego amaneció un día diciéndonos en
la vergüenza, que somos los mascaclavo de la partida.
Cuando pienso en ideología, no me cuadran posiciones individualistas,
la unidad se me presenta por encima de cualquier interés y me hago
débil en las reuniones, aceptando todo lo que signifique, solidaridad y
compromiso.
La conducta y preparación necesaria en un comunista, no tiene que
parecerse en nada a una conducta cuarta republicana, la herencia
política que traemos de nuestros padres tienen que desaparecer en este
proceso revolucionario, no es justo que nuestro máximo líder después de
ser un militar formado en un cuerpo, donde se suponía no había
posibilidad de cambiar, haya cambiado y a nosotros se nos haya quedado
un adeco y un copeyano incrustado en los huesos, que no nos permite
encontrar la unidad, porque somos verdes por fuera y blancos por dentro.
En los días por venir, voy a dedicarme a reforzar mis pensamientos,
para evitar que mi cabeza me haga flaquear un día y esta cantidad de
contradicciones que me producen mis compatriotas con sus divisiones,
pueda clarificarlas antes que sea demasiado tarde para volver a la
línea que nunca he podido dejar.
Se que por nuestro proceso somos capaces de cualquier sacrificio, la
unidad exige que asentemos nuestros pensamientos, que nos demos cuenta
que el futuro está en riesgo y que nuestro máximo líder el HOMBRE QUE
EMPUJA, esta dejando la vida en el intento, porque no deslastra
conductas del pasado y lo acompañamos en este camino que es el único y
definitivo POR AHORA, por que PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS y HASTA LA
VICTORIA SIEMPRE.
ENTRAR A LA GUERRA Y ABANDONAR LA LUCHA, ANTES DE CONCLUIDA LA ULTIMA
BATALLA, ES UN DELITO DE ALTA TRAICIÒN HACIA UNA IDEA ENNOBLECEDORA.