El último suspiro lo entregó en Baltimore, pero... ¿qué demonios hacía Tite Curet en Baltimore? ¿Es que acaso en Puerto Rico no había excelencia en la medicina? ¿Es que acaso no se daban cuenta de que el Tite es como el Coquí, el sapito boricua al que si separan de su tierra, muere? ¿es que llegando la hora de su siembra en Estados Unidos de Norteamérica tendremos que revivir las penas de Tito Rodríguez y Héctor Lavoe, fallecidos fuera de su lar?
Invocando el “Rabo de Nube” de Silvio Rodríguez, que se lleva lo feo y nos trae el querube, millones de melómanos en el Caribe, y más allá, usamos el barredor de tristezas de la hora, deseando la recuperación de Catalino, emblema solidario, periodista casado con la esencia de su pueblo, poeta pentagrámico, boricua cabal... Pero no pudimos barrer completo el augurio. Y al Caribe se le fue Catalino.
Nació el 12 de febrero de 1926 en el barrio Hoyo Inglés de la población de Guayama, al sur de Puerto Rico, sobre el Caribe.
La historia de su nación, su incalificable status, su coloniaje (Puerto Rico es la única nación de América que no ha alcanzado su independencia) incidió en su determinación de hacerse periodista, como su tío materno e inspirador, Amado Alonso. La juventud lo sorprendió en el Barrio Obrero de Santurce combinando estudios, trabajo y música.
Buscando aires para sus inquietudes de compositor en 1965 le presentó un tema suyo a Joe Quijano. Era un son, al que había titulado “Efectivamente”. Al poco tiempo conoció a Pancho Cristal (disquero de vieja data) y le dio “La tirana” a ver si La Lupe quería grabarla... y el éxito con La Lupe fue tal que se atrevió a darle otras piezas: “Puro teatro” y “Carcajada final”. Luego le entregó directamente a Tito Rodríguez “Tiemblas” y a Vitín Avilés “Temes”. El resto es historia más conocida.
Una muestra Catalino Curet Alonso compuso más de 2000 temas. Se sentía muy orgulloso de “Periódico de ayer” porque unió en el tema sus dos pasiones: periodismo y música, crónica y sabor. Pero hay mucho mas: “Mi triste problema”, “Anacaona” “Abran paso”, “Reunión en la cima”, “Marejada feliz”, “Barrunto”, “Plantación adentro”, “De todas maneras rosas”, “La perla”, “Juanito Alimaña”. Y sus voces queridas dan eco a su alma: La Lupe, Cheo Feliciano, Tito Rodríguez, Vitín Avilés, Héctor Lavoe, Justo Betancourt, Ismael Miranda, Arabella, Celia Cruz, Willie Colón, Ismael Rivera, Andy Montañéz... Hoy le dedicamos nuestros mejores pregones... a su memoria irreductiblemente caribeña. |
Pensamientos
Quienes tuvimos la gloria de su amistad no dejamos aún de sorprendernos de lo tajante de sus sentencias. Sostenía que había que trabajar con las manos pues quien no trabaja con ellas corre el riesgo de perder la cabeza. Decía que usaba eternamente sobrero porque no le gustaba que se le fueran las ideas. En una oportunidad, al preguntarle acerca de su obra, señaló: “Uno no puede hacer de un código una ley. Un tema amoroso, una guaracha, una plena pueden tener la misma intención social. ‘Temes’, a los efectos de la identidad, tiene tanto valor como ‘Las caras lindas’. Se equivoca quien piensa que la canción social es la que habla sólo de desigualdad o cambio de sistema. Canción social es también un tema amoroso que descubra el conflicto de los sentimientos en una sociedad que prácticamente nos castra para amar, ó por lo menos lo intenta. Un tema como ‘Piraña’, por tanto, no queda por debajo de otro como ‘Profesión esperanza”.
Muchos tal vez recuerden el homenaje que se le rindió en Caracas, en la Universidad Simón Bolívar. Allí dijo: “Siéntanse, más que orgullosos, responsables de tener a Bolívar como guía. Me emociona sentir cómo ustedes aman lo nuestro; en mi país no se dan estos actos de amor por Borinquen”. Y lloró mucho entonces, al lado de Cheo Feliciano, y mire que vimos a ingenieros y técnicos llorar con él. Y como él.
Ahora nos queda pedir que esa cara linda, de lo tanto que nos proyecta en lo bueno que somos como pueblo caribe, se mantenga aquí, allá... y en todas partes.