No fue una información con una cobertura amplia. No debía serlo porque los grandes medios de comunicación no tienen la costumbre y la práctica de “pegarle” a una parte de su exquisita y arrogante familia. No fue así, pero algunos de nosotros posiblemente tuvo acceso a la información y pudo ver el rostro del Sacerdote Christian Federico Von Wernich, cuando se le condenó a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad, cometidos durante las dictaduras que se sucedieron en Argentina y que la supuesta autoridad mundial de la democracia; los Estados Unidos de Norteamérica, avaló y acompañó muy activamente.
En ese largo y tormentoso proceso, guiado por que dicen ser la representación universal de la democracia y los derechos humanos, no sólo la muerte era el espacio posible. Además de todas esas atrocidades y crímenes cometidos por la dictadura con el consentimiento y aval de la CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA; miles de madres y abuelas no lograron disfrutar de esa oportunidad hermosa de ver y tener a sus hijos y nietos. Ese es un crimen peor, que las matanzas en masas que hicieron y “esa iglesia” avaló ese especie de holocausto tropical, cuyo objetivo era dejar a un niño sin su mamá y sin el afecto de su abuelo real.
Si algunos no tuvo la oportunidad ver ese rostro, estoy seguro que se perdieron de ver LA MALDAD en un plano real. La cara del diablo (si existe y tiene rostro) se vería muy angelical, frente al rostro de Christian Federico Von Wernich. Claro, esa práctica de la tortura y del exterminio no es un ejemplo de toda la iglesia, pero si una experiencia que la identifica con una parte de su historia. Como expresión de un Estado, la iglesia reúne también buenas voluntades y mucha humildad, pero no es precisamente la que tiene el poder dentro del vaticano ni la que maneja las vinculaciones con el poder mediático.
En un artículo aparecido en el Diario La Jornada de México de este miércoles 17/10/07, firmado por Bernardo Barranco y con el título: “Pastor del Terror”, puede leerse las opiniones de algunos testigos en el proceso y lo describieron de esta manera:
“Testigos de aquella tarde lluviosa en que fue sentenciado Von Wernich señalan que lo vieron frío, seguro, soberbio y que sin asomo de culpa en el rostro expuso con teatralidad litúrgica que había hecho lo que tenía que hacer, que Dios y la iglesia se lo habían pedido y ordenado, que había cumplido su encomienda”
Con esta descripción se tienen todos elementos para reconstruir ese rostro y convencerse de que el diablo (si existe) tiene un rostro angelical frente al de Von Wernich. Dijo, “LA IGLESIA ME LO HABÍA PEDIDO”. Está claro, pero muy claro que este sacerdote se refería a una iglesia. Esa que toma cuerpo en las denominadas conferencias episcopales y que allá en Argentina, participó por acción y omisión en esa brutal dictadura. Nunca se registró ningún malestar de la alta jerarquía de la Iglesia (Conferencia Episcopal Argentina) por esos crímenes. .ESA IGLESIA Permaneció en silencio, aún frente asesinato del Obispo Enrique Angelli en 1976.
Este miércoles 17 de octubre también, apareció en el diario Últimas Noticias un rostro que si bien no tiene la expresión externa que presentó Von Wernich, tiene seguramente el alma tan arrugada como él. En esa aparición, el personaje que GOZÓ EL DECRETO DE CARMONA, SE INVOLUCRÓ DIRECTAMENTE EN LA DICTADURA Y SE HA MENTENIDO MUDO FRENTE A ESA ABERRACIÓN DE DECRETO; tuvo ayer la ocurrencia de calificar de barbaridad los cambios en el artículo 337. No intento traer por los cabellos una conexión entre fechas y dos personajes con alma arrugada. Nada de eso. Intento comunicar mi opinión frente a una iglesia (esa iglesia) que es real y con actores cuyos intereses, comportamientos, almas y rostros son idénticos al de Christian Federico Von Wernich.
Traten de recuperar la edición de ayer de Últimas Noticias y vean a cuál personaje me refiero. Fijen la vista en ese rostro e imagínense el alma (arrugada) de ese señor. ¿Estaré equivocado?. Creo que no. Existe “esa iglesia” con mucho poder, frente a otra que esta vacía de ese recurso (poder), pero con el corazón, el alma y el poder del ideario cristiano.
evaristomarcano@cantv.net