EL MERCOSUR ENTRE EL AGUILA Y LAS MONTAÑAS
Por: Modesto Emilio Guerrero (especial para ARGENPRESS.info) (Fecha publicación:14/08/2003)
Hace muchos años, en 1965, uno de los promotores y teóricos de la integración latinoamericana, el chileno Felipe Herrera, reclamó en una conferencia, que '... los problemas de la integración no se afrontan con la visión panorámica del águila, sino con el enfoque limitado de quien avanza paso a paso por una senda estrecha rodeada de montañas' (Nacionalismo Latinoamericano, Editorial Universitaria, pág. 39, Chile, 1967).
La congregación presidencial de hoy en Asunción, en la que 11 presidentes y jefes de Estado y unas 100 delegaciones internacionales, acompañarán al electo presidente de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, pondrá a prueba aquella declaración premonitoria de Herrera. Allí se encontrarán las tres visiones y objetivos de la integración que dominan la actualidad continental. Y es un encuentro que anuncia desencuentros.
El camino agotado de los noventa
La visión más oficial a presentarse en Asunción será la neoliberal, a pesar de estar sensiblemente agotada. Patrocinada por el gobierno estadounidense, la acompañan con entusiasmo los presidentes de Uruguay, Chile, Colombia, Bolivia y por los cinco hermanitos centroamericanos. Sus resultados, ampliamente desplegados al final de la década de los años noventa, no requieren ilustración.
Ya aburre revisar las estadísticas latinoamericanas para ver la mayor muestra de desintegración conocida, excepto en tiempos de guerra: Estados nacionales tan débiles, que cada año son menos Estados y menos nacionales, endeudados hasta el cuello y más amarrados a Washington mediante nuevos pactos de dominación (Nafta, TLC con Centroamérica y Chile, Plan Colombia, Puebla-Panamá, etc.) Economías quebradas en sus estructuras productivas, sociedades dislocadas por sus efectos sociales demoledores y bloques comerciales como nunca soñó el propio Felipe Herrera, pero todos diseñados para servir al comercio exportador de valor agregado, las casas de inversión y a las industrias de los Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y China.
Este camino, de tan extraña 'integración', quiere ser coronado por el Acuerdo de Libre Comercio de las América, el pacto más ambicioso de sujeción económica y política que jamás haya tenido Estados Unidos sobre el hemisferio, desde el postulado de la Doctrina Monroe (1823).
Por la senda light
Esta tesis es sostenida por los gobiernos de Brasil, Ecuador, con el guiño de ojo de Chile y otros. Son conocidos como los propulsores del 'ALCA light'. Esa visión es producto directo de la presión imperialista (bajo los nombres de deuda externa, inversiones y lobbys de todo tipo). Pero también, expresa esa vieja vocación de la burguesía latinoamericana, de negarse a si misma, matando su única base de subsistencia como clase: la unidad latinoamericana.
Lo que algunos no entienden, es qué buscan en Washington, un ex obrero como Lula, un ex socialista como Lagos y un ex nacionalista insurrecto como Lucio, que no puedan encontrar entre sus vecinos.
Cuando los 11 presidentes pisen suelo paraguayo para acompañar a Duarte Frutos, los gases seguirán sofocando la huelga nacional chilena, con más de 300 detenidos y la entrada de ese país a la resistencia sudamericana. Como si fuera una burla, el mismo día de los gases, el Parlamento de Chile votaba el TLC firmado en junio con EE.UU. Unos días antes, Brasil vivía la rebelión de los 'previsionarios' lulistas, el primer desafío nacional al modelo fiscalista del 'ALCA light'. En el entre tanto, los sindicatos, movimientos indígenas y campesinos ecuatorianos, marcharán a Quito y Guayaquil, antes del 20 de agosto, para decirle a Lucio: 'Con Bush, o con nosotros que te elegimos', como reza un volante callejero.
El vuelo del águila
Una tercera opción integracionista la representa el presidente venezolano Hugo Chávez, seguido a cierta distancia por el presidente argentino, Néstor Kirchner, con más ganas que posibilidades, si lo medimos por su base social y las ataduras internas.
Chávez se apoya en un movimiento nacionalista revolucionario sobre el cual está construyendo un régimen cada vez más independiente y soberano. Como lo señalará en el discurso que pronunciará el sábado 16 en la sede de la Asociación Latinoamericana de Integración, ALADI, en Montevideo, 'El camino a la integración latinoamericana comienza por cambiar el rumbo neoliberal de nuestras economías' (borrador).
Una prueba está por verse: El próximo 31 de diciembre debería cerrarse un acuerdo de libre comercio entre el MERCOSUR y la Comunidad Andina. Así lo acordaron el pasado 4 de agosto, los 9 cancilleres y ministros de comercio de ambos bloques, con la anuencia presidencial.
Si este punto de partida tiene como objetivo hacer del MERCOSUR y la CAN, una zona de resistencia para frenar y terminar de derrotar el ALCA, el camino de la integración habrá escogido 'la visión panorámica del águila', que reclamaba Felipe Herrera en 1965. El otro camino ya lo conocemos, y el resultado son las actuales republiquetas débiles que marchan lentas por la tortuosa y estrecha 'senda rodeada de montañas'.
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