Soy de formación católica aunque nunca he sido fanático como algunas personas que conozco, incluso hasta hace poco concurría con cierta regularidad a las misas los domingos junto con mi esposa. Dejé de realizar estas prácticas en virtud de que algunos sacerdotes imbéciles y obtusos comenzaron a darse a la tarea de convertir el púlpito en tribuna política para atacar al Presidente Chávez y al gobierno y por evitar darle una respuesta que en verdad se merecían y que podía provocar un revuelo dentro de la iglesia. Decidí no volver a asistir a esos sitios de, como dicen ellos, "ideologización política". A pesar de que siempre he sido creyente y más o menos practicante, desde hace mucho tiempo pude darme cuenta de que la iglesia siempre ha sido utilizada como un mecanismo de manipulación y de neutralización de la conciencia de los individuos, partiendo del principio de que la misma siempre ha basado sus enseñanzas, no en el respeto ni el amor a Dios, sino en el temor, el temor al terrible castigo que ese Dios de infinita misericordia, de infinita bondad y amor es capaz de infligir a quién ose cometer pecado. Un Dios terriblemente inclemente capaz de condenar a las almas a un fuego eterno del cuál jamás se podría tener la más mínima esperanza de escapar. Existe una característica que resulta fundamental en la Iglesia Católica que es parte su piel y de su escencia que no puede separarse de ella y esa es "La Hipocresía". A pesar de que dentro de ella han existido personas que de verdad han sido buenas, consustanciadas con las enseñanzas del rabino de Nazareth, no es menos cierto que la Iglesia Católica como institución ha sido una de las instituciónes más nefastas para la humanidad, solo basta con hacer un recorrido por su historia para conocer los crímenes terribles que ha cometido en el nombre de Dios. Existe un viejo dicho que reza; "No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista", pero la Iglesia Católica lleva más 2 mil años haciendo daño, engañando y manipulando y el Papa Benedicto XVI se da el tupé de declarar a esa iglesia es la dueña absoluta de Dios. Jesús dijo: "Donde dos se reunan en mi nombre, allí estará mi iglesia". Yo no estoy en contra de la Iglesia Católica ni está en mi ánimo, pero no se puede ser indiferente ante tanta aberración en su conducta y realmente en lo particular no necesito de esa iglesia y de sus edificaciones para sentirme cristiano con todos los defectos que tengo, porque para tener amigos así, no se necesita tener enemigos. La Conferencia Episcopal Venezolana, se ha con convertido... error, no se ha convertido, siempre ha sido enemiga de los más altos intereses del pueblo venezolano, que avaló o se hizo de la vista gorda ante los crímenes que se cometieron en la IV república y mucho antes. Monseñor Urosa Sabino, usted y todo su séquito de obispos no son más que eso, fariseos hipócritas que se hacen llamar pastores y realmente lo son pastores alemanes con mal de rabia y comilllos poderosamente afilados. Por enésima vez,exigimos que reflexionen sobre lo que están haciendo, porque ante un evento de confrontación violenta entre hermanos venezolanos, ustedes van a ser altamente responsables, solo por seguirle el juego a los poderosos de este país que a la hora de la chiquita, serán los primeros en huir a sus madrigueras paradisíacas, para luego regresar a disfrutar sobre los cadáveres de sus hermanos como si fueran carroña. Ustedes son personas estudiadas e inteligentes y no creo como dice el padre Pablo Urquiaga de Caricuao, que pudieran estar confundidos, ¡No!, ustedes saben muy bien lo que están haciendo y la mala intención que los mueve. Realmente, ¿Ustedes creen en Dios o en su hijo?, es algo sumamente dificil de creer y resulta sumamente lamentable, tener que decir todas estas cosas, pero, para lo que está a la vista no se necesita anteojos. ¡Qué buena vaina con la Iglesia!
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