Varias cosas. De entrada, me hubiese gustado que el general Raúl Isaías Baduell se deslindara de cualquier vínculo golpista criollo o foráneo. Hizo falta. Dejar esa brecha abierta, no le hace el más mínimo favor.
Por otra parte, su intervención delante de cámaras y micrófonos en los que predominaron diarios, radios y televisoras golpistas, no hace más que exaltar en grado máximo las cualidades del sistema revolucionario: vivimos –sin duda alguna- en un campo de absoluto y respetable dinamismo, incluyendo por supuesto la libertad de expresión. El general dijo lo que reflexionó previamente, y ningún medio –de los muchos que transmitían en vivo- fue sacado del aire para evitar que su mensaje llegara a donde tenía que hacerlo. En lo que respecta a su salida del recinto en la que ofreció la rueda de prensa, lo hizo por sus propios medios y no “tipo comando” como perniciosamente lo dijo Aymara Lorenzo a través de Globovisión. Las cámaras del canal 33 para el que presta sus servicios, despejó toda duda al respecto.
Son varias las lecturas que deberíamos dar a las palabras de Baduell. Una de ellas, que el ex ministro de la Defensa llegó hasta abril de 2002. Que muy cierto fue aquello de defender la Constitución del 99 como heroicamente lo hizo, y fue tan cierto que aún hoy la sigue defendiendo negándose a que sea modificada. Se le respeta tal posición.
Habla bien de él que no haya incitado a la rebelión vía guarimba, aunque no descarta que pueda producirse en el futuro algún cuadro violento, cosa que lamentaría según le entendimos. Disentimos que enarbole al Golpe de Estado como el mecanismo usado por el Ejecutivo y el Legislativo para adelantar la reforma, porque ¿en que región del mundo se ejecuta un Golpe consultando a la ciudadanía como sucederá el dos de diciembre?
¿Estamos en presencia de un político con nuevo perfil? Podría ser. En principio, como suele ocurrir con todo novato, se le dispararon varias marfiladas. Una de ellas, indicar que no sabemos qué tipo de Socialismo desarrollaremos en Venezuela, cuando antes había afirmado que con la Carta Magna del año 99 bien podría aplicarse este sistema de gobierno.
Que el tiempo diga el resto. Si Raúl Isaías Baduell, actúa de corazón y con sinceridad está moralmente obligado a repeler cualquier guiño de ojo que le hagan desde la acera que acertadamente combatió en abril de 2002. En caso contrario, que la Patria y la historia lo juzguen.