Estimado Comandante, hace algunos años escribí un artículo que fue objeto de críticas de muchos que están más cerca de usted que este servidor, donde le planteaba que no cometiera los errores de Bolívar de ir a liberar a otros pueblos sin haber liberado el suyo (confiar en otros, puede dar entrada al surgimiento de muchos Páez y Santander). Este comienzo lo hago para comenzar mis reflexiones, en sentido de analizar las causas de por qué tres millones de personas que votaron por usted, pese a no votar en contra, se abstuvieron de ir a ejercer su derecho al voto y respaldar la reforma.
Hay que andar por las calles y ver la presión que ejercen los comercios en materia especulativa en relación a los bienes y servicios demandados por nuestro pueblo, en especial la comida; está situación se agravó en los últimos meses y se acompañó de la falta de productos de la cesta básica y considerados por nuestro pueblo de primera necesidad (cuando tendremos un verdadero Indecu); de la inseguridad ni se diga, pese a ser parte de la herencia dejada por la IV, pero que es un deber de este gobierno enfrentarla con cambios profundos, que debe comenzar de manera inmediata, con la Ley de Policía Nacional, de manera de alcanzar una verdadera depuración y control de los cuerpos de seguridad.
Los medios de comunicación del Estado, en especial los audiovisuales (VTV y TVES),no solo deben servir para hacer trabajo político, deben comenzar con un trabajo pedagógico y de verdadera contraloría social, no podemos en nombre de la unión de los revolucionarios tapar vagabunderías; recuperar la señal del canal dos para hacer lo que estamos haciendo no tiene sentido, los números de participación de mercado no mienten y colocan a TVES en último lugar, y es que hacer cambios drásticos en programaciones televisivas no es viable a corto plazo, ya que los cambios culturales no se dan de la noche a la mañana, los mismos tienden hacer progresivos a mediano y largo plazo. Un pueblo acepta cambios voluntarios no impuestos.
Creo que llego la hora de reflexionar y darse cuenta de que a usted se le ha colocado un muro donde usted solo ve lo que su entorno quiere que vea y no lo que pasa en la realidad, ya basta estimado Presidente de tanto maquillaje por parte de ese grupo que les muestra realidades que no son; es aquí donde me preguntó: ¿Es qué acaso aquel muchacho que una vez le dijo que lo engañaban no tenía en parte razón? ¿Es qué esa forma humilde de expresarse por parte de ese joven no fue un llamado de ese Jesús que siempre lo acompaña y que usted no escuchó?
Vivo en Ciudad Guayana y le puedo decir sin temor a nada que los maquillajes están a la vista, un Alcalde que no se ocupa de los más necesitados (vivimos en un mundo de basura, entre otras calamidades) y solo es luz para los sectores pudientes, unas empresas básicas conducida por un sindicato que opera bajo lo que usted llama capitalismo salvaje y que solo piensa en ellos y no en el verdadero accionista que es el pueblo (es triste ver como pasan los autobuses de lujos a buscar a los empleados, mientras el accionista se va a su trabajo en una perrera; ¿Dónde está la siembra del aluminio aguas abajo?, ya basta de que es un proceso complejo); me imagino que esas juntas directivas que se rasgan las vestiduras y se visten de rojo rojito le presentará lo que ellos les interesa, eso sí con un maquillaje que ni las mises serían capaces de lucir. Para formar parte del recurso humano de estás empresas solo le digo que las puertas están abiertas para todos aquellos que no huelan a Chavista (por cada chavista que pudiera colarse entran diez de la oposición). En Ciudad Guayana la construcción de urbanizaciones de lujo están en cada esquina, pero para el pueblo hay que buscarlas con lupa; sino pregúntele a las personas del sector Francisca Duarte y demás sectores populares.
Tenemos un Mercal que es un desastre; el viernes invite a un grupo de honorables profesores de la Universidad de la Habana a conocer esta misión y créanme que me sentí apenado con ellos (neveras abandonadas, locales sucios y con malos olores, estantes vacíos) e indignado con un pueblo que hace largas colas para no encontrar nada; ésta misión necesita cambios estructurales y profundos.
De nada vale contar con una imprenta para hacer miles de libros y material educativo, si no hay una política de comercialización que vuelva a este pueblo un consumista, pero de la lectura para su educación y liberación. ¿Cuántos han leído los miserables y Don Quijote? Le respondo Comandante, ni un 10% de este pueblo y no por culpa de ellos.
Sabe usted que los profesores de las misión Sucre tardan entre cuatro y seis meses para cobrar, imagínese que tipo de educación puede brindar una persona que necesita todo los días llevar la comida a sus hijos y no cuenta con los recursos para ello, no me queda la duda que lo menos que se ocupan es de prepararse para dar una educación de calidad a sabiendas que deben de rebuscarse para llevar el sustento a sus hogares.
Si alguna vez existió un tránsito terrestre, lo que vemos a diario es digno de las miserias del mundo de la corrupción, las licencias son vendidas sin tapujos y vergüenza, la matraca está a la orden del día y el calvario de los usuarios de lo que llamamos SETRA, para poder sacar el título de propiedad no tiene nombre. Las consecuencias son la cantidad de accidentes que se incrementan a diario y el descontento de un pueblo que cada día ve, que para obtener un papel o esperar que se haga justicia en caso de un siniestro provocado por un desquiciado de esos compradores de licencias, tiene que pagar un precio demasiado elevado. En defensa de ese grupo honesto de trabajadores que sé que los hay, la mayoría trabaja con las uñas, por falta de recursos y no son ellos precisamente los que llevan el control de la institución. Podría llenar paginas de las realidades que acontecen en nuestro país y que sumadas nos dan la respuestas a la presencia de muchos de nuestros compatriotas en las urnas de votación.
Presidente lo admiro por su aceptación de la derrota, que yo no la considero tal, ya que usted se enfrentó no solo a la oposición, sino a lo que es más peligroso, a personajes que forman parte de su entorno no muy lejano y que ocupan cargos de elección popular ganados gracias a usted, Directivos, Ministros y Gerentes que trabajaron en las empresas del estado no para ganar el referendo, sino para perderlo (se incluye la ineficiencia y burocracia, pero también los traidores). El pueblo lo estima y espera de usted una revisión profunda que mueva las entrañas de ese peligro que asecha desde adentro y que tanto daño hace a esta revolución. Lo que sucedió es el llamado de atención de un pueblo que no saltó la talanquera, como mucho de los que se autodenominan de izquierda. Usted todavía es dueño del juego estimado amigo, no lo pierda, usted sigue siendo la esperanza de los que menos tienen y de ser guía de cambios (logros en Venezuela) que sirvan de ejemplo a una Latinoamérica llena de esperanza.
Nota: Hasta la fecha y pese a estas realidades, ni mi esposa y este servidor le han fallado. Pero esperamos cambios, no por nosotros, sino por los esperanzados en este proceso.