Este proceso revolucionario como nunca en la historia de Venezuela, ha sido y es, el gobierno más progresista y más preocupado en buscar soluciones, para los más desposeídos de nuestro suelo.
Un proceso que busca día a día el bienestar de los trabajadores explotados en el tiempo.
Un conjunto de logros sin igual donde debemos resaltar entre ellos, la preocupación constante del Estado en lo que respecta a la culturización de nuestra gente.
Una revolución verdaderamente empeñada en mejorar la intelectualidad de su pueblo, con un sin fin de trabajos y eventos excelentes en todos los rincones de nuestra patria, que nos demuestran el sacrificio de una revolución, empeñada en elevar el grado de cultura y enseñanza, entre los que nunca tuvieron una oportunidad en sus sacrificadas vidas, por culpa de gobiernos excluyentes.
Un excelente trabajo del Ministerio del Poder Popular para la Cultura con la creación de un sin fin de librerías populares con precios solidarios para que nuestro pueblo, principalmente la juventud, se vuelque a la lectura de los libros, exquisita manera de culturizar a los más humildes, en un sistema incluyente sin igual, para el beneplácito de nuestro pueblo.
Otro hecho resaltante es el avance indetenible en lo que respecta a la enseñanza de los niños en el mundo de la música.
Un logro extraordinario, para alegría de los niños de todas las capas sociales, en la búsqueda de grandes músicos de todos los géneros, principalmente en las grandes sinfónicas que se abren camino en el difícil arte de la música.
También debemos resaltar las excelentes Corales que se han creado gracias a la ayuda del gobierno, para jóvenes de todas las edades y principalmente para niños con problemas de discapacitación y ciertos problemas de retardo mental.
Sólo estamos resaltando algunos de los muchos logros de nuestra revolución........
A todo esto, tenemos el deber moral de resaltar también, las contradicciones que tanto daño le hacen al proceso y a nuestro pueblo el cual estamos empeñados en culturizar.
Cómo es posible que ante el paso incansable de un gobierno de tratar de sacar de la oscuridad a los más pobres, tengamos a la vista el vergonzoso panorama de un grupo de personas, empecinados en convertir la república en un gigantesco garito de todo tipo de apuestas legales e ilegales, y nadie diga nada al respecto.
Cómo es posible que en el casco central de nuestra ciudad no hay un solo comercio que no tenga una maquina tragamonedas para robar el dinero de los más pobres y no tan pobres, como la proliferación vergonzosa de miles de centros hípicos, uno en cada esquina, cuando en el pasado sólo podían apostar en el hipódromo.
Cómo nuestro proceso elude una responsabilidad ineludible, de acabar con las 100 LOTERIAS DIARIAS que funcionan en nuestro país.
Cómo hacemos oídos sordos a los cientos de bingos y casinos regados en toda la geografía nacional, desplumando a los pobres incautos, con el cuento de la recreación.
Cómo es posible que veamos al Seniat en una página completa en la prensa nacional, resaltar el cierre de algunos bingos, pero por el solo hecho de no pagar tributos.
Cómo puede ser la única preocupación de parte del gobierno, cobrar tributos a los causantes de ser los culpables de implantar la Ludomanía en nuestro país, que es tan letal como el consumo de cualquier tipo de estupefacientes o tal vez peor.
Con entera responsabilidad lo digo, ya que soy una persona con experiencia en juegos de loterías por más de 20 años.
En forma digna saqué y saco a mi familia adelante como un vendedor de sueños, como es la lotería.
Porque una cosa es una lotería legal, completamente controlada por el Estado para velar su verdadero azar, y otra cosa muy distinta es este libertinaje el cual hoy somos los tristes espectadores. Tenemos el deber de crear una sola lotería nacional, legal y con entero azar como existe a nivel mundial, en contraste con este panorama que observamos hoy, de un sin fin de innumerables loterías que debe acabar.
En que gaveta “interesada” reposa el proyecto de UNA SOLA LOTERÍA NACIONAL.
En que amnésico recodo quedó la ley de los bingos y casinos, que obligaba a los mismos funcionar solamente en hoteles de cinco estrellas y no en todos los pueblos de nuestro suelo, sin ningún tipo de control.
Logrando con ello la disolución familiar, el abandono de hijos, el deterioramiento moral sin retorno de los individuos como seres humanos.
Con que fuerzas un trabajador o un jubilado puede empezar un nuevo día, si el gobierno nacional responsable de velar por ellos, no hace nada al respecto.
Echando por tierra todo el enorme sacrificio enumerado al principio de este artículo, por parte del gobierno bolivariano.
Qué carajo estamos haciendo, que no ponemos coto a esta vergüenza.
Cómo es posible que solamente nuestro noble escritor venezolano Luis Brito García, sea uno de los pocos que ha escrito algo al respecto.
Como es posible que no haya una sola pronunciación de parte del gobierno nacional .
Tenemos la obligación moral de poner orden en este espectáculo vergonzoso que tenemos a la vista en nuestro día a día.
Una sola lotería nacional, los bingos y casinos en lugares estratégicos turísticos, para los turistas o las personas de comprobados recursos, y no para nuestra pobre gente engañada y estafada de forma vergonzosa.
Terminemos de una vez y por siempre con este montón de timadores profesionales con patentes de corzo, sin ningún tipo de control y con la sola preocupación de parte de un gobierno socialista, de cobrar tributos.
Un dinero manchado de indignidad por provenir del sacrificio y el sudor de nuestro pueblo.
COMPAÑERO PRESIDENTE ME ATREVO A DECIRLE QUE LOS JUEGOS DE “AZAR”, PRÁCTICAMENTE NO EXISTEN EN VENEZUELA.
Son muy pocos, contables con los dedos, los que no están amañados, logrando con ello estafar al pueblo.
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
jovarela33@cantv.net