Si me permiten hablar…

Por decir patroncito es que existe el patrón

Un día después del referendo del domingo dos de diciembre, me encontraba en el Centro Comercial San Ignacio, uno de los íconos de la oligarquía caraqueña, y fui testigo de excepción de un episodio que revivió en mi, fantasmas encadenados desde hace 500 años atrás.

Una joven morena, posiblemente barloventeña de cabellos africanamente rizados y figura curtida por los años, a pesar de sus veinte y dele, se acercó alegremente a una ¨Dama¨ con porte europeo, seguramente también con porte de arma, y le dice la morena, casi le musita:

¨ Patroncita, patroncita estoy muy feliz…

Anoche ganamos: Yo Vote por el No¨

La ¨dama¨ de rubios cabellos y rubia mirada, ni se molesto en mirar a la colorida empleada y, continuó en amena conversación con una cliente de Alto Prado, por cierto, también rubia.

Veinte minutos después, y como respuesta a la insistencia de la barloventeña empleada, la europea dama se volteó para increparla:

¨ Si chica, está bien.. Ya está bien..

Ahora, vete a tu lugar.. Ve a trabajar¨

Seguidamente, la europea dama le dijo a la rubia cliente de Alto Prado:

¨Hay que ver que en este país, todavía hay muchos pendejos¨

Inmediatamente, comprendí que, por solidaridad afro descendiente, ese no era mi lugar y me alejé con la intención de tomar el metro y un enorme deseo de conocer el tren que conecta a Caracas con los Valles del Tuy, obra ferroviaria inaugurada por el presidente Hugo Chávez Frías.

Me cuentan que, en Caracas, la madrugada del tres de diciembre, cuando se supo el pírrico triunfo de la opción No en el referendo consultivo, hubo muchas caravanas, cohetes, papelillos y mucha democrática alegría…

Juan, un buen amigo de Chapellin, agarró a sus cuatro negritos, su mujer y tres vecinos y los montó en una vieja camioneta azul con las que hace mudanzas:

¨ Viva la democracia..Viva la libertad…¨

Al llegar a la calle El Pedregal, Juan y su prole intentaron prolongar su entusiasta caravana hacia El Country Club, donde vive el ¨Doctor¨ que tanto había orientado a Juan en los últimos días..

Cosas del destino, cosas de la democracia:

Al llegar Juan, su prole y la vieja camioneta con su carga de monóxido de carbono y sudores concentrados, el vigilante de la rubia urbanización no los dejo pasar…

Juan y su prole, tuvieron que conformarse viendo, por Globovisión, como Yon Goicochea brindaba con champagne en una de las coloridas y democráticas avenidas de Santa Paula..

El Espectáculo había terminado…

luischirinos308@hotmail.com


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