Han surgido,- afortunadamente- algunas voces que intentan, dentro del campo revolucionario, con solvencia moral, capacidad analítica e independencia crítica una interpretación del 2D, y las consecuencias políticas y electorales que se desprenden. Por ejemplo, el periodista Ernesto Villegas quien conduce con acierto y profesionalismo en VTV, el programa “En Confianza”, ha recogido en “Quinto Día” una carta que le dirige un lector “bolivariano”, cargada de profundas reflexiones sobre el revés del 2D, y los peligros que se ciernen si se intentara maquillar la propuesta de enmienda y hacerla pasar de nuevo ante el jurado que representa el pueblo soberano. Ha dicho el presidente Chávez que, en su criterio, la reforma constitucional fue hecha a “destiempo”, y luego que no se supo o pudo presentarla “bien “ ante el país y de allí entonces la “confusión” que se generó en el seno del pueblo, y la consiguiente abstención del chavismo ante la jornada del 2D. Contra las hipótesis contenidas en ésta explicación, por lo demás excluyentes una de otra, se rebela el remitente en su carta a Villegas. A éste le exhorta, por lo demás, a continuar en su senda crítica, a los efectos de fortalecer, por medio del más vasto e intenso debate, el proceso. Confieso que quien esto escribe también sostiene el argumento de la “extemporaneidad” de la reforma. Pero en cuanto a que el Presidente, apenas un año antes, había quedado legitimado y habilitado, por mayoritaria votación para emprender una gestión revolucionaria más acelerada dentro del marco suficiente de la Constitución del 99. Vale también la oportunidad del debate, para insistir en los innecesarios cambios introducidos por los asambleístas, entre ellos el aumento del porcentaje requerido para activar referendos revocatorios, la reincorporación de diputados, y un largo etcétera, que hizo prácticamente indigerible ala grueso del electorado chapista, el conjunto de enmiendas propuestas al texto constitucional. Del envés de la reforma, o por mejor decir, del cuerpo de las reformas propuestas que modificaban casi toda la estructura de la Constitución, se volteó hacia el revés electoral que se registró, por vez primera en nueve años, el pasado 2D. Por eso hay que medir ahora muy bien, los riesgos e incógnitas, así como lógicamente los peligros que se ciernen sobre el proceso bolivariano, de que algunos, de buena o mala fe, o por cálculo, o acaso por ignorancia de las leyes y reglas no escritas del arte y la ciencia de la política, vayan a obstinarse tercamente en insistir en la reforma. Existen muchos y variados caminos dentro del vigente marco constitucional, para adelantar y profundizar los cambios sociales y económicos, que la Nación espera y el pueblo reclama.
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