¿La oposición incurrirá en los mismos desatinos del 2002?

Por supuesto que la oposición mantendrá inmodificable su estrategia de avanzar por los caminos de la conspiración para buscar la salida de Chávez de cualquier manera.

El triunfo del 2D, donde logró superar al chavismo por un poco menos de dos puntos porcentuales, le hace suponer que le ha llegado el momento preciso de destruir el proceso bolivariano, sin medir sus consecuencias, pues maneja la tesis de que ya es mayoría y por ello no duda un instante de que ahora si logrará recuperar el poder que perdió en 1.998.

Llevará adelante planes de la mayor perversidad, como por ejemplo, para mencionar el de mayor impacto y que ya cuenta en la historia con importantes antecedentes exitosos (casos chileno y nicaragüense), como es el que tiene que ver con el estrangulamiento de la población escondiéndole los alimentos y bienes más esenciales, con lo cual le asestaría un rudo golpe al gobierno, quien se vería en serias dificultades para contrarrestarlo si el mismo se prolongara, como parece estar contemplado en el libreto que a dichos efectos ha preparado con la asistencia de la CIA para lograr sus propósitos, pues aun cuando nos pareciera mentira, tiene bajo su absoluto control a la mayoría de los industriales e importadores de vieja data y por ello expertos exitosos en el manejo del negocio (con excelentes logísticas en almacenamiento y distribución) que en el país producen o traen del exterior los alimentos y bienes de primera necesidad.

En absoluto tenemos duda alguna de que por allí anda la jugada, pues desde semanas previas al referéndum se hizo un calvario para las familias venezolanas sin distingos sociales, adquirir, entre otros alimentos: leche, azúcar, aceite, carne y papel sanitario. De otra parte, para nada resulta extraño pronosticar, con buenas probabilidades de acertar, que a partir de enero, año electoral, como sabemos (elección de gobernadores y alcaldes), promoverá con mayor fuerza la extensión del desabastecimiento a otros bienes igualmente básicos. Si nos detenemos a examinar su discurso cotidiano agresivo y la programación de todos los segundos del día de sus medios radioeléctricos, destacándose entre ellos el canal “Globoterror” así como los impresos El Nacional, El Universal y otros pasquines como Tal Cual, Dos mil Uno y El Mundo, entre muchos otros, quienes en conjunto y sin pausa alguna coadyuvan al desabastecimiento generando temor en la gente por vía de difundir la especie de que el país es un caos, que se acabó este y aquel producto y mostrando anaqueles de supermercados, por ejemplo, sin carne, sin huevos y sin papel higiénico, con lo cual provocan no solamente las compras nerviosas, sino que cuando esos bienes aparecen por momentos, se agotan en un santiamén.

De manera que el gobierno debe tomar cartas sobre el asunto para evitar lo que no pudo hacer antes del referéndum, como fue el haber permitido que la oposición se saliera con la suya y efectivamente lograra que productos tan necesarios como la leche, por ejemplo, se desapareciera del mapa en todas sus presentaciones, incluyendo la líquida y, como cosa de magos, una vez conocido el triunfo pírrico del no, el producto apareció en todas partes. ¿Acaso botaron la líquida por las cañerías? o ¿fue que a las vacas se les secaron las tetas…? Los aparatos de inteligencia del Estado no funcionaron y, además, los organismos encargados de garantizar y fiscalizar el suministro normal de alimentos no supieron o no quisieron hacer su trabajo como era su responsabilidad. Todo eso hay que investigarlo en profundidad, pues no puede ser que la quinta columna que hemos denunciado mil veces siga haciendo de las suyas en los aparatos administrativos y de control del Estado, sin que nadie se atreva a ponerle un freno.

¿Hasta cuando vamos a seguir haciendo el papel de tontos? Ya basta, terminemos de una vez con esa banda de traidores disfrazados de rojo, rojito…!

Trabajar por la revolución pasa porque seamos capaces, en primer lugar, de garantizar su estabilidad por encima de cualquier otra consideración y todos sabemos que una campaña exitosa de desabastecimiento de bienes alimentarios fundamentales puede ser muy peligrosa y dar al traste con nuestro proceso de cambios que lidera el Comandante Hugo Chávez. De manera que nuestra primera prioridad como revolucionarios tiene que ser la defensa de la revolución y para ello nos corresponde estar alertas y paralelamente trabajar bien duro y sin pausa en una campaña de presión intensa hacia los estamentos gubernamentales de administración y control para que actúen con firmeza donde quiera que se intente vulnerar la estabilidad del país con una campaña de ese tipo, gestión que, lamentablemente, no puede llevarse de otro modo, en tanto el poder no esté de verdad en manos del soberano. Sabemos que se han creado en todo el país cerca de veinte mil juntas comunales, pero para nadie es un secreto que carecen del necesario poder como para contrarrestar con efectividad ese perverso plan de desabastecimiento que nos espera para el año que viene.


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Iván Oliver Rugeles


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