Tengo nueve años rodeado de adecos y copeyanos, siempre lo entendí porque vengo de una cuarta república donde se regaron por todo el país, eran dueños de todo, como lo fueron en los últimos cincuenta y como no podía hacer nada porque era un clandestino que luchaba por una sociedad distinta, simplemente lo acepte, aun sabiendo que el mal estaba en las entrañas de la patria, pero con la esperanza y la convicción que desaparecerían con sus conductas viciosas, que con el ejercicio de la revolución, cambiarían y para esta fecha siempre soñé que estaríamos construyendo el nuevo hombre.
Mi espera no ha tenido el resultado deseado, (por ahora) en vez de estar construyendo el nuevo hombre, pareciera que estamos creando monstruos alienantes tras culturizados, con intenciones maléficas, sin principios, aupados por medios que le corresponde ayudar en la formación, tienen intenciones que son manifiestas y claramente alineada en otro propósito, no cumplen su papel, están haciendo terrorismo, utilizando el espectro en intenciones completamente distintas a lo que es su compromiso con el pueblo, que es el verdadero dueño.
La propuesta del hombre que empuja de las 3 R, se presenta en este momento como emergencia; pero el principio a pesar de su llamado, no puede obtener los resultados esperados sino nos abocamos con mayor sacrificio al ser, que esta descompuesto, no nació así, lo dañaron para utilizarlo como objeto, le desaparecieron los valores, hicieron que le perdiera el miedo al respeto y sin respeto no hay principio que seguir, porque se desconoce y de una sociedad sin valores, no se puede esperar otra cosa que un adeco degenerado.
Los esfuerzos sin cansancio de mi amigo personal, no pueden quedar en palabras, en propuesta, en ordenes sin que se cumplan, hay que encontrar hombres capaces de caerle encima al principio, cada uno de nosotros tiene que convertirse en generador, en una pieza necesaria del tercer motor, en seres que no haga falta estarlo vigilando para saber que están cumpliendo su compromiso, es necesario ayudar, pero no desde un escritorio, ni de la prepotencia que produce un puesto gubernamental, hay que meterse en las entrañas del esfuerzo, convertirse en comunidad para solucionar los problemas, no se puede andar resolviendo solo problemas de asistencia sin ir al fondo, las necesidades del hombres no son solo asistencia, hay que acompañarlas con el esfuerzo supremo a la conducta humana, hacerlo que descubra el sentido de la palabra amor, solidaridad y compromiso; esta R no esta metida en las tres que propone mi amigo personal, pero se podría incluir una cuarta y quinta que es la R de REVOLUCION RADICAL, para poder decir de verdad y desde dentro del hombre nuevo, PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
No estoy reclamando, ni cuestionando, solo pidiendo ayuda, el HOMBRE QUE EMPUJA no puede solo, es necesario que todos los que se sienten revolucionarios asuman su responsabilidad.