Nos queda mucho por pensar, nos queda mucho por hacer, nos queda mucho por construir y por transformar, el año 2008 viene con grandes expectativas que incentivan a todos los Revolucionarios a seguir en el camino que hemos descubierto dentro del pensamiento bolivariano, nos dedicamos única y exclusivamente a distraernos y por esa razón nos engañaron por un momento, tenemos la obligación como bolivarianos y protagonistas de este proyecto de vida, de ser tan radicales como complacientes, ya hemos tendido la mano y no las han mordido cada vez que queremos ayudar, nos han visto la cara de pendejos y se burlan de un revolucionario como si fuéramos una pared que no importa nada. Revolucionario que no se haga respetar simplemente es un ser humano que espera por respuestas de la vida, el revolucionario va en busca de esas respuestas y de la victoria día a día, el revolucionario va hasta el final y sin parar construye en el camino lo que mas adelante le servirá como escudo ante las amenazas de un imperio que cada vez es mas débil, las cosas van cambiando el río esta sonando y las guacharacas están calladitas.
Ya está bueno, es hora de tomar las riendas que por un momento descuidamos, tenemos que observar alerta y tener en cuenta con quien caminamos.
La revolución no comparte traiciones ni acepta golpes de pecho que jamas fueron sentidos.
la revolución da oportunidades a quien en realidad esta comprometido, el comandante Chávez habla de revisión que para muchos ya debe estar claro, y al que no le guste este joropo que se vaya largo al carajo.
Si nos distraemos perdemos el sentido, puede ser que de vuelta ni sepamos donde estamos metidos, atentos y rodilla en tierra si en verdad estás comprometido, no dejes que te engañen los que te han visto como un niño.
Seguimos los que estamos y los que siempre estamos al frente, estamos claros en lo que queremos y quien es nuestra gente, tenemos ganas de seguir en esta lucha que cada vez se hace mas noble, con la solidaridad de países hermanos que quieren ver libre el norte. desde la cultura seguimos dando ejemplo para que las guacharacas se sigan revolcando, no aceptan que en una revolución las cosas vayan cambiando.
Tenemos las herramientas y las condiciones para seguir en la batalla, así que de pie a los combatientes rodilla en tierra a los camaradas.
No importa que los ratones no escuchen o se hagan los que no ven, ya estamos acostumbrados a ellos y a sus fechorías también.
Mas tarde que temprano, llega el barco al malecón, viene repleto de revolucionarios gatos con hambre de ratón.
Patria, socialismo o muerte
venceremos.
La revolución es de todos los que nos hemos partido el alma luchando por ella.