Múltiples análisis muchas veces no nos permiten arrancar un proyecto. Muchos opinan, otros desean más atención por creer saber más sobre temas específicos y algunos otros quedan en silencio esperando ver, hasta donde nos conduce la burocracia que deseamos quebrantar.
La política nacional es el tema predilecto de la mesa venezolana, no hay un refrescamiento a nivel de entretenimiento que aparte por un momento al ciudadano común de la realidad que esta viviendo.
Las expectativas aumentan en la medida que ocurren nuevos anuncios por parte del ejecutivo nacional, la población espera un control de precios real que les permita compensar su remuneración mensual, con el cubrimiento de las necesidades y servicios básicos. Además se van sumando otro tipo de gastos dentro del núcleo familiar, que hacen que una familia que percibe dos salarios mínimos, muy difícil pueda tener un apartado para el ahorro familiar.
Volvemos de alguna manera a lo mismo. Al “ellos o nosotros” “los Adecos o los revolucionarios” “El pasado vs el futuro” etc. Sin tomar en cuenta que la principal consecuencia de un discurso agotador es justamente la reiterada reproducción de mensajes que no cambian en su génesis.
En particular vemos con mucha preocupación, el desinterés que han mostrado los políticos revolucionarios después de la derrota del 6D. No se trataba de tener dos semanas de auto reflexión y análisis para tener la misma actitud, no se trata de seguir mediatizando lo que no tiene ni da resultado, por el contrario, se trata de dar respuestas concretas que nos permitan recuperar la credibilidad que lleva un rato perdida y que al parecer no existe interés por rescatarla.
Veo con mucha preocupación la manera de hacer política, nos hemos transformado en seres fríos e insensibles con las necesidades y carencias de la gente, los indices alarmantes de violencia causan zozobra dentro de sectores populares donde la gente se siente desprotegida por las autoridades competentes. Es hora de actuar duro contra la delincuencia organizada, de convertir la verborrea en resultados efectivos que hagan que nuestra gente vuelva a disfrutar de las calles que la revolución recupera para ella.
Recuperar la normalidad, no es crear sensaciones para que la gente sienta circunstancialmente que todo esta bien. Recuperar la normalidad, es brindar el apoyo legal y real para que las normas y leyes vigentes en la nación se cumplan y el Poder Popular se pueda sentir protegido, pero la gente prefiere tomar la justicia por sus propias manos que denunciar ante quien acostumbra a ignorarlos.
Insisto en la creación inmediata de un laboratorio comunicacional y de multimedios que pueda fungir de contenedor de ataques en contra de la Revolución Bolivariana, es necesario el estudio permanente de las diferentes matrices de opinión internacional sobre Venezuela, tendencias y videografía, que hacen referencia a los movimientos políticos internos que dan vida a la patria venezolana y de la que se alimentan los laboratorios extranjeros que viven del desprestigio de países libres y de buenas costumbres.
Se hace indispensable un equipo creativo y crítico que apoye e impulse desde la creación de la imagen y el espacio conceptual, una estrategia gráfica que pueda visualizar a Venezuela con solidez y seguridad mediática mediante campañas emotivas y sensibles que despierten atención en nuestra gente.
La comunicación política debe comprender el uso de la razón por encima de cualquier impulso, debe buscar la unión de las fuerzas y canalizar la energía en un objetivo realizable y que pueda ejecutarse en corto tiempo.
Se deben evaluar las cantidades de registros de la GMVV que nunca han sido llamados y que actualmente tienen la necesidad de vivienda, que después de 1 millón de viviendas entregadas, existen compatriotas registrados del número 1000 hasta el 100.000 que nunca fueron llamados y que jamás se les explico cual fue la metodología utilizada para saltar mil veces su registro.
Por eso las y los revolucionarios con cargos de responsabilidad, debemos tratar de ser realmente justos, reconocer no solo los errores, sino la capacidad que tenemos para repararlos y dar respuestas rápidas y efectivas. Ser justos es el eslabón más difícil de alcanzar, pero las y los verdaderos revolucionarios, estamos llamados a ser lo más justos posible, con la gente que espera respuestas de nosotros.
Tenemos la urgencia de hacer la nueva política, de explicar cada paso y cada cosa, de acompañar al Poder Popular en esta etapa de reflexión que se tomo para si mismo y comprender que desde la gestión gubernamental. Es ese mismo pueblo que nos esta enseñando de lealtad, compromiso y paciencia.
¿Que Ministro realmente pide permiso para salir un día a la semana del trabajo porque le toca según su cédula hacer cola?
¿Que Ministro o Ministra se preocupa por si le alcanza este mes para cancelar el colegio que aumentaron?
¿Cual de ellos se preocupa realmente porque un par de zapatos cuesta entre 25.000 a 100.000 Bs?
¿Realmente si se identifican con el pueblo?
Entonces seamos honestos y consecuentes con la palabra, convirtamos la idea en acción y demos muestras claras de que la revolución sigue siendo el cambio que nuestro pueblo siempre ha necesitado. El Pueblo necesita atención, una atención como iguales y no desde la supra inteligencia que muchas veces se transforma en insulto o bumerán por no saber manejarla con humildad mientras se siguen esperando respuestas.
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