Castigo

Los grupos económicos que controlan la producción y comercialización de la cadena alimenticia castigaron con fuerza durante cinco meses a los consumidores. Antes del referéndum, los anaqueles de abastos y supermercados fueron desabastecidos con saña, con la complicidad abierta o solapada de los dueños de estos negocios. Desde la leche, de prioritario consumo, hasta el papel toilette, pasando por el arroz y muchos otros productos, fueron borrados de las alacenas.

Estigmas como lo de la "cubanización del país, el racionamiento, las colas para la distribución de los alimentos", entre otras frases, tomaron fuerza.

Aquí la derecha conjugó los temores infundados con la realidad. Consecomercio, Conindustria, Fedecámaras, de manera criminal y perversa, siguieron adelante con el plan preelaborado en los laboratorios de la oposición. No fue inocente ni fortuito lo que ocurrió en los meses previos al 2D.

Los sectores que adversan al Gobierno han experimentado con mecanismos, crueles e inhumanos, sin importar cómo afectan a la población. Entre los más oscuros pasajes están los atentados contra el pueblo y la economía del país durante el paro-sabotaje petrolero. Sus pérdidas no han terminado de ser cuantificadas. Lo que tienen en la mira es salir del Presidente. Tal objetivo está fomentado por los sectores más recalcitrantes de la derecha, internos y foráneos.

Irónicamente, después del 2D, como por acto de magia, comenzaron a aparecer los productos. Alguien dijo: ¡hágase la luz!, y los anaqueles mostraron las anheladas mercancías. Sólo los despistados no relacionan el referéndum con el desabastecimiento, la escasez y la macabra planificación de tales eventos. Es obvio que esa noche deben haber festejado porque el plan funcionó.

La oposición viene con todo en este 2008. A finales de 2007 un rector de una universidad católica, archicomprometido con la desestabilización, que además confiesa abiertamente, lo advirtió: "el 2008 será peor que el anterior". La oposición pide reconciliación, pero al alborear el nuevo año comenzó a desplegar una publicidad en secuencia, utilizando el estigma de la bota militar, con el texto: "Presidente no nos castigue, baje los precios". Hay que preguntarse, ¿quiénes son los que realmente castigan a nuestro pueblo? Periodista /Prof. universitaria


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Asalia Venegas S.


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