Estuve en el puente y los vi arrinconados, humillados bajo el sol, maltratados, pegados en la pared, con el miedo obligándolos a aceptar cualquier migaja, con tal de conmemorar lo que les queda como recuerdo de aquella fecha que conmemoran para que no vuelva.
Ahí están amigo mío, no se quieren marchar, están atentos al más mínimo movimiento, se ven nerviosos, preocupados, presintiendo peligros infundados en manipulaciones mediáticas, es necesario que los observemos mirándolos directamente a los ojos, tienen dudas, desconocen al enemigo, antes eran identificables, ahora se hacen invisibles a nuestro lado, los verdaderos están en la sangre, en el piso de la avenida en la mirada de los vigilantes nuevos que desconfían, porque saben que todavía alrededor de palacio con sus marcas de traidor en la frente están intactos, hay que ser acucioso para notarlo, es tan imperceptible que a los nuestros les cuesta notarlo.
Lo que si está claro es que los vigilantes atentos regaron su presencia ahora en todos los alrededores de la patria, se dispersó del puente y todos los días son 11 de abril con todo preparado, ya concientizaron que detrás viene el 13.
Dicen que tienen que cuidarte, que las intenciones no han pasado, que son las mismas y los mismos traidores, con la diferencia que cargan una derrota en las espaldas que no se la podrán quitar ni que vuelva Cantinflas, o tal vez Tin Tan, pero ellos aun con intentos golpistas más nunca regresarán; es por eso que los alrededores de Miraflores cada vez que pasamos estan llenos de ojos en las esquinas, vigilando que no se les ocurra el más mínimo movimiento, porque los haremos morder el polvo, estamos convencidos que no todo está bien, que la revolución necesita un tiempo para consolidarse, por lo tanto hasta no estar seguros que el futuro está garantizado, mantendremos la vigilia por encima de los que quieren que no estemos, que se quieren apoderar de los recuerdos del verdadero pueblo y coger nuestro esfuerzo para congraciarse contigo amigo mío, pero el tiempo es implacable y sabemos que tarde o temprano conmemorará su fecha, porque es el dueño del sacrificio y no de los que se escondieron y ahora quieren adjudicarse como victoria los esfuerzos del soberano, que fue el que se quedó para siempre en la fecha y en el puente.
Honor para los valientes de todos los días, del mes de abril, del mes peréceme, del mes marcado, del siglo de siempre, de la historia.
Honor para los honores del pueblo, que viene de lucha feroz sin llanto y sin cansancio no se detiene buscando alegre la gloria.
Honor para los luchadores silenciados que gritan, libertad.
Y sigilosos revisan el horizonte, buscando traidores para execrarlos de nuestro tiempo.
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