Hay funcionarios de gobierno que por el puestazo que tienen se la dan de una gran vaina. A diferencia del Presidente Chávez, que siendo el que manda la bala más lejos, cada día es más humilde, más sencillo.
La arrogancia y la prepotencia, tan características de algunos funcionarios, de alto y bajo nivel, le han hecho mucho daño al Proceso Revolucionario Venezolano y recuerda antiguos comportamientos cuartorepublicanos.
No cae muy bien que ciertos burócratas se desplacen (apartando a todo el mundo y quitándole el espacio natural al común de la gente) en "camionetotas" por calles y avenidas encabezando caravanas de lujosos autos y escoltados por motorizados que conducen potentes moticicletas. Por el contrario; genera rabia y palabras altisonantes en contra de ellos. Lo inaudito es que los bichos creen que matan la liga comportándose de tan odiosa y antiética forma.
Los he visto en mi región (Anzoátegui) dándose bomba y dándole en cara a los que creen más pendejos que ellos. Lo paradójico es que son gente que hasta no hace mucho eran unos pataenelsuelo. Gente que no tenían ni siquiera un clavo donde amarrar un gallo.
La humildad de Chávez, padre de la criatura, es difícil encontrarla en algunos funcionarios que ni siquiera tienen la delicadeza de atender las llamadas telefónicas del pueblo; de ese que con su voto lo puso "en la buena".
Hay muchos que no entendieron el mensaje del Presidente cuando acudió a votar conduciendo un "escarabajo" rojo. O un "volvagito". Lo que quiso decir Chávez es que el valor de su voto es igual independientemene viaje en un catanare o en un "rolroic". "Pa que tanta mariquera. Tanta vanidad. Si lo que ayuda al Proceso es que los que están en el gobierno sean buena gente, humildotes, que se dejen tocar por el pueblo".
A mí me encanta conversar con los mesoneros, les pregunto por su familia. Hablo con los cocineros, con la que barre la sala. Me intereso por sus cosas, por sus problermas, por los estudios de sus hijos. Ese comportamiento es igual en todos los sitios donde prestan un servicio:
supermercados, gasolineras, librerías. Soy pana de los músicos y de los pescadores; de los poetas y de los menesterosos. Soy amigo de mi barbero, del que lava mi auto, del que me vende el café.
Me encanta saludar a la gente en las calles, en las esquinas.Debatir con ellos sobre política, deporte, Chávez, programas políticos de la televisión. Como periodista la fuente que más me gusta es Comunidades.
Ustedes se preguntarán y a qué viene todo esto. Pues bien. De inmediato les explico. Pero antes, por razones deontológicas me abstengo de mencionar la identidad real del personaje y la empresa que preside. Asimismo cambiará el sector laboral. Así, Pedro Antonio Goncalves (PAG), es mi amigo, y la compañía que preside, Petroponsigué.
Pues bien. En atención a una cita con el Presidente de Petroponsiguee, Pedro Antonio Goncalves (PAC) , acudí a un imponente edificio ubicado en la calle Nueva Andalucía, del sector Castañuelas, de Puerto Calma, donde funcionan varias dependenciales petroleras. Tenía cierto tiempo que no acudía a una instalación de este tipo. Todo muy bien organizado. Mucho control. Mucha disciplina.
En la entrada principal. Un circunspecto vigilante me atendió gentilmente:
- "¿Goncalves?". Es buena gente. Un tipazo. Por aqui pasa y dá los buenos días. Sus oficinas están en el quinto piso de aquella torre. Pero es temprano. Puede usted tomarse un negrito en el cafetín".
Agradeciendo la gentil atención del humilde trabajador me dirigí al cafetín. Allí también me hablaron bien de Goncalves: "El siempre toma cafe aquí. Es un hombre muy humilde. Ojalá todos fueran como él. Es el único presidente de las petroleras que habla con nosotros sin mucho protocolo, como si nada". Me dijo uno de los cajeros con cara de dueño del negocio. Toma café, pago y me dirijo al quinto piso.
En la recepción Luego un vigilante me conduce al mostrador. Dos lindas chicas atienden gentilmente a los presentes. Me anuncio. Registran mis datos personales y me expiden un credencial de visitante.
- "Suba usted al quinto piso. Alli le esperan".
Subo. Ascensor limpio e higiénico. Brillante. Vuelo y llego a mi destino. Me atiende una gentil señorita: "El Ingeniero viene en camino. Estará con nosotros en 20 minutos". ¿Le apetece un cafecito? "Guayoyo y sin azucar. De ser posible con azucar light, le digo solícito".
Los 20 minutos que esperé a PAC los pase sentado en una cómoda butaca leyendo una interesante revista (después mi amigo me la regaló) que daba cuenta de un Congreso Mundial de Energía, celebrado en Argentina.
Durante ese tiempo pasaron a mi lado 30 gerentes. Todos con ese aire de sabihondo, de machetes. Todos con esa cara tan de Nómina Mayor de la Pedevesa de antes, de esos que se creían dueños de nuestro petróleo y que se lo regalaron al Imperio. Todos con cara de burro embarcado. Ninguno dijo buenos días. Ninguno preguntó: ¿Puedo ayudarle en algo? ¿Ya le atendieron? ¿Puedo ser útil en algo? Sólo dos personas se preocuparon por la presencia de este humilde cristiano: la secretaria de PAC y la señora del café, que me sirvió dos veces sabroso guayoyo.
Por lo demás el ambiente era sobrio y elegante. Full aire acondicionado y puro olor a nuevo. Muy propio de la cultura laboral petrolera. Ambiente que invita al trabajo. Conozco estos ambientes porque me crié en un barrio petrolero y he tenido la oportunidad, como periodista, de conocer infinidades de despachos de este tipo.
Sé del derroche y del manirrotismo de la gerencia de PDVSA en la IV República. Los gerentes petroleros cuartorepublicanos eran tan abusadores que uno de esos bichos ordenó instalar una planta eléctrica portátil de Pedevesa en en un conocido restaurant español de Lechería para reponer la energía eléctrica para poder comerse uno de sus platos predilectos, el cocido gallego.
. O dígame el Presidente de Pedevesa que dispuso de piloto y helicóptero para mandar a buscar un saco de hielo desde la isla La Borracha al Paseo Colónla para asi tomarse un fino escocés. En todo ese pensaba mientras esperaba por el amigo.
Exacto. A los 20 minutos llegó José. Saludo de rigor. Quise callarme lo vivido. Pero no me aguanté y se lo dije. Cuando comencé a contárselo se paró y fue por la Gerente de Asuntos Públicos. A su regreso reinicié el relato y le conté todo por toda la calle del medio. Cuando finalicé, me dijo:
- "Que le cuesta a una persona decir buenos días señor, buenos días señora. Por más alto que sea el cargo que un humano desempeñe ser humilde y atento no le quita nada por el contrario le engrandece. El socialismo hay que practicarlo. Un buen revolucionario es humilde y atento, sencillo y humanista . No puede creerse superior a nadie porque tenga un cargo de alta jerarquía. En eso debemos seguir el ejemplo del Presidente Chávez.
- "Fijate Américo yo conduzco y me desplazo en mi carro y le echo gasolina de mi bolsillo. El carro que me asignó la compañía lo utiliza el gerente de operaciones porque él no tiene auto".
CERRANDO
Olof Palme, Primer Ministro Sueco, fue asesindo a balazos la noche del 28 de febrero de 1986 en un calle de Estocolmo cuando paseaba con su esposa tras salir del cine. Fue numerosa la cantidad de artículos escritos sobre tan singular personaje. Pero el que más me llamó la atención por la humildad fue uno de un joven venezolano que estudiaba en la capital sueca.
- "Todas las tardes, contaba el chamo, un señor me explicaba una de las materias mas complejas de mi carrera. Lo hacía con cariño y sabiduría. El salón de clases lo constituía la sala de espera de la estación principal del metro de Estocolmo".
Contaba el joven en su artículo que una tarde que estaba libre observó a su profesor del metro en el noticiario estelar de la televisora estatal y fue entonces cuando supo que se trataba de Olof Palme. Al otro día, tan pronto lo vio, le preguntó cuáles eran las razones para no haberle dicho que él era el màximo jefe del gobierno de Suecia. A lo que el humilde gobernante respondió:
- Eso no es lo más importante ni para tí ni para mí. Lo que importa es que trabajemos juntos para que termines bien tu carrera y regreses a tu país a contribuir con su engrandecimiento, a formar una familia, a hacer patria".
TINTERO
Los primeros invitados especiales de Nelson Mandela a su toma de posesión como presidente de Suráfrica fueron sus tres carceleros quienes, por su puesto, se sentaron en la primera fila.
americoarcadio@yahoo.com