Actitud frente la recolección de firmas y el revocatorio


De nuevo insisto en la inmensa necesidad de capacitarnos y prepararnos adecuadamente. Y me refiero a los paisanos, a los ciudadanos de a pié, no me refiero a los dirigentes, aunque también lo necesitan. Pareciera prudente que se le diera atención a eso de capacitarnos para poder comprender lo que realmente está sucediendo y lo que pudiese suceder.

En Venezuela está planteado el proceso revocatorio, no sólo del presidente. También se ha planteado solicitar revocatorio a aquellos ciudadanos que amparados en la sombra del presidente Chávez, y los cuales llegan porque se identifican con el proyecto de cambios que él propuso, pero que con el pasar del tiempo se cambiaron de acera... sí, ellos se cambiaron de lado y ahora se oponen al proyecto de cambios sociales que lideriza el presidente Chávez, convirtiéndose en un obstáculo para este proyecto. En lugar de avanzar en la dirección que el pueblo le asignó cuando votó por ellos dentro del boque de aspirantes que se comprometieron con nosotros a adelantar este proyecto.

Al cruzar la calle y colocarse en la acera de enfrente han abandonado la tarea que les asignamos nos dan razón suficiente para revocarles el mandato. Ahora bien el proceso revocatorio es complejo, comienza con la recolección de firmas, pero se complementa con la asistencia al centro de votación en cantidad suficiente para revocares el mandato. PERO LO QUE ES MÁS IMPORTANTE DE TODO ESTO ES QUE CUANDO LLEGARON A SUS CARGOS LO HICIERON EN EL PORTAAVIONES, CON UNA VOTACIÓN ALTA PARA LA HISTORIA POLÍTICA VENEZOLANA, LO CUAL HACE MUY CUESTA ARRIBA SU REVOCACIÓN, POR LO CUAL DEBEMOS DESARROLLAR UNA CAMPAÑA DE CONVENCIMIENTO DE LA CONVENIENCIA Y NECESIDAD DE PARTICIPAR MASIVAMENTE EN ESTE PROCESO...
Estamos en un período de tensión electoral. Esta tensión se incrementará con el paso de los días y la aproximación a los actos de recopilación de firmas, cuando los medios de comunicación masivos se verán favorecidos con la promoción de una o otra tendencia. La propaganda para que participemos en una jornada de recolección de firmas y no lo hagamos en la otra invadirá nuestra vida diaria, seremos abarrotados de esa promoción, con la cual algunos se identificarán y otros rechazarán...

cuando sintonicemos alguna emisora para escuchar o ver un programa, seremos bombardeados por los llamados a una participación. Lo más importante de esta situación es que seamos nosotros los que meditemos y pensemos en la conveniencia de participar. Lo importante será que nuestra conciencia sea la consejera y que decidamos por convicción, no porque la promoción de una corriente por la excesiva repetición de un mensaje nos lleve a tomar una decisión de suma trascendencia para el país y para l futuro, no sólo nuestro, sino de nuestra descendencia...

Estaremos frente a un hecho único hasta ahora y que fijará la pauta para futuros períodos de gobierno o d ejercicio de la legislatura. Dependiendo de los resultados de la recolección de firma, saldrán fortalecidos aquellos a quienes no se le puedan recoger las firmas necesarias para la solicitud del revocatorio, porque se puede interpretar que cuentan con el respaldo popular, y en el peor de los casos, que no son rechazados. Esto pudiese ser interpretados por algunos como que ha desempeñado su labor de manera adecuada, o por lo menos aceptable, cuando algunos sabemos que no es verdad que se estará midiendo la labor desempeñada sino el respaldo político a la corriente que lo respalda. Por lo general el pueblo llano no ve nunca a sus representantes y mucho menos logra conversar con ellos, y menos aún que sus intereses e inquietudes sean considerados.
Sería prudente que pudiésemos poner a funcionar la razón antes de la pasión. Mediante la razón podemos hacer una evaluación del desempeño mostrado por el funcionario a quien se le pretende revocar el mandato, para poder tomar una decisión que sea favorable al colectivo por encima de los intereses del partido... cuando ponemos a funcionar la pasión, no hacemos un juicio real del desempeño del funcionario, sólo respondemos a los intereses de otros que tampoco se acordarán de nosotros hasta el próximo período electoral cuando acudirán a nosotros para solicitar que votemos por ellos...

Lo más importante de este proceso es meditar acerca del desempeño que ha tenido el funcionario, preguntarnos sí realmente ha cumplido los compromisos contraídos con nosotros cuando lo elegimos. Preguntarnos sí la labor que ha desempeñado se corresponde con lo que esperamos que hiciera. Preguntarnos sí lo que ha venido haciendo es favorable o no para el colectivo. Y lo que es más importante aún, darnos nosotros mismos la respuesta y no dejar que sean otros los que nos conduzcan a cumplir con los deseos personales de otro que a lo mejor ni se ocupa de nuestras necesidades.






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Sigfredo Leal Levy


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