Hay que colocar las cosas en su sitio. La organización popular exige
disposición para luchar cada pieza en el preciso lugar que le corresponde.
En el movimiento de bases nada sobra ni nadie está demás. Todo se necesita
y todo se acopla a la fuerza que se constituye. Sin embargo, esto demanda
temperancia, sabiduría y humildad de quienes creen y aspiran trabajar por
una causa común.
Después del 11-A han surgido numerosas expresiones populares de la comunidad
para sumarse a la defensa y construcción del proyecto político
transformador. Agrupaciones que surgen para crear también vías alternas al
modelo de sociedad, impuesto por el orden mundial global. Sin embargo,
estas organizaciones surgen en la escena de manera inarticulada. Aunque
buscan un mismo objetivo, su acción se proyecta como las líneas paralelas
del ferrocarril que nunca se unen. Círculos bolivarianos, redes populares,
movimientos comunitarios, agrupaciones de profesionales, frente de
trabajadores, unidades de acción, en fin, mini estructuras de participación
política. Pero se quedan en un ambiente disperso. Probablemente por dos
razones fundamentales. La primera porque asumen que su verdad es el centro
de gravitación y se aíslan, aunque no sea de manera deliberada. Y la otra,
porque no hayan los trazos que de manera firme le indiquen los pasos a dar.
No materializan las herramientas conceptuales ni prácticas para montar una
plataforma de gran envergadura.
Por el otro lado, a diferencia de lo que podría ser el partido único, que
es una interpretación inexacta por un manejo inacabado del cuerpo de
postulados teóricos e ideológicos, o que se debe buscar es una coordinación
única. El partido único es dogma, y , por lo tanto, atenta contra la
democracia. Base de los postulados teóricos que sustenta el pueblo.
Mientras que la condición central, por el contrario, es la conjunción de
múltiples sistemas de valores. Es la suma de fracciones de pensamientos. Es
la canalización de todas estas expresiones populares para orientar los
esfuerzos variados de lucha. La coordinación central se comporta como una
macro estructura, cuyo objeto es alcanzar las metas de trascendencia
estratégica. Ninguna de las partes quiere perder su perfil, ni su
identidad, ni sus objetivos de grupo. Pero, saben que necesitan acordarse
con el resto de unidades, a fin de concretar la sinergia política de su
accionar. Es decir, el esfuerzo colectivo que beneficie a la comunidad y a
cada uno de ellos también.
Por lo tanto, esa acción de coordinación única, la debe asumir la
Plataforma Unitaria Plural (PUP), o lo que es lo mismo, el MBR-200, como lo
ha indicado el Presidente. No obstante, no sólo basta la enunciación. Hay
que darle autoridad a un equipo que tenga capacidad de organización,
voluntad para el trabajo las veinticuatro horas del día, perseverancia para
recorrer el país de norte a sur y de este a oeste, convicción ideológica y
talento para difundir los preceptos y valores que tanto demandan las bases
populares.
La condición central, requerida desde el mismo 11A, bien sea PUP o
MBR-200, debe fundamentalmente en los tres postulados definitorios del
proceso: (i) el gobierno es instrumento del pueblo, (ii) la creación del
Poder Constituyente y (iii) el rescate de la Agenda Alternativa
Bolivariana. Tiene que proponer con base en la Constitución, el nuevo
modelo de país que recoja el sentimiento emancipador del colectivo y del
desarrollo tangible de la prosperidad nacional.
La coordinación central -PUP-MBR-200- no es un listado de agrupaciones que
se reúnen con cierta frecuencia. Es, principalmente, la estructura orgánica
para consolidar el poder popular. Solamente así, se le podrá presentar al
colectivo, al resto de los actores políticos y a la oposición la fuerza
emergente de un verdadero proceso de transformación nacional.
Por nuestra parte, continuaremos vocacionalmente con el peregrinaje
político por todo el país. Para esta semana estaremos en el 23 de Enero y
Catia. Asistiremos a la reunión pedida por un grupo de sindicalistas en
Guarenas. Expondremos nuestro diagnóstico en los Barrios del Sur de
Valencia y nos reuniremos con el Foro Social de Carabobo para dar inicio al
curso de promotores populares. Le explicaremos a los Círculos del El
Junquito las perspectivas del "proceso" y con el grupo del Ateneo de
Caracas, que se anotó para realizar el curso, tendremos nuestra primera
reunión de trabajo.
Esto es sólo por esta semana, Porque para lo queda del año, el trabajo
viene más intenso. Ahí vamos, aportando nuestro grano de arena al proceso
organizativo de las bases revolucionaras, bien sea con el PUP o con el
MBR-200.
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