Oyendo la alocución del presidente Chávez ante los delegados internacionales al I Congreso Bolivariano de los Pueblos, se puso nuevamente en evidencia una preocupación que hemos tenido y planteado públicamente en nuestra organización, Opción de Izquierda Revolucionaria (OIR), a través de nuestro periódico "Oir a los Trabajadores", por medio de esta misma página, así como en distintos foros y debates.
Chávez, aprovechó la ocasión para hacer una denuncia sobre el papel que los medios de comunicación, especialmente la televisión, siguen jugando contra el proceso revolucionario en Venezuela. Estos no están recibiendo las cuñas y propagandas de las organizaciones políticas que apoyan al gobierno, ni siquiera pagando. Otro hecho relacionado con lo anterior es que hoy, en una rueda de prensa de todos los medios televisivos, entre los cuales, además de los representantes de los canales privados se encontraba el presidente de Venezolana de Televisión, Vladimir Villegas, el presidente del Canal 2 (RCTV), Marcel Granier, rompió el acuerdo establecido en una reunión previa de no introducir ningún tema conflictivo, en aras de lograr la conciliación y el diálogo, en el marco del proceso de recolección de firmas que se avecina por parte de la oposición. Este impasse y la denuncia hecha por Chávez ponen en el tapete nuevamente el peligro que se cierne sobre el avance del proceso revolucionario en el país.
Amén del resonante triunfo popular obtenido en la reciente jornada de recolección de firmas para revocar a los diputados golpistas, este proceso para activar los referéndum revocatorios, y la eventual realización de elecciones el próximo año, se pueden convertir en una trampa, que en manos de los golpistas son otra arma más contra los trabajadores y el pueblo. Hemos dicho en reiteradas ocasiones, y no nos cansaremos de alertar en ese sentido, que a la burguesía venezolana, con apoyo indiscutible del imperialismo norteamericano, no le interesan, en esencia, los procedimientos democráticos. Estos son utilizados cuando les conviene o cuando no tienen otro recurso a la mano. En rigor, lo que tienen claro, y hacia eso conducen todos sus actos, es que tienen que liquidar este proceso revolucionario, desembarazándose de Chávez, en primer término, y luego arremetiendo contra las organizaciones populares y sindicales, así como contra los dirigentes clasistas y revolucionarios. El avance de la organización popular y sindical, así como el alto nivel de conciencia política alcanzado por el pueblo y los trabajadores, es un peligro que se cierne sobre sus privilegios, de allí que deban aplastarlo por los métodos que sea. En tal sentido, el referéndum no es si no una continuación del golpismo esgrimido en abril del 2002 y durante el paro-sabotaje de diciembre y enero pasados, sólo que ahora apelando a los recursos constitucionales y electorales.
Los dos hechos que al principio referíamos, ponen de manifiesto que a los golpistas no les interesan las fórmulas conciliatorias y legales, sólo las utilizan cuando les conviene. La denuncia de Chávez y la actitud de Marcel Granier, son un presagio de lo que se avecina en los próximos días. Lo más probable es que de ahora en adelante, la televisión y los demás medios, impresos y radioeléctricos, desaten una campaña feroz contra el gobierno, ofrezcan a los partidos golpistas todos los espacios de opinión e informativos, mientras niegan la publicidad a las organizaciones políticas y sociales que apoyan el proceso de cambios que transita el país. Seguramente continuarán mintiendo y engañando descaradamente como lo han venido haciendo desde hace 5 años, amparados en la impunidad que se ha entronizado en la sociedad.
En la alocución a la que hacíamos referencia, el presidente Chávez exhortaba a los otros poderes estatales, particularmente a la Fiscalía y a los tribunales, a que cumplieran con su obligación de sancionar a los infractores de la ley, y por enésima vez, amenazaba con tomar medidas drásticas contra los medios. Los dueños de los canales de televisión y de los demás medios de comunicación social ya han oído esto en múltiples ocasiones anteriormente, y también saben que nada les ha pasado a pesar de la flagrante violación de la legalidad puesta en práctica por los mismos. La impunidad los protege y están concientes que, hasta ahora, "perro que ladra no muerde".
Nuestra opinión es que pedirle a instituciones penetradas hasta los tuétanos por "quintacolumnistas" de la oposición golpista y puntofijista, que tomen medidas contra sus aliados y compinches es "pedirle peras al olmo". Ni la Fiscalía, ni los tribunales, y mucho menos el TSJ, instancia a la que le corresponde la paternidad de la impunidad en nuestro país, moverán un dedo contra los propietarios de los medios. Deben ser los trabajadores y el pueblo, a través de sus organizaciones, como la UNT, sindicatos clasistas, los Círculos Bolivarianos, los Comités de Usuarios de los Medios y los medios comunitarios y alternativos, los que deben tomar la iniciativa en la lucha contra la impunidad y por el control social de todos los medios.
Por otra parte, así como el presidente Chávez le exige a las demás instituciones del Estado asumir su responsabilidad, el gobierno también debe asumir su compromiso. No se puede seguir pasándole la pelota a los demás, el gobierno a través del ministerio correspondiente debe aplicar sanciones a los medios golpistas y apoyarse en la movilización de los trabajadores y el pueblo organizado para acompañar estas medidas. No basta con las cadenas, hay que salirle al paso a la impunidad y movilizar todas las energías populares para enfrentar la reacción golpista de los medios de comunicación.
Con medios de comunicación haciendo campaña descarada a favor del golpismo y contra los intereses populares es una locura aventurarse en procesos electorales y refrendarios. Este es el terreno en el que los golpistas del puntofijismo se han desenvuelto durante décadas. Tienen ingentes recursos económicos y logísticos, así como el apoyo del imperialismo. Se conocen todas las triquiñuelas del juego electoral, y como si fuera poco, cuentan con la tecnología de los medios de comunicación, especialmente de la televisión.
En lugar de pedirles perdón y sentarlos en una mesa de negociación después del sabotaje, cuando estaban contra la pared, a los golpistas había que acusarlos judicialmente, sancionarlos administrativamente y meterlos presos. Lamentablemente esto no se hizo y hoy andan muy campantes pidiendo revocar al Presidente. En tal sentido, planteamos profundizar y extender a todo el país la campaña contra la impunidad propuesta por aporrea y otras organizaciones políticas y sociales. Debemos sancionar a los medios así como a todos los golpistas, y evitar que los referéndum y las elecciones se conviertan en una nueva trampa del golpismo para liquidar el proceso revolucionario en Venezuela.