Estimado compatriota Antonio Guillermo García Danglades. Voy a responderle
algunas de sus críticas a mi artículo. Yo fui de la Juventud comunista, y
estuve en muchas de las acciones de calle y toma de barrios que se dieron
en la década de los sesenta. Yo estuve cerca del profesor Damián Ramírez
Labrador el día que lo mató el copeyano Ditmer Miller, que luego el propio
gobierno sacó para España. La promoción de bachilleres a la que pertenecí
llevó el nombre de Alberto Rudas Mezones, aquel camarada que mataron en El
Silencio. Conocí de cerca la tragedia de muchos jóvenes que se fueron a
las montañas. Conocí aquella orden desquiciada de matar un policía diario.
De modo que sé de aquellas acciones del Pompeyo duro que cuando la
situación estaba más crítica decía que la guerra sería larga, y de aquel
Teodoro Petkoff que iba y salía de las cárceles como Pedro por su casa. Yo
quedé de una sola pieza el día que todos los periódicos trajeron la
noticia del asesinato del prestamista Angiulani, que por ochenta mil
bolívares, mataron a balazos, y que la justicia no hizo nada porque la
justicia tenía miedo, como ha sido entre nosotros. Luben, quien fue el que
le metió dos tiros a Angiulani por la cabeza, el presidente Carlos Andrés
Pérez le dio préstamo de un millón de bolívares. Eso lo supimos todos
nosotros en la Juventud Comunista, y si Luben comerció con Cuba no lo hizo
para liberarla del bloqueo gringo, sino porque para él representaba otro
negocio más.
El caso de don Guillermo García Ponce es totalmente diferente, porqué él
si permaneció fiel a sus ideales comunistas. Pero Pompeyo y Teodoro se
fueron a tranzar con los adecos para crear otro partido, y estuvieron en
las discusiones con Gonzalo Barrios y el mismo CAP. Yo le recomiendo que
usted se lea “La CIA y la guerra fría de la cultura” para que allí vea
cómo todos los partidos de izquierda en América Latina fueron infiltrados
por la CIA, y se convirtieron en tapaderas de esta agencia secreta. Para
que conozca con detalle toda esta historia, le recomiendo un libro mío (y
perdone el abuso) que saldrá el año próximo titulado “LACAYOS”. Claro, los
testimonios de Argenis Rodríguez me serán muy valiosos, por ser un testigo
excepcional de esa época.
Reciba un abrazo, y mis respetos.
José Sant Roz
