Me pregunto si se sentirá cómodo Lorencito Mendoza ahora que se le ha despojado del infamante apelativo de oligarca -comandante dixit-. Pare ese muchachito debe resultar bastante extraño que ahora –según dice el Comandante que dijo Bolívar- hay una sola clase: la de los ciudadanos. Ciudadanos con hambre y ciudadanos hartos; ciudadanos de a pie y ciudadanos en HUMMER. Pero felizmente ¡Todos ciudadanos!... Que razón tenía Bolívar… y también Rómulo Betancourt, prócer del policlasismo venezolano.
Ahora parece que citamos a Celso Furtado y todos los economistas de la CEPAL sobre cuyas recetas keynesianas se montó el tinglado económico de La Cuarta, incluída La Gran Venezuela de CAP y sus “doce apóstoles”… “cosas veredes, amigo Sancho, que farán fablar las piedras”.
Si usted quiere vestirse de revolucionario, basta con que hable mal del neoliberalismo. Es un cadáver insepulto al que podemos acribillar impunemente porque ya huele a muerto en el propio Fondo Monetario Internacional y hasta su viuda -Bush- está haciendo las maletas. El sainete es el mismo de 1947 en Bretón Woods. Si las masas se encabronan con el capitalismo, desenterramos la momia de Keynes para prestarle un rostro humano por un rato… solo mientras se repone de los coñazos que está recibiendo. Mientras tanto, hasta la momia de Keynes se disfraza. Ahora se llama Socialismo del S. XXI.
Y hablando de disfraces, es bueno recordar que ningún negro se mudará jamás a la Casa Blanca si no tiene el alma blanca
Entérese camarita, usted que está en la reserva, usted que andaba la semana pasada haciendo secretísimos ejercicios de defensa filmados por la televisora del Estado en alguna playa. Entérese pues: La guerra de guerrillas es una antigualla, la lucha armada ya no está de moda –y no me discuta, porque lo dijo El Comandante-, de modo que todo ese cuento que le venían montando sobre guerra asimétrica y sobre invasiones del imperio se acabó. Sospecho que el Imperio se ha rendido. La Cuarta Flota debe haber huido despavorida frente al poder de fuego de los peñeros que nos mostró la televisión.
Comandante: A cuenta de “quitarle excusas al imperio”, me atrevo humildemente a sugerirle que le devolvamos el petróleo a los gringos. Después de todo, me luce que en Washington están mucho más arechos con PDVSA que con las FARC.
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