De Barack Obama se dice que "...encarna el cambio en una sociedad multicultural y que su triunfo electoral pudiera poner término al militarismo puro y duro". John Hooker considera que el precandidato afro norteamericano está en capacidad de resolver los problemas a través del diálogo. Está claro, que sólo una cuarta parte de los estadounidenses, apenas medio centenar de millones, toman esta decisión de elegir un presidente cuya designación trasciende sobre buena parte de la humanidad.
Desde el punto de vista "social y humano", Fidel Castro lo señala como "el más avanzado de los candidatos", pero igualmente ha dicho que, no por ello, deben esperarse actuaciones diferentes frente a los grandes temas internacionales. Esto pareciera ser cierto al leer sus declaraciones sobre el problema palestino y sobre la política nuclear iraní.
En cuanto a América latina declaró el pre candidato demócrata que aún cuando flexibilizará los viajes y las remesas a Cuba, "no levantará el embargo", y respecto a Venezuela, sin negar que pueda entrevistarse con Hugo Chávez, lo visualiza "...como una amenaza".
La democracia mundial jamás tendrá contenido si los temas que la integran, nacional e internacionalmente, no se entienden como un complejo sistema de relaciones sociales. José Sols en sus obras afirma que la democracia internacional se desenvuelve de una manera esquizofrénica. Se viste de pacifista para las grandes galas y diariamente carga el uniforme de combate para la guerra planetaria.
La pluri-polaridad es desde hace mucho tiempo una exigencia universal. Como dijera Humberto Eco, un mundo plural es aquel en el que todo el mundo tiene derecho a ser distinto a los demás; no por ser diferente se es malo.
"Nos hacemos malos –ratifica Ecocuando queremos impedir que los demás sean diferentes".
El mundo plural debe basarse en el respeto a la alteridad, a la paz, la libertad, la igualdad, el diálogo y la justicia. La historia debe ser hecha por todos y no impuesta por algunos. La eliminación del hambre y la pobreza forma parte de la Declaración del Milenio.
El dominio unipolar conduce a subordinarnos a un pensamiento único.
