La política es como la Vinotinto

El fútbol es un juego que (como la política) donde todo se disputa como un balón. La Historia desde antes de César está hecha de tensiones (como el fútbol) y avanza, y cuando te das cuenta, ya el mundo no es el mismo. Algo así ha sucede con la política. El fútbol puede ser una herramienta de emancipación, aunque de un tiempo a esta parte lo eclipsa el "yoísmo", el personalismo, la vanidad y el espectáculo. Tal como ocurre en la política (se pasa por encima de las ideas, del compromiso y de las convicciones), futbolísticamente a la teoría revolucionaria se le da con los pies.

El neoliberalismo copó la vanidad del dirigente (hombres y mujeres, periodistas y profesores, arquitectos y artistas, gente de abajo que se puso arriba) quienes se miran a sí mismos como "exitosos" que llena estadios y estadios. Allí hay clubes (o partidos) integrados por élites (familias políticas) que se reúnen con en y con NuestrAmérica (como la llamara Martí); desde este lugar buscan los provechos del gol (a como dé lugar). Las multinacionales y los imperios los aprovechan y así ponen fin a la solidaridad (esta se queda sola con el "soli" y no "dad" nada).

Estos dirigentes se sienten con un poder que han inventado para ellos y con el que acceden a privilegios. Disertan, escriben, salen en televisión, hablan pero no toma consciencia que la política no perdona ni el mentir ni el fingir. Para bien de la humanidad, en la política, la única herramienta de trabajo "es la personalidad de la persona", su condición corpórea, sus ambiciones Homéricas y esa necesidad de ser Capitán América. Es así, como perdiendo la identificación con quienes los seguían se creen que están salvando a la patria.

¿Habrán sabido alguna vez que la clase obrera que adoptó el fútbol como un entretenimiento lo hizo cuando necesitó tener identidad colectiva y espíritu de equipo? La política (como el fútbol) es una metáfora. Se equivocan quienes piensan que con ella se controla a los parias y les cortan la velocidad emancipadora. En el futbol (y también en la política) se juega a la esperanza con táctica y estrategia. Algunos políticos (doy fe de los que conozco) juegan como Ronaldo, de manera individual, haciendo prevalecer "las composturas" y los pasos largos, para obtener la gloria (y el dinero)

Desde su supuesta "intelectualidad" se pasan el balón con estilo ante la debilidad de la masa. No se percatan que esta quiere un juego colaborativo, menos particular, más humilde y sin historias personales, algo así como hacer victorias para celebrarlas entre todos y compartirlas colectivamente. "La mano de Dios" (de Maradona) ejemplifica bien ese sueño. Hacer un tiro al arco frente a un portero británico (o estadounidense). O ser un Garrincha o un Pelé (no un pelele) que esquive a los imperios con un dribleo carioca o argentino o chileno, o venezolano en este tiempo de la Vinotinto, (pero ojo, sin nadie que la utilice para dar golpes de estado y sin jugadores que jueguen para el otro lado).



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Isaías Rodríguez

Abogado, ex Vicepresidente Ejecutivo y ex Fiscal General de Venezuela. Actual Embajador de Venezuela en Italia.


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