Otra óptica del 15-O

El chavismo obtuvo un triunfo realmente contundente. "Si algo malo aparejan estos resultados, son los graves problemas que ocultan". A partir de esa opinión de Eligio Damas haré el análisis de los comicios del 15-O. Sin dudas, el chavismo obtuvo una innegable victoria electoral. Sin embargo, mi irrefrenable "razón socrática" me obliga a valorar los resultados con una óptica distinta a las que he leído.

Nunca he sido triunfalista. En cada victoria trato de ver cuánto me pertenece y cuánto corresponde a otros. El 15-O, además de nosotros, Dios y el pueblo metieron la mano. Castigaron los crímenes y la violencia de la oposición.

Por su parte, el Jefe de Estado hizo de la paz y del diálogo su mejor bandera. No cayó en las trampas de esta oposición enferma de "dosmilquince" y su cordura mostró al conductor político.

Es cierto que tenemos una poderosa maquinaria electoral. Mueve las masas. Pero los triunfos y las derrotas, como dijo el presidente Maduro en su brillante rueda de prensa, no existen. Pues bien, desvistamos la victoria de los fantasmas y quitémosle arrogancia y superioridad al desplante.

El padrón electoral fue de 18.094.065 electores; la participación (la mayor en unas elecciones regionales) de 61,14% y la abstención (la menor en Latinoamérica) fue de 38,86%. Solo que hubo 2.650.000 sufragios menos de los alcanzados en la Constituyente y retrocedimos 50.985 votos duros con relación a 2015. La diferencia entre 5.622.844 de las parlamentarias y 5.571.859 del 15 de octubre.

Vendrán nuevas elecciones. No me refiero a las alcaldías. Nos importan las presidenciales.

El pueblo castigó a la oposición el 15-O restándole 2.923.786 sufragios de los 7.700.000 votos que en 2015 la llevó a la Asamblea Nacional. En las elecciones regionales pasadas, la bajó a 4.776.214 y a nosotros nos asomó la soga.

Derrotamos la realidad virtual de la oposición, pero nos negamos a reflexionar sobre la nuestra. El pueblo sabe cómo elegir. Tiene conciencia política y social. Va más allá del voto duro cuando castiga.

Los precios se han disparado sin control. Los brincos de una semana a otra son tan grandes como los saltos que da Ismael García. Si el Gobierno y la Asamblea Nacional Constituyente no ofrecen respuestas oportunas a este problema la factura la cobrará el pueblo en dólares y no en yuanes.



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Isaías Rodríguez

Abogado, ex Vicepresidente Ejecutivo y ex Fiscal General de Venezuela. Actual Embajador de Venezuela en Italia.


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