Declaración de Wladimir Ruiz Tirado,
Encargado de Negocios de la Embajada de la República Bolivariana de
Venezuela en El Salvador.
La reproducción de un video contra el Presidente venezolano Hugo Chávez, el día 7 de julio, por los canales de televisión 2, 4 y 6, donde se presentaron las más variadas y abominables expresiones de odio, maldad y perversidad atribuidas a su persona y a su gobierno pudiera ser un capítulo especial de “La Historia Universal de la Infamia” escrita por Jorge Luís Borges en 1935. Sin desperdicio alguno el señor Alejandro Peña Esclusa, con la co-autoría de un tal Jaime Handal, formulan todo tipo de improperios, denuestos y desafueros. El mismo Borges se quedaría perplejo ante la agresiva e insolente campaña mediática, la cual, por supuesto se realiza con la permisividad de dichos canales televisivos y quienes de alguna forma les ordenan ejecutarla.
Para comprender el significado y la magnitud de los hechos es conveniente ubicarnos en lo que ha sido la historia reciente de las acciones imperiales, no sólo para derrocar a nuestro Presidente, sino, además, para definir una estrategia contra el avance de los procesos democráticos y soberanos en América Latina.
Recientemente, a comienzos del presente año, se reunió en Rosario, Argentina, se congregó una selección de los más representativos agentes de la derecha internacional. Convocados por el inefable Aznar, a través de su “Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales”, se dieron cita Mario Vargas Llosa e hijo, Jorge Castañeda, Carlos Montaner, Plinio Apuleyo Mendoza, Enrique Krauze, Jorge Edwards, Arturo Fontaine y un combo de “biempensantes menores”, entre los cuales estaría muy bien ubicado Peña Esclusa, en la feliz expresión de Alfonso Sastre.
¿Cuál fue el motivo del encuentro? Según nos reseña Atilio Borón: diseñar y relanzar a escala continental una fuerza de derecha con capacidad de enfrentar con éxito los avances de la izquierda. Emprender una campaña internacional en contra de supuestos gobiernos “populistas”, contrarios al “libre mercado” y al “Consenso de Washington”. Pero, en particular, cebarse en la agresión directa y definitiva para desalojar del poder a Hugo Chávez en Venezuela y a Evo Morales en Bolivia. Y así ha sido desde entonces, con una clara solución de continuidad, la acción política, mediática y militar de esta derecha recalcitrante contra nuestros presidentes y países.
De allí que no nos sorprende esta campaña. Pero, no desdeñamos la inquina que pretende inocular contra nuestro presidente entre nuestros pueblos y, en especial, acá en El Salvador donde se libra una contienda electoral el año en curso, y en el que viene, y donde se busca satanizar al Presidente Chávez e incidir en un asunto interno de los salvadoreños. Son los corifeos del discurso del imperio. Repiten como loros la vulgata discursiva de Bush: terrorismo islámico, narco-guerrilla, FARC, populismo, comunismo, entre otras calificaciones imperiales para estigmatizar a nuestros líderes legítimos.
En el fondo se trata de un capitalismo que ha llegado al paroxismo de su insania destructiva de hombres y naturaleza. Como lo dice Zibechi. “Se trata de un modelo financiero-especulativo y de acumulación por desposesión, que sustituye las negociaciones por las guerras y la extracción de plusvalor por la apropiación de la naturaleza. O sea, un capitalismo de guerra para la decadencia imperial”. Es con este modelo que Peña Esclusa y sus allegados son solidarios. Contradicción lógica en el uso de este concepto pues desde sus orígenes cristianos nos remite a la igualdad entre los hombres y al bien común. Justamente lo contrario de la actuación de los imperios y sus corifeos.
Así que esta embajada rechaza categóricamente el mensaje vergonzante y de terror que, un apátrida como el arriba mencionado, ha hecho circular en los medios televisivos salvadoreños e, igualmente, un llamado de atención a quienes permiten utilizar estos canales para difundir una campaña de odios y de guerra contra nuestros pueblos.
San Salvador
18.07.08
wladimiruiz_t@hotmail.com