En Venezuela urge, como hemos dicho en anteriores ocasiones, una oposición seria, honesta, consciente y auténticamente democrática. Respetuosa de nuestra Constitución, nuestras leyes y nuestra historia patria. Que juegue limpio. Sin trampas. Con dirigentes sin olor a pasado tenebroso. Sin vínculos con estructuras políticas obsoletas. Sin relaciones directas -ni indirectas- con hechos de corrupción. Que demuestren con qué han vivido durante los cinco años de gobierno chavista.
Y cómo, cuando estuvieron ejerciendo funciones públicas, lograron amasar inmensas fortunas. Que no mienta consecutiva y descaradamente; ni engañe a sus seguidores, ni los lleve al matadero. Que hable claro y sin tapujos; sin escudarse en sus medios de comunicación. Que no coquetee con el gran imperio. Y asuma posiciones serias frente al ALCA y el Plan Colombia, entre otros asunto de interés mundial.
La oposición debereía autoevaluarse y responderle a quienes todavía le siguen: ¿cómo incluir a los excluidos, sin excluir a los incluidos? ¿Les dice algo la JUSTICIA SOCIAL? ¿Por qué durante sus mandatos no lograron disminuir el analfabetismo? ¿Cuál debería ser la función de los sindicatos? ¿Qué papel cumplen las universidades en el desarrollo de un país? ¿Qué opinión les merece la gratuidad en salud y educación? ¿Cómo producir lo que nos comemos sin continuar importando? ¿Qué les significa la palabra Soberanía? ¿Están de acuerdo con retirar a Venezuela de la OPEP, como desea el "presidente del planeta", y colocar precios mínimos para cada barril de petróleo? ¿Cómo distribuir equitativamente la riqueza generada vía renta petrolera? ¿La información debe ser equilibrada, veraz y oportuna? ¿Y el derecho a réplica? ¿Cómo permitirles a todos los venezolanos el libre acceso a las diversas manifestaciones de la Cultura? ¿Por qué el término Bolivariana les produce asco y temor? ¿Qué opinan de la Integración Latinoamericana? ¿Y del bloqueo norteamericano a Cuba? ¿Y las Misiones Robinson, Sucre y Ribas? ¿Los Bancos del Pueblo y de la Mujer? ¿Mercal y Barrio Adentro? ¿Las cooperativas? ¿Consideran necesario el terrorismo de Estado y la represión típica de los gobiernos del Pacto de Punto Fijo? ¿Lo de abril 2002 fue un Golpe de Estado o una acción sublime preñada de buenas intenciones? ¿La paralización de PDVSA, y sus terribles consecuencias, podría seguirse considerando un "Paro Cívico"? ¿Apoyarían un magnicidio? .
Resumiendo: la oposición debe presentarle a la sociedad cuáles son sus verdaderas intenciones si asumieran, en un futuro muy lejano, el poder.
El país nacional, y el chavismo -MVR, sobre todo- como fuerza con presencia real insoslayable, amerita antagonismos para garantizar la sobrevivencia del sistema partidista venezolano, y para lograr definitivamente la ansiada e indispensable convivencia ciudadana.
Ante tamaño compromiso, nos preguntamos: ¿posee la actual oposición, estas características? Nuestra respuesta es NO. ¿Por qué? Muy sencillo. No hace falta ser experto para reconocer cuántas debilidades tienen, por ejemplo, los partidos aglutinados en la denominada coordinadora democrática. Para muestra un botón: ¿cuántas personas lograrían reunir las estructuras de ese amasijo si a cada uno se le ocurriese convocar, por separado, a una concentración como las de Chávez?
Y cuántas carencias aparecen en quienes dicen ser sus "líderes". Descrédito total. Ninguno ofrece garantías: Salas Romer, Ramos Allup, Albis Muños, Manuel Cova, Antonio Ledezma o Enrique Mendoza ya no representan alternativas frente al fenómeno chavista. No dan espacio para la consolidación de muevas experiencias. No permiten el surgimiento de liderazgos distintos. Ad y Copei ya no tienen capacidad de convocatoria. Primero Justicia y Proyecto Venezuela son islas casi desiertas con presencia en dos o tres regiones del país. La CTV y Fedecámaras interpretan a las cúpulas de siempre.
Para finalizar. consideramos que esta oposición debe revisarse urgentemente. Caso contrario, desaparecería con pena y sin gloria. Y Chávez, para sus lamentos, gobernará sin mayores problemas hasta el 2013.
