15.diciembre/2003 - Francia - Numerosas y patentes son las iniquidades cometidas por el gobierno de la primera potencia mundial con respecto a Cuba, pero hay una que supera todo entendimiento por su crueldad. Desde el 12 de septiembre de 1998, cinco jóvenes cubanos están recluidos arbitrariamente en las prisiones estadounidenses. ¿Su crimen? Haber infiltrado a los grupos paramilitares del exilio batistiano, responsables de incontables atentados contra la población cubana de la Isla, con el fin de hacer fracasar los potenciales crímenes de la mafia cubano-americana, que se compone esencialmente de la FNCA (Fundación Nacional Cubano-Americana). Esta historia, escandalosamente censurada por la prensa internacional, tan vergonzosa, merece algunas líneas.
Primero, es imperioso evocar una realidad que se conoce muy poco, gracias a los filtros de la propaganda doctrinal dominante: Cuba es el país que sufrió la más larga campaña terrorista de la historia. Por razones ideológicas, la historiografía ortodoxa y convencional, así como los consorcios mediáticos occidentales no desean reconocer este truismo, mientras que los cimientos factuales abundan y son irrefutables. Y no se trata de cualquier terrorismo. Se trata de un terrorismo de Estado perpetrado por Washington desde 1959 bajo diversas formas: paramilitar, económico, bacteriológico, político y diplomático. Por deseo de claridad, se abordará sólo un aspecto de este horroroso abanico: el terrorismo internacional paramilitar.1
Las acciones criminales lanzadas contra Cuba se organizan a partir del territorio de la Florida. Allí, se entrenan, abiertamente y con artillería pesada, terroristas de extrema derecha de origen cubano financiados por las organizaciones de exiliados tales como la FNCA, Alpha 66, Omega 7 y Hermanos al Rescate, entre otras, y subvencionadas ellas mismas parcialmente por Washington. Cinco jóvenes personas – entre las cuales dos disponen de la nacionalidad estadounidense - Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar, Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort y René González Sehweret, penetraron, con riesgo de su vida, en el seno de estos grupúsculos fascistas con el fin de impedir la realización de actos asesinos contra su país. Lograron contrariar ciento setenta atentados contra Cuba al alertar a tiempo a las autoridades de La Habana.2
El gobierno cubano informó entonces a su homólogo estadounidense y, en junio de 1998, una delegación del FBI se fue a Cuba donde recibió una completa documentación sobre las actuaciones de los extremistas de Miami. La reacción de Washington no tardó mucho: los cinco cubanos fueron arrestados por espionaje mientras que los terroristas contrarrevolucionarios siguieron tranquilamente su entrenamiento en el sur de la Florida. Fueron confinados inmediatamente en celdas de aislamiento durante diecisiete meses hasta el 3 de febrero del 2000, mientras que la legislación penitenciaria estadounidense prevé un aislamiento máximo de sesenta días, y sólo para los prisioneros peligrosos. Eso fue lo ocurrido antes del falaz juicio que iba a entrar en los anales de la denegación de justicia.3
El juicio penal no fue nada más que una grotesca parodia. Un solo ejemplo entre muchos otros: la defensa no tuvo acceso a las pruebas avanzadas por el fiscal pues extrañamente se clasificaron secretas. El asunto fue tan tachado de irregularidades que la International Association of Democratic Lawyers, cuyos miembros se reparten en más de noventa países, el National Jury Project y el National Lawyers Guild pidieron vanamente la revisión del pleito. Treinta y un miembros del Parlamento británico condenaron también el juicio. Entre las violaciones legislativas se encontraba la Enmienda VI de la Constitución de Estados Unidos que estipula que los acusados tienen derecho a un juicio regular y a un jurado imparcial, dos condiciones inexistentes en Miami. El ambiente profundamente politizado de Florida y la capciosa campaña de prensa, lanzada contra los cinco acusados antes del inicio de la instrucción legal, los sentenciaba sin equívoco, transformándolos en perfectos chivos expiatorios de una aversión antirrevolucionaria erigida en dogma desde hace más de cuatro décadas.4
Los testimonios del general Whilhem, ex comandante en Jefe de los servicios de inteligencia; el almirante Eugene Carroll, ex subjefe de las operaciones navales y el coronel George Bucker, miembro del mando de la defensa aérea de Estados Unidos, atestiguaron de la legitimidad de las actividades de los cinco acusados, al subrayar el peligro representado por los herederos de Batista. El general James Clapper, ex director de la DIA (Defense Intelligence Agency) – los servicios secretos del Pentágono – que compareció como experto ante la Corte, afirmó que los acusados no habían realizado acciones de espionaje.5
A pesar de esos testimonios, el veredicto de diciembre de 2001 fue kafkaiano: Todos fueron reconocidos culpables de las 26 bases de acusación (entre las cuales el espionaje y el asesinato), lo que demuestra que se trataba ante todo de un asunto político. Gerardo Hernández Nordelo fue condenado dos veces a cadena perpetua más quince años de privación de libertad (entre las bases de acusación se le inculpó por homicidio voluntario. Fue reconocido culpable del derribo de las dos avionetas, el 24 de febrero de 1996, que violaron, varias veces el espacio aéreo de la Isla y amenazaron la seguridad de la población de La Habana. Una acusación surrelista). A Ramón Labañino Salazar le infligieron la pena a la cadena perpetua más dieciocho años de prisión. Antonio Guerrero Rodríguez fue condenado a la cadena perpetua más diez años de prisión, Fernando Llort a 19 años de cárcel y René González Sehweret a quince años de privación de libertad. En una palabra, sentencias inauditas que superan el marco jurídico.6
Las condiciones de detención son más que precarias y los cinco prisioneros han sido encarcelados en diferentes penitenciarías, con una distancia de más de 1 700 kilómetros entre las prisiones, para obstaculizar las visitas consulares. Son respectivamente detenidos en California, Texas, Colorado, Carolina del Sur y en Wisconsin. Están aislados de los otros prisioneros y se encuentran regularmente en celdas de aislamiento desde el 29 de febrero de 2003. Además, no pueden recibir visitas de sus familias debido a las visas que les fueron negadas.7 En nombre de la deontología y del derecho, en nombre de su inocencia, esta infamia tiene que cesar. La memoria de Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti reclama justicia para los Cinco.8
Luego de los odiosos atentados del 11 de septiembre del 2001, George W. Bush declaró que el terrorismo era el enemigo de la civilización. Sea. En este caso, es imperativo neutralizar una de las más peligrosas organizaciones terroristas del mundo: la FNCA y sus ramificaciones. Mientras estos probados criminales no estén en la cárcel y mientras no se liberen a esos cinco prisioneros políticos injustamente condenados, la lucha contra el terrorismo lanzada por Washington sólo será un vacío pretexto destinado a promover intereses imperiales. Llegará el día en que el gobierno de los Estados Unidos no podrá sepultar la verdad bajo un carcomido aticismo y tendrá que afrontar por fin su historia.
En el siglo XIX, mientras luchaba contra la tiranía española, José Martí, el Apóstol cubano, escribió: "Los hombres cuando nacen tienen dos caminos: el del yugo que obliga y sojuzga o el de la estrella que ilumina y mata. Escogerás la estrella. Duro será el camino ... Al caer un hombre por una causa justa, otros se sublevarán por miles. Cuando ya no queden hombres, hasta las piedras se alzarán". Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando, René, los hombres cuando nacen tienen dos caminos. Ustedes han escogido la estrella.
* Investigador en la universidad La Sorbona de Paris. Autor, entre outros libros de: "El lobby cubano en Estados Unidos de 1959 hasta nuestros dias"
Notas
1 Salim Lamrani, «Una total impunidad » en «El lobby cubano en los Estados Unidos de 1959 hasta nuestros días», Rebelión, 25 de septiembre de 2003. www.rebelion.org/libros/lobby_cubano.pdf (sitio consultado el 22 de noviembre de 2003).
2 Mumia Abu-Jamal, « Los Cinco impidieron más de 170 actos terroristas contra Cuba », Granma Internacional, (2 de enero de 2003), 2. www.granma.cu/espanol/ene03/juev2/cinco.html (sitio consultado el 22 de noviembre de 2003).
3 Leonard Weinglass, « Un juicio justo no puede llevarse a cabo en Miami-Dade, afirma Weinglass », Rebelión, (17 de noviembre de 2002), 1. www.rebelion.org/ddhh/winglass171102.htm (sitio consultado el 22 de noviembre de 2003). Ricardo Alarcón de Quesada, « A Sun That Will Never Burn Out », Free The Five, (11 de febrero de 2002), 2. www.freethefive.org/bacground.cfm (sitio consultado el 22 de noviembre de 2003) ; Julio Fernández Bulté, « Tratamiento cruel e inhumano a los prisioneros cubanos », Granma Internacional, (26 de abril de 2002). www.antiterroristas.cu/index.php?tpl=noticia/anew¬iciaid=84¬iciafecha=2002-09-11 (sitio consultado el 22 de noviembre de 2003).
4 Paul McKenna, « Nunca hubo prueba alguna de que los Cinco Patriotas fueran a causar daño a los EE.UU. », Granma Internacional, (15 de agosto de 2002), 2. www.granma.cubaweb.cu/miami5/espanol/00208.html (sitio consultado el 22 de noviembre de 2003) ; Leonard Weinglass, « El apoyo internacional realza la importancia del caso ante los tribunales, dice Weinglass » Agencia de Información Nacional, (18 de enero de 2003), 1. www.injusticia_en_miami.cubaweb.cu/coberturacompleta/2003/ene2103weiglass.htm (sitio consultado el 22 de noviembre de 2003) ; Simon Wollers, « Rob Miller of the Cuba Solidarity Campaign in Britain : We Question the Judicial Process of the Five », Antiterroristas.cu, (4 de noviembre de 2002), 1. www.antiterroristas.cu/index.php?tlp=noticia/anew¬iciaid=558¬iciafecha=2002-12-10 (sitio consultado el 22 de noviembre de 2003) ; Simon Wollers, « National Jury Project : El juicio de Miami quitó cualquier posibilidad a los acusados cubanos », Antiterroristas.cu, (19 de diciembre de 2002), 1. www.antiterroristas.cu/index.php?tlp=noticia/anew¬iciaid=612¬iciafecha=2002-12-23 (sitio consultado el 22 de noviembre de 2003) ; Jean-Guy Allard, « Escándalo de espías para salvar a la FNCA », Granma Internacional, (26 de junio de 2001),11. www.granma.cubaweb.cu/miami5/espanol/0089.html (sitio consultado el 22 de noviembre de 2003).
5 Ricardo Alarcón de Quesada, « Historia de una infamia », Radio Camagueya (sin fecha), www.cadenagramonte.cubaweb.cu/heroes/injusticia_miami3.htm (sitio consultado el 22 de noviembre de 2003).
6 National Jury Project, « A General Analysis of the Trial of the Cuban Five », Free The Five, (enero de 2003), 2. www.freethefive.org/legal.cfm (sitio consultado el 22 de noviembre de 2003) ; Saul Landau, « Murder Charges Against Castro ? », Z Magazine, (31 de agosto 2001). www.zmag;org/ZSustainers/ZDaily/2001-08/31landau.htm (sitio consultado el 22 de noviembre de 2003) ; Cilio Diaz, « Miami, un lugar imposible para la justicia », Radio Camagueya, (sin fecha), 1-2. www.cadenagramonte.cubaweb.cu/heroes/injusticia_miami5.htm (sitio consultado el 22 de noviembre de 2003).
7 Felix Lopez, « De hombres de sacrificio necesita la Libertad », Granma