Cada año de los últimos nueve transcurridos tiene sus propias particularidades, sobre todo en el plano político.
Se puede hacer una meticulosa cronología que perfilará en el espacio y en el tiempo las maniobras, asonadas, conspiraciones y múltiples mecanismos desestabilizadores puestos en práctica por la oposición en Venezuela. En su desesperación por no reconocer la legitimidad del gobierno bolivariano y no aceptar que sólo en procesos eleccionarios se dilucidará si el Presidente continúa o no en el poder, se apela a atajos nada santos.
2008 está marcado por celebrarse elecciones para gobernadores y alcaldes. Tal como hace la araña que va tejiendo lentamente la red para atrapar a sus víctimas, los sectores de la oposición generan tramas, urden distintos escenarios, van tejiendo madejas, con tantos personajes involucrados que se hace difícil en ocasiones captar a los actores principales del reparto. La industria mediática privada, en posición de off, de "yo no fui", monta el entramado estelar.
Los temas, aunque algunos sean reales, de tanto trillarlos se hacen insostenibles. La agenda mediática construye su propio decálogo: inseguridad, escasez, fallas en los servicios públicos; problemas en la adjudicación de viviendas, en el suministro de alimentos y medicinas; la telefónica y las compañías de electricidad son un caos después de nacionalizadas; los servicios de transporte, incluido el Metro, están colapsados; igual pasa con los hospitalarios. Y pare Ud. de contar.
Protestas... protestas... generalizadas o no, son el encabezado diario de la prensa, con grandes titulares. Los medios audiovisuales articulan con estridencia "su visión" de las protestas. Las televisoras más disociadas hacen paneos por todos los estados, llevando la imagen de protestas en ocasiones sin sentido y sin masas. Los reporteros hacen denodados esfuerzos por demostrar que tales protestas son reales.
Ya se acerca noviembre. Recrudece la oposición en su afán del octubre rojo. La divulgación de la intercepción de llamadas telefónicas y de correos por Internet, dicen mucho de los pasos de esta oposición que no ceja en su empeño de resolver por cualquier vía su obsesión: salir del presidente Chávez. Afinan el zarpazo final. Alerta generalizado es la consigna.