La historia de la asignación
de los nombres de los dominios en Internet, es la historia de cómo
ha sido la participación de EEUU en la Gobernanza de la red y como
los valores dominantes de esa nación se han expresado en esta. También
es la crónica de cómo ha evolucionado esta tecnología, desde su creación
como una red de tipo militar hasta su explosión en los años recientes
como una red mundial, acosada por el mercado.
Esta historia es también
la crónica no contada de cómo esas abreviaturas (los dominios) se
han convertido en una extensión de la soberanía nacional de los países
(llamada soberanía digital) en una expresión de su identidad. Historia
poco conocida por la mayoría de los usuarios finales. Este artículo
pretende dar cuenta de eso.
Antecedentes
Desde los inicios de
la red, todo lo relacionado con la asignación de los dominios estuvo
supeditado al Departamento de Defensa de EEUU. En 1983, ese país crea
el Sistema de nombres de Dominio, DNS por sus siglas en
inglés, el cual permitió asociar cada número IP a un nombre,
lo que hizo posible la ubicación de los prestadores de servicios en
la red (productores de contenidos) por país y en muchos casos, por
actividad, estos de manera previa debían haber solicitado una asignación,
un nombre de un dominio a un proveedor de acceso.
La DNS estructura los
nombre de los dominios de dos formas: 1) Los Dominios de Primer nivel
genéricos, los gTLDs. Los más conocidos son .gov, .mil, edu, .com,
.int y .net y 2) Los Dominios de Primer nivel de código de País, los
ccTLDs, como por ejemplo .ve, .co, .cu, etc.
Cuatro años más tarde,
en 1987, crea la Internet Assigned Number Authority (IANA) y contrata
a la Universidad del Sur de California para operar el primer servidor-raíz,
de igual modo busca a la empresas del sector privado (SRI internacional
al comienzo y luego; la Government Systems Inc (GSI)) para que se encargue
del registro de nombres de dominio, con excepción de aquellos que estaban
bajo la coordinación de los diversos países, los llamados ccTLDs,
ya explicados.
En 1996, IANA, privatiza
esta actividad y le transfiere a la empresa Network Solution,
subsidiaria de Verising, la potestad para comercializar los dominios.
Comienza el negocio. Esto le permitió a la empresa, crear de manera
unilateral, reglas de propiedad intelectual ante las disputas
por la compra-venta de las asignaciones, lo cual generó muchas protestas
y reclamos, al involucrarse en un ramo que no era de su competencia,
afectando la soberanía digital de algunos países y fijando arbitrariamente
los precios de los dominios.
Con la explosión de
la red en la década de los 90, la empresa comenzó a quedarse corta
frente a un negocio de dimensiones mundiales, que nadie previó
en sus inicios. En 1997 un equipo de técnicos propuso la creación
de más dominios y que estos tuvieran carácter internacional. Ante
esta situación, el presidente Clinton le encarga al Departamento de
Comercio la tarea de crear un organismo a la altura de las dimensiones
del negocio, iniciando así la desvinculación del Departamento de Defensa,
como una consecuencia lógica de la evolución que ha tenido la red;
de instrumento de uso militar a un servicio de consumo, altamente demandado.
Nace entonces en 1998,
la corporación para la asignación de números y nombres de Internet,
ICANN, por sus siglas en inglés, como una entidad sin fines de lucro,
ubicada en California, la cual tendría bajo su responsabilidad, además
de la definición y mantenimiento de las tablas-números de los diversos
servicios de Ia red, gestionar los números IP, los nombres de Dominio
de Primer nivel genéricos y la gerencia de los 13 servidores-raíces,
los cuales mediante un sistema piramidal, le dan acceso al mundo. Así,
los diversos proveedores de acceso de los países dependen, en última
(o en primera?) instancia de estos servidores, ubicados 10 de ellos
en EEUU.
Surge con el ICANN el
primer intento de Gobernanza de Internet a nivel mundial, conformado
por un Consejo Consultivo de Gobernanza (GAC) donde existen representantes
de los gobiernos y de organismos como la UIT y al OMPI, pero controlado
por los EEUU. También hay un consejo para la participación de la Sociedad
Civil y de los “internautas individuales” Existen “sucursales”
en cada uno de los continentes, así en América Latina opera LACNIC
(Latin America and Caribbea Internet Adress Registry)
Los dominios y la soberanía digital
Si entendemos a la soberanía,
desde el punto de vista político, como el poder de un estado
o de un organismo que no está sometido a ningún otro, entonces la
soberanía digital sería ese mismo poder pero en el ciberespacio. En
la actualidad, muchos países han sido colonizados paulatinamente por
los mercaderes que compran los dominios de algunos países al ICANN
y luego los revenden, dejando a su dueño original desprovisto de ese
poder, de esa soberanía e identidad digital.
De manera lenta
pero continua, los dominios de primer nivel (los ccTLDs) se convirtieron
en un negocio, por demás rentable, para diversos vendedores y revendedores.
Así, muchos comerciantes con olfato para los grandes negocios, comenzaron
a comprar estos dominios en un momento en el que el tema de Internet
no era ni prioritario ni conocido, por ello “muchos países renunciaron
a su identidad nacional en nombre del dinero” tal como lo señala
Carlos Alfonso, en el documento Antecedentes de la ICANN.
Hay múltiples casos
que evidencian esto en forma dramática, como el de la isla de Tuvalu,
uno de los países más pequeños del mundo, que pertenece a la Polinesia
y la cual ha recibido mucho dinero por el dominio .TV que lejos de dar
a conocer la región, hace referencia a la industria de la televisión.
En términos de Internet, del ciberespacio, esta isla no existe.
Y es aquí donde el problema
político comienza a surgir. Al considerar los nombres de los dominios
(ccTLDs) como una extensión de la soberanía nacional del país, estos
no pueden ser vendidos ni arrendados al mejor postor, puesto que ellos
son expresión del país al cual designan.
Cuando nombramos el dominio
.ve, estamos haciendo referencia a Venezuela, un país que tiene un
territorio virtual específico y con el, una cultura determinada. Por
esa razón, un gran número de naciones asignan la distribución de
los dominios a entidades gubernamentales y no al sector privado, para
garantizar que los intereses de cada uno de ellos no sean vulnerados,
ni su soberanía digital, puesta en riesgo.
Por ejemplo, desde 1998 la
intención de la Universidad de los Andes de Colombia (administradora
del NIC.co) de querer comercializar el dominio colombiano es objeto
de una controversia. Ella propone entregar el dominio a un operador
internacional, puesto que el .co al tener una gran similitud
con el .com lo haría un sufijo útil tanto para entidades
comerciales como para el país. Ante esta situación, el Ministerio de Comunicaciones de Colombia tuvo que declarar el dominio objeto de interés
público, para que éste se someta al control exclusivo del Estado y
no pueda ser comercializado
Sin embargo, la Universidad
aduce que estos asuntos están fuera de la legislación nacional y deben
ser sometidos exclusivamente al ordenamiento de la ICANN,
es decir que este organismo de acuerdo a este criterio, es supranacional,
por encima de las leyes de las naciones, lo cual, es como mínimo un
contrasentido y un desconocimiento flagrante de la soberanía
de los países.
Al igual que este intento,
se han creado nuevos nombres de dominios genéricos, los cuales responden
más a intereses empresariales y de mercado (en especial de muchas de
las grandes transnacionales que tienes su asiento en EEUU) que a las
necesidades de los países y los usuarios de la red,
La historia en Venezuela
A principio de los años
90 el ICANN, a través del IANA, delegó la autoridad para la administración
de la porción del espacio de nombres de dominio para el ccTLD de Venezuela
(VE) al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas
(CONICIT), debido a que era una organización venezolana, conectada
a Internet que agrupaba a la mayor parte del sector académico, científico
y de investigación del país, el principal usuario de estos servicios.
El CONICIT a su vez,
le asigna esta responsabilidad al Servicio Automatizado de Información
Científica y Tecnológica (SAICYT) En abril de 1995, se transformó
en la Red Académica de Centros de Investigación y Universidades Nacionales
(REACCIUN), organización compuesta por 13 universidades nacionales,
además del ente rector de la ciencia y la tecnología en Venezuela.
En el año 1998 crea formalmente el NIC-VE, proceso encargado de la
administración y registro de nombres de dominio en el país.
Cinco años después, en el año 2000, se crea el Centro Nacional de
Tecnologías de Información, CNTI, el cual asumió la plataforma que
poseía REACCIUN. En septiembre de este año el NIC.Ve pasó a la Comisión
Nacional de Tecnología, CONATEL, que forma parte del Ministerio del
Poder popular para las Telecomunicaciones y la Informática. Desde allí
se mantiene un sistema electrónico de registro de nombres de dominio
y se opera una red de servidores, que proveen a la comunidad de usuarios
de una plataforma sólida y confiable para mantener su presencia en
la red.
Como puede verse en el cuadro # 1, Venezuela ha tenido un incremento significativo en la demanda de los nombres de dominio de primer nivel, lo cual pudiera ser expresión del crecimiento de la economía en los últimos años, pero también del aumento de la conectividad en la población o una combinación de ambos. En todo caso, es una realidad que merece ser estudiada para su mejor comprensión.
Cuadro # 1
En el año 2006 y como
parte de la búsqueda y la reafirmación de la soberanía, en este caso
lingüística, el gobierno decreto el uso del español en los dominios,
así el .gov de origen anglosajón pasó a denominarse. gob de origen
hispano.
Reflexiones finales
Ante el crecimiento que
ha tenido Internet y los problemas que se ha suscitado con la asignación
de los nombres de dominio y la soberanía digital, es obvio que la ICAMNN
se quedó corta para llevar adelante la tarea para la cual fue creada,
poniendo en riesgo la posible Gobernanza de Internet, amen de la dificultad
por abordar otros temas emergentes como son el spam, el multilinguismo,
el derecho a la privacidad, los costos de interconexión, la propiedad
intelectual, etc.
Frente a esta realidad
que afecta a todos, una de las primeras medidas a tomar para darle racionalidad
a la Gobernanza de Internet es considerar a esta como un Servicio
Público de carácter universal, por ende, no sujeto a los vaivenes
del mercado, ni a sus reglas e intereses.
Otra necesidad imperante
es que sean entidades gubernamentales las encargadas de asignar estos
dominios, comprobando previamente que los solicitantes viven y son el
país, mediante la entrega de su documento de identidad personal y comercial,
demostrando que se dedica a la actividad que declaró. Esto debe ser
monitoreado permanentemente.
Algo hay que hacer y
pronto, porque ante la falta de respuestas rápidas y eficaces por parte
de la ICANN, algunos gobiernos como China está creando su propia red,
estimulando lo que se ha dado en llamar “la balcanización” de la
red.
De la manera cómo se
conciba y se administre a Internet, de esa manera será su desarrollo
a favor o en contra de una sociedad más equilibrada y más equitativa.
Si reproducimos en el plano virtual las exclusiones y asimetrías existentes
en el mundo real, este maravilloso instrumento que es la red de redes,
también las reproducirá, como de hecho ya ocurre en alguna áreas,
ejemplo de ellos es que algunos países no existen en el ciberespacio,
por cuanto le arrendaron “su espacio virtual” a terceros por razones
meramente económicas, invisibilizándose, convirtiendo al país es
una simple marca.
Para hacer realidad algunas
de estas propuestas, es necesario que la Gobernanza de Internet esté
en manos no de un ente privado, así sea sin fines de lucro, sino de
carácter supranacional como la ONU, donde todos los países puedan
expresarse y donde cada voto corresponda a una nación, no a una empresa,
no a una transnacional. Y donde el voto de todos los países valga por
igual.
Desde espacios
como la Cumbre Mundial de la Sociedad de la información (CMSI) y desde
diferentes escenarios como el Foro de la Gobernanza en Internet, GFI,
diversos países y representantes de la sociedad civil de estos, están
pidiendo desplazar la Gobernanza de Internet de manos del sector privado
(empresa Verissig) a un organismo de carácter público y multisectorial,
que represente a todos los involucrados.
Es necesario abordar
este problema con visión integradora y tomando en cuenta que más allá
del problema técnico, la asignación de los nombres de los dominios
es un problema político que debe ser encarado políticamente, por cuanto
toca el tema de la soberanía digital, extensión en estos tiempos
de la soberanía nacional y tan importante como esta.
Finalmente, la llegada de Obama a la presidencia de EEUU, tal vez pudiera alimentar la esperanza de conseguir mayor desconcentración en la Gobernanza de Internet. El ha demostrado ser un hombre conocedor de la red. La uso con intensidad en su campaña. Incluso se ha mencionado el nombre de L. Lessig para dirigir la ICANN, conocido abogado y propiciador de un conocimiento y una cultura libre en la red. Esperemos.
mgonzalo@cantv.net/