Después de casi dos meses de realizado el “firmazo” de los golpistas, no cabe la menor duda que estos cometieron un monumental fraude. No hay un solo venezolano honrado y consciente que no crea que los mismos golpistas de abril del 2002 y del paro-sabotaje contra PDVSA, cometieron fraude, atentando nuevamente contra la buena fe de muchos de sus seguidores.
Con la movilización y la lucha, impidamos el megafraude
A pesar de que nos metimos en las arenas movedizas de la formalidad electoral burguesa –donde los golpistas y sus partidos tienen una larga experiencia en trampas y fraudes- el movimiento obrero y popular sigue reteniendo la iniciativa política. La fuerza y la disposición para movilizarnos sigue de nuestra parte, evidencia de ello han sido la marcha del 6 de diciembre; la marcha del 23 de enero en conmemoración del derrocamiento de la dictadura, la cual, a pesar de no contar con la presencia del presidente Chávez, fue una clara demostración de fuerza y de espíritu de lucha, así como la más reciente del 4 de febrero.
Precisamente, la movilización del 23 de enero tuvo un sentido particularmente importante en la medida en que el gobierno y las organizaciones políticas que lo apoyan, le dieron como eje y objetivo central, la lucha contra la impunidad y el megafraude cometido por los golpistas de la Coordinadora Democrática. Estas consignas recogen el sentir de la mayoría de la población, manifestado en la campaña contra la impunidad puesta en la calle por la página web Aporrea y diversas organizaciones sociales y políticas, entre las cuales se cuenta la nuestra.
Si efectivamente como estamos seguros, los golpistas organizaron un gigantesco fraude con la recolección de firmas chimbas con la intención de liquidar el proceso revolucionario que vive el país, y si además de eso, estos estafadores son los mismos que campean impunes por las calles del país después de haber intentado cercenar las libertades democráticas y de sabotear a nuestra empresa petrolera, con las repercusiones dramáticas que esto ha tenido en la economía y el nivel de vida de los trabajadores y el pueblo, no podemos permitir que esta canalla golpista y vendepatria se salga con la suya. Los trabajadores y el pueblo organizado no permitiremos que intenten pasarnos de contrabando un referéndum forjado sobre la base de la mentira y el fraude. Ya les demostramos que con la movilización y la lucha consecuente los podemos derrotar. Nuevamente, con la movilización, impediremos que materialicen el fraude.
Recientemente, a propósito del juicio que se le ha iniciado a 25 de los participantes en los sucesos contra la gobernación del estado Mérida durante el golpe de abril del 2002, el pueblo de esta ciudad dio el ejemplo de cómo debemos acompañar con la movilización y la presión constante las acciones judiciales que se interpongan contra los golpistas, para lograr que se les castigue y evitar que estos y quienes los apoyan impidan estas acciones.
No podemos confiar ciegamente en el CNE
A sabiendas de que no recogieron las firmas y de que tarde o temprano la trampa que organizaron se pondrá en evidencia, se están dedicando a despotricar del organismo comicial generando una matriz de opinión contraria al mismo, la cual justifique futuras acciones violentas o ilegales ante la eventualidad de que el revocatorio no sea aprobado. En realidad, a ellos no les interesan las fórmulas democráticas, tal como lo han demostrado hasta la saciedad, llegaron a la solicitud del referéndum porque no les quedó más remedio después de haber sido derrotados en sus intentos golpistas y violentos por la movilización popular. Por su parte, el gobierno ha asumido una posición que consideramos peligrosa y un arma de doble filo: ha dicho públicamente que aceptará cualquier decisión que asuma el “árbitro” a pesar de que ha denunciado el fraude cometido por los golpistas. Es decir, en otras palabras: “aceptaremos lo que decida el CNE, aunque sepamos que se estaría avalando una decisión injusta e ilegal, viciada por el fraude del que tenemos pruebas”.
Si todos sabemos que los golpistas de la Coordinadora Democrática cometieron un monumental fraude, del cual el gobierno tiene innumerables pruebas, ¿cómo podemos de antemano aceptar cualquier decisión que adopte el árbitro electoral? Esto significaría, simplemente, convalidar un delito electoral que se agregaría a los muchos ilícitos y atropellos cometidos por los golpistas contra el pueblo y los trabajadores venezolanos desde el golpe de abril del 2002, y sin duda, una reafirmación de la impunidad que el TSJ institucionalizó con su tristemente célebre decisión de no seguir juicio a los civiles y militares que asesinaron y violentaron las libertades democráticas en aquella ocasión.
Los trabajadores y el pueblo no podemos tener una fe ciega en el CNE, así como no la podemos tener en el TSJ ni en las demás instituciones públicas penetradas hasta los tuétanos por funcionarios de la burguesía puntofijista y agentes del imperialismo. Para nadie es un secreto que el organismo electoral está repleto de militantes de los partidos que detentaron el poder en el país (AD y Copei) así como de otras organizaciones golpistas (MAS, Primero Justicia, Causa R, Convergencia, etc.). Ejemplo de lo que decimos es el caso de Alfredo Weill, asesor del golpista de la cachucha al revés, quien gira instrucciones a Sobella Mejías y Ezequiel Zamora, representantes de la Coordinadora Democrática en el CNE.
Manejan todos los resquicios leguleyos; tienen un pleno conocimiento del funcionamiento del organismo electoral logrado a través de décadas de control del poder; tienen los recursos económicos y relaciones con el imperialismo; se saben todas las mañas para ejecutar fraudes. No podemos depositar nuestra confianza irrestricta en una institución con estas características, la cual, además, cuenta ahora con la presencia en todas sus instancias técnicas, de “observadores” de organismos foráneos en los que no tenemos ninguna confianza. Instituciones como la OEA –el ministerio de colonias de EE.UU., como la llamara el Ché- y el Centro Carter –dirigido por un expresidente de la mayor potencia imperialista-, enemigas históricas de los trabajadores y el pueblo, así como del proceso revolucionario que vive el país, no son observadoras imparciales sino quintacolumnas de la burguesía venezolana y del imperialismo enquistadas en el organismo encargado de dictar un fallo sobre la realización o no de un referéndum contra el presidente Chávez.
Impulsemos la campaña contra la impunidad y el megafraude
En lo que sí debemos tener plena confianza los trabajadores y el pueblo venezolano es en nuestras propias fuerzas, en nuestra energía revolucionaria, en nuestra disposición para movilizarnos una y otra vez contra los golpistas y en defensa de las libertades democráticas conquistadas con la lucha. Tal como lo hicimos en abril del 2002 y durante el paro-sabotaje contra nuestra empresa petrolera y contra la economía del país. En tal sentido, debemos mantener la movilización y la presión para exigir que el CNE verifique y compruebe el megafraude e impedir la concreción del mismo.
Los trabajadores y el pueblo a través de sus organizaciones (UNT, sindicatos clasistas, Círculos Bolivarianos, Comités de Tierra rurales y urbanos, asociaciones de vecinos, medios comunitarios, organizaciones políticas, etc.) debemos impulsar la reactivación de la campaña contra la impunidad y contra el fraude; esto se debe concretar en la constitución de comités locales y regionales en todo el país, para acompañar la campaña nacional. La página web Aporrea, que tuvo la iniciativa de poner en la calle esta campaña, debe retomarla y promover la conformación de estos comités locales y regionales, y llamar a una asamblea nacional con la UNT y demás organizaciones sindicales, populares y políticas para discutir un plan de movilización contra la impunidad y contra el megafraude golpista.
Prof. Miguel Angel Hernández Arvelo. Coordinador de Extensión de la Escuela de Sociología de la UCV y miembro de la dirección nacional de Opción de Izquierda Revolucionaria (OIR)
Esta nota ha sido leída aproximadamente 2929 veces.