En el artículo anterior hacíamos reflexiones acerca de las causas que originaron los resultados electorales en el área metropolitana, en dicho análisis señalábamos la ineptitud e ineficacia, deliberada o no, de la alcaldía metropolitana, alcaldía del municipio libertador, alcaldía del municipio sucre, y de la gobernación del estado miranda. También expresamos nuestra inquietud por la enorme distancia que existe entre la dirección del partido en ésta jurisdicción y el militante de base, quien en fin de cuentas era el que debía conseguir numéricamente la victoria. Pero la orfandad de nuestros militantes de a pie evidentemente luce más profunda toda vez que no solo son las autoridades regionales, locales y la dirección del partido quienes los han sumido en la angustia y el desconcierto, sino también los mismos responsables del gobierno central para la región, y es que resulta absolutamente incongruente la apatía y desidia de algunos de nuestros cuadros burocráticos a nivel de gobierno con la esencia misma de lo que es nuestro proceso revolucionario, estoy hablando de la participación y el protagonismo del pueblo, es un decir popular generalizado que es más fácil acceder a nuestro presidente que a un burócrata del ejecutivo o legislativo a nivel local, regional y nacional, con esto no estoy negando los grandes logros de nuestra revolución los cuales se perciben con suficiente claridad. Esta situación se refleja con crudeza en la consecución de los logros insertos en el plan de desarrollo nacional, no hace falta ser un erudito para darse cuenta de esta desconcertante realidad. Este es el cuadro contra el que tubo que luchar nuestra heroica militancia, tratando de neutralizar las consecuencias de esta realidad a nivel del pueblo y fundamentalmente de las clases desposeídas, quienes en no pocas oportunidades manifiestan que la revolución bajo de los cerros y abandono las calles.
Es en estos momentos cruciales en los que conviene volver a los clásicos, en nuestro caso ese complejo teórico llamado Marxismo, resulta suficientemente orientador, en lo que se refiere al materialismo histórico Carlos Marx, nos señala como el cambio en las condiciones materiales de existencia establece la consciencia social. Es por ello, que nuestra revolución, aun cuando atípica, se debe expresar en la cotidianidad de nuestra gente, en sus condiciones de vida, nuestra revolución no debe ser un discurso nada mas, por muy brillante que sea, ella debe poner el énfasis en el plano de lo concreto, en el cambio radical de las condiciones materiales de existencia de nuestros conglomerados de desposeídos. Por ello, luce lógico y urgente que operemos un cambio radical en el comportamiento de nuestro gobierno central, regional y local, así como en el comportamiento de nuestros cuadros de dirección del partido, sin esto nuestro rumbo parece incierto sobre todo después de los reiterados mensajes enviados desde el pueblo en los tres últimos eventos que se han producido en el proceso revolucionario: referéndum 2007, elección de dirección del partido y elecciones regionales y locales 2008.
Conviene destacar que no estamos convocando a una cacería de brujas, se trata más bien de iniciar un proceso urgente de reflexión descarnada y objetiva que ponga su énfasis en primer lugar en la militancia del partido y en segundo lugar, de exhortar a las altas autoridades del gobierno a realizar una justa y sincera evaluación del comportamiento de sus cuadros y una estimación, sin maquillajes, de los logros obtenidos en cada uno de los ministerios. Solamente así, recuperaríamos los espacios perdidos en el corazón y la aceptación del pueblo venezolano, espacios por demás indispensables frente a la ofensiva del enemigo y en momentos de los cuales nos estamos planteando la reforma constitucional para la reelección presidencial.