Los que creían en la posibilidad de una reconciliación nacional, donde venezolanos y venezolanas, de todas las tendencias, se unieran en un solo abrazo libertario, se han equivocado, y equivocado con mayúscula. La oposición no descansará hasta ver destruir la patria anhelada de justicia social que se asienta en el proyecto socialista bolivariano, no descansará y acomodará, a medida que vaya recuperando espacios, estructuras gubernamentales que monopolicen sus relaciones con la ciudadanía y abran el camino al neoliberalismo.
En Venezuela rige un Estado de derecho, donde se han abierto todos los canales necesarios para la apertura del diálogo y la participación ciudadana, no obstante el compromiso político democrático que debería darse, es cercado, por la astucia de una clase opositora orientada a poner freno al avance socialista, mediante la utilización de herramientas fascistas.
Los canales de televisión, radio y prensa, privados instigando a la violencia, sus grandes aliados, desacatan la real responsabilidad social que deben tener los medios en un contexto de libertad, que se estipula en la constitución nacional de la república. Medios incitadores con estrategias bien marcadas, caracterizados por mantener, contornos racistas, clasistas e individualistas que generan odio hacia el oponente. Siendo su mensaje, generador de conflictos sociales y pérdidas de valores.
Bajo este espectáculo opositor, surge la pregunta de rigor, ¿es posible con este panorama desalentador, de desprestigio internacional, de acción nacional irracional, concertar, dialogar?
No es posible ya lo sabemos, la historia no los ha dicho, y lo anuncia hoy, con esta clase política burguesa opositora que desvirtúa consecutivamente la buena voluntad del gobierno bolivariano, que juega en dos bandas, una, asumir ante la sociedad y el mundo su apariencia democrática, su disponibilidad para trabajar en equipo por el bienestar de Venezuela y la otra, el de ser una adversario que intimida, violador de los derechos conquistados. No es tolerable mantener la concordia.
Los derechos humanos, demandas logradas con el protagonismo ciudadano en su articulación Estado y comunidad, que favorece a la organización social socialista, serán objeto de una aguerrida batalla opositora. Si el pueblo no demuestra su verdadero nivel de conciencia política, su auténtico perfil de ciudadano libre, organizado y decidido, caerá sobre él este ejercito neoliberal, entrenados con resentimiento y maldad.
Ante la presencia opositora en los aposentos del pueblo, el discurso desalentador, que opaca la participación popular, el discurso manipulador, teñida de mala fe, y de insultos, debe ser desmembrado, no somos los mismos, y sinembargo ellos se tiñen de humildad para descuartizar nuestras células unificadas en todas las barriadas venezolanas.
Dos sindicalistas muertos, los obreros protestan, un pueblo que marcha en defensa de sus derechos, ante la llegada a los Estados y distritos donde resultaron electos, la bandada de fascistas opositores.
Si seguimos dejando que en nombre de la democracia, y en el efectivo Estado de derecho se viole la constitución nacional. Si seguimos entendiendo el diálogo y la libertad de expresión a su manera, a la manera de ellos, utilizando nuestro espacio radioeléctrico para tergiversar la verdad, para construir una matriz de opinión que destruyan nuestras emociones y los cimientos de justicia e igualdad que ha impulsado la revolución bolivariana. Si seguimos dejando que se internen en nuestros barrios con centros de acopio no gubernamentales financiados por el imperio norteamericano, estamos ayudando al enemigo a destruir nuestro proyecto socialista.
A despertar, a despertar para toda la vida.
La voluntad popular no debe comprarse, el aleccionamiento político es importante, la atención de demandas es importante, la agrupación comunal es importante, la decisión comunal es importante, la sensibilización comunal es importante.
A despertar, cadena nacional todos los días dirigidas a un pueblo que necesita saber de proyectos, de decisiones gubernamentales, de estrategias que consolidan el plan de desarrollo social. Aprovechemos nuestro espacio radioeléctrico, no nos conformemos con criticar que la oposición lo tiene y lo asume, asumámoslo nosotros también con todo el derecho que nos corresponde.
A despertar, nada hacemos con entender el proyecto político lejos del partido, porque el proyecto es del partido para el pueblo. Los grupos de izquierda que apoyan al PSUV, cometen un error al permanecer fuera de sus filas, ellos nacieron en la cuarta república en aquel contexto de injusticia, de maltrato al oponente, de cárceles , de asesinatos, por poseer ideales diferentes. Hoy tenemos una organización política que representa los intereses del pueblo, debemos de dejar las añoranzas por lo que significo el partido de izquierda de aquel entonces y entender, que el PSUV nos representa, representa nuestras luchas venerables por aquel pueblo sometido a la crueldad y la injusticia. Unirnos hoy por la libertad.
A despertar, la conciencia política debe imponerse para lograr la consolidación del socialismo en nuestra patria, demostrando a nosotros mismo y al mundo, que este proyecto social en nuestro, que no acepta la manipulación mediática, la guerra sucia fascista y la intervención extranjera.
Es ahora camaradas, o nunca: o victoria de la reacción o victoria de la revolución.
Patria socialismo o muerte, venceremos.