La CIA dio la orden: Duro y sin pausa

Otra carnavalada golpista

La CIA dio la orden: Duro y sin pausa. Y los tipos, claro, se han salido de madre. El enano simiesco de Leopoldo Castillo los ha menequeado a todos en sus programas. Los Dráculas de DesaGrado 33, los pone en cuatro manos y los hace pedir un "tiranicidio". Ya están los francotiradores limpiando sus armas, los generales altamiranos entregando bombas y granadas: "Ahora o nunca", han dicho. Los "pesos pesados" de la reacción llamando a que hay que dar la vida. La diabólica traidora (miquilenista) Virginia Contreras ha recibido un bono extra en dólares, y está que delira por la "libertad de su patria". Han pedido "luchar hasta la muerte" todos los enanos, desde Aguiar, pasando por Aníbal Romero, volviendo al purgante Egaña hasta llegar al compota de mierda del Escobar Salom. Ayer el vomitivo de Alfredo Ramos descargaba su flema. En la última visita que hicieron al Departamento de Estado, a Manuel Cova y Gimoteo El Zángano, se les dijo: "O ustedes afincan las espuelas o tendrán que quedarse haciendo escarpines por cuarenta años. Es decir para siempre".

Los han mandado a todos para la comparsa, porque es fundamental que haya muertos. Muchos muertos, incluso el nivel de muertos debe medir la "calidad de la esperanza". Debe superar por lo menos a los cincuenta que la CIA ha provocado en Haití. Si pasaran de cien, se podría decir que estamos peor que Irak. Por eso tendrán que forzar la barra, pero la barra sólo se fuerza matando de lado y lado. Sería una gloria para ellos si "perdieran" a uno de sus peces más gordos. Lo han soñado, lo han planificado. Sería de gloria si cayera abaleado (por ellos mismos) Manuel Cova, o la maritornes Liliana Hernández, el tartufo Andrés Velásquez o el sabueso del Edgar Zambrano.

Ya la propaganda por los cuatro malditos canales comienza a ser de terror: "defiende tu firma" (como si la del contrario no importara un carajo).

Pero, insisto, los muertos que más interesan son los de la oposición. Así como una virgen descabezada de los chavistas no vale nada, la muerte de cualquier defensor del proceso es una baja sin peso. Se sabe que la marcha hacia el CNE no será numerosa, pero eso no importa. Basta con que se conforme un frente de unas trescientas personas decididas a avanzar hasta el Centro del meollo. Empujara y causar el caos, un caos que CNN y los de la cadena PRISA ya está prestas para difundir por el mundo. Un comparsa que llevará sangre artificial que sea regada por las calles, sólo para exportación, sólo para que Globovisión la filme, la retoque y la envíe a la TV española, a Univisión.

La presión debe ser brutal, desgarrada, simiesca. Como otro carnaval de sangre.

Contingentes de malandros mercenarios han sido desplazados a Mérida, Maracaibo y Barquisimeto. La cosa debe ser general, como sucedió en los días previos al 11-A.

El gobierno debe mover a todas sus policías, a todo su centro de inteligencia, y controlar con eficacia y carácter esta criminal movilización, pero sobre todo controlar las vías de acceso al CNE a partir de hoy. Hay que impedir que se desplacen. El contra-golpismo debe ser mucho más eficaz y total cuando se espera el último zarpazo de esta bestia herida. No pasarán. No volverán.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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