Otro día de Odio. Los cerdos redundantes de siempre: el sopla-truenos del Carlos Blanco, el lacayo Carratú, el frasco e´leche Oswaldo Álvarez Paz, la miss universo Albis Muñoz, Napa La Brava, Américo Mariquín. Creen que con la flema de sus grititos van a volver a cogerse el coroto. Ya hablan del hombre que les gobernará, que debe ser por consenso; por el consenso de sus cenáculos, por la cordura de Washington. Y vuelven a mentar la palabrita gobernabilidad, la misma que nos metieron antes del golpe del 11-A, y que refrendaron Carmona, Ortega y Ugalde. Ya vuelven a frotarse las manos porque la marica del Leopoldo Castillo da alaridos de que "La marcha va". Es decir, "sangre habrá", "muertos habrá".
No hay cosa más irrefrenable que la histeria de un marico (y téngase en cuenta que esto no tiene nada que ver con los respetables grupos Gay).
Ayer (12-2-04) fue otro día de la infamia, celebraba Nalgavisión el caos en Valencia, los desastres en Mérida y los disturbios en Puerto La Cruz.
El bodeguero Leopoldo Castillo, con el lápiz en la oreja, le chillaba al Oswaldo: "El gobierno se cae. Aquí no hay otra salida sino que el gobierno caiga". Todos a una, sosteniendo que ya no habrá paz, que llegó el momento de la guerra, que el problema ya no es gobierno sino Chávez, y que Chávez debe irse porque a ellos les da la gana. No importa que millones lo amen, que millones lo sigan, que los haya batido en siete elecciones nacionales, pero si a la lechoza del Álvarez Paz no le gusta, pues debe irse.
Es decir, que en yéndose Chávez, ellos creen que va a volver a constituir otra coalición, y entonces montar a un Luis Herrera, un Lusinchi, y ser felices como en el cuento de Blanca Nieves (Ibáñez). Ellos creen que la cosa será así de fácil, que si Chávez se va volverán a renacer COPEI y AD, con sus romerías, con sus francachelas y guachafitas.
No recogieron las firmas, pero a lo arrecho hay que aceptarles que sí las recogieron. ¿Entonces para qué carajo formaron tanto peo para recogerlas?
Para esa vaina se hubiesen alzado desde un principio y nos hubiesen ahorrado este caos, esta maldición, esta angustia. El mariquito Napa La Brava pone a unas pobres ancianas a declarar: "¿esta es tu firma?", y las señoras dicen que sí. Ya creen que con esa vaina recogieron los 2 millones 400 mil firmas. Por ese estilo puede hacer un programa de diez mil horas, ¿y qué?
Espero que los observadores este tomando nota de este mariquerón, y que les den una respuesta total a los golpistas, porque de otro modo ellos mismos estarán alimentando el crimen, el fraude, la gran conmoción social.
