El zapatazo y las bombas con Uranio

Si alguien lanza la propuesta para reconocer que la palabra y el lenguaje son parte de las cosas más maravillosas que el hombre ha podido crear o tener como una de sus principales herramientas, sin lugar a dudas, que muy rápidamente se lograría un consenso en torno a ella. El gesto, que también es una forma de expresión, es una forma de comunicación un poco más complicada porque su procesamiento y entendimiento requieren de una mayor habilidad. La Palabra por el contrario es mucho más fácil de descodificar y captar más rápidamente su sentido.

Aún con esas virtudes, la palabra a veces se muestra escurridiza y es fácil de manipularla para esconder situaciones que nos reconcilian con la humanidad o con lo que el hombre tiene de humano. El Zapatazo que el periodista Iraquí Muntazer al-Zaidi le lanzó al presidente de los Estadios Unidos, puede ser entendido, si acudimos al diccionario de la Real Academia de tres maneras: 1) Golpe dado con u zapato, 2) Ruido que resulta de una caída y 3) Golpe recio que se da contra cualquier cosa que suena, como el dado con el zapato.

Fíjense que esas tres acepciones del termino zapatazo, no hay una consideración que pudiera ser reprochable o muy reprochable; en cambio, si nos detenemos con curiosidad y ojo crítico para entender la calificación o sentido que le dan a este términos, los que han lanzado sobre medio mundo bombas inteligentes y con uranio empobrecido para producir la muerte de miles y miles de niños, mujeres y hombres indefensos; el termino zapatazo suena o tiene un sentido o impacto, que es imposibles compararla con esas bombas inteligentes cargadas con uranio empobrecido que acaban con los vivos y con los que han de venir. El zapatazo fue una “acto bárbaro e ignominioso”; las bombas que se lanzan sobre pueblos enteros no alcanzan el status de noticias, porque esos medios y esas autoridades tienen tanto poder que la censuran. Las bombas inteligentes y con uranio empobrecido, si nos atenemos al tratamiento que dan los medios y los policías del mundo, vienen a ser como unos simples e inofensivos “peitos” o “peditos” de Ángeles.

El periodista Muntazer al-Zaidi, que en varias oportunidades fue objeto de medidas de secuestro y tortura por parte de los mercenarios que Estado Unidos tienen en Irak, decidió tirarle un zapato a George W. Bush y ese gesto fue calificado por las autoridades de los Estados Unidos y los medios de comunicación, como un acto bárbaro e ignominioso. Los que han acabado con medio mundo con bombas inteligentes y con uranio empobrecido, tienen la autoridad para calificar este zapatazo como cruel, inculto y grosero.

Esas autoridades y medios son los mismos que se proponen y logran que estas informaciones alcancen el status de noticia. Tengo la impresión que los humanos hemos celebrado este gesto; sin embargo, las autoridades de los Estados Unidos y los medios no dudaron de calificarlo como “bárbaro e ignominioso”. El periodista Muntazer al-Zaidi además de poeta, fue muy sublime al decir: “¡Ahí te va un beso de despedida, perro! por las viudas, los huérfanos y todos los que han muerto en Irak!”. En verdad, fue una cosa increíblemente hermosa. El zapatazo fue un beso que el mundo le dio al peor criminal y bárbaro de este mundo.

evaristomarcano@cantv.net




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Evaristo Marcano Marín


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