Por el sí, porque......

Recientemente participé en tres eventos que me hicieron reflexionar sobre todo lo que falta por hacer por nuestro pueblo, por abrir sus mentes, por aclararles que la revolución proporciona beneficios para todos, pero también necesita compromisos permanentes para que los logros se conviertan en puntos de apoyo para no volver jamás a la exclusión y a la injusticia del pasado, muy cercano, que nos cubrió por décadas y que aún lucha por seguirlo haciendo.
 
Tres eventos que me obligan a escribir, para tratar de que lleguen a ustedes estos pensamientos necesarios para avanzar con mayor entendimiento del compromiso revolucionario.
 
El primero de los eventos: ocurrió en un centro de alta tecnología de Barrio Adentro ubicado en la población del Espinal en Margarita. Una señorita, trabajadora del centro, cambió de canal un aparato de televisión (sala de espera de dicho centro) que estaba sintonizado en VIVE TV y lo puso en uno de los canales que está abiertamente parcializado con la oposición de este proceso. De inmediato, las personas que allí estábamos protestamos, a lo que la joven respondió ¨ lo que pasa es que yo  no estoy ni con el gobierno ni con la oposición ¨. La cuestión se resolvió cuando el director del centro salió y obligó a colocar otra vez VIVE TV.
 
El segundo de los eventos: ocurrió en un centro oftalmológico de BarrioAdentro ubicado en la población de Santa Ana en Margarita. Un señor que venía a retirar un par de lentes (uno para leer y otro para usar en todas las demás ocasiones), decía que el no votaría por el SI el 15 próximo. Yo le pregunté por qué tomaba esa decisión, si el mismo se estaba beneficiando con uno de los servicios que desaparecería del mapa de nuestra Patria si se llegara al supuesto negado  que regresara el pasado a gobernar, como la han demostrado en Miranda, Táchira y aquí mismo. El me decía que ya estaba cansado de ir a votar. Yo le respondí que eso era porque vivíamos en verdadera democracia, que eso nos favorecía porque estábamos decidiendo muchas cosas que antes la decidían los que mandaban, en una mesa de dominó con mucho licor. Ahí lo llamaron para que retirara sus lentes. Se los probó y dijo que veía clarito y yo por dentro deseando que entendiera clarito también.
 
El tercero de los eventos: ocurrió en la Aldea Bolivariana del Municipio Antolín del Campo. Esa noche dediqué la última media hora de mi clase a conversar con mis estudiantes del proyecto inicial acerca de los beneficios de la enmienda. Explicaba que tenemos la posibilidad de poner gobiernos y quitar gobiernos, pero ahora con la enmienda vamos a ganar la opción de dejar aquellos gobiernos que nosotros decidamos, si lo están haciendo bien. La conversación estuvo muy animada. Varios estudiantes intervinieron de manera muy clara y fueron muy acertados sus comentarios. Nos despedimos por esa noche y como siempre soy el último que abandona el salón de clases, para dejar todo en orden. En eso escucho en el pasillo, afuera del aula, la voz de una estudiante que dice NO ES NO. Yo salí de inmediato y le pregunté por qué decía la consigna, por demás vacía, de la oposición. La invité a que siguiéramos conversando para ver la forma de aclararle alguna cosa que no entendiera. Ella me dijo que era una broma que le estaba jugando a algunos compañeros de clase. Este tercer evento lo voy a dejar hasta aquí para no hacerlo tan largo.
 
Resulta que esa gente; la muchacha con la franela de Barrio Adentro, el señor con sus lentes nuevos y la joven estudiante, es nuestra gente. Yo estoy seguro que ellos han votado por la revolución, saben que la revolución les proporciona beneficios y se benefician de los planes y proyectos de la revolución, pero falta algo. Falta la acción revolucionaria.
 
La revolución hace por mí. Y ¿Qué hago yo por ella?, ¿Cuál es mi compromiso revolucionario?
 
Las revolución la hacemos nosotros, el pueblo, la gente común que decide convertirse en promotor y propulsor de un proceso de cambios en la mentalidad de todos aquellos que la cotidianidad vaya poniendo delante de nosotros. La revolución es nuestra, nosotros hacemos los cambios. Tenemos que acompañar al líder (así como lo acompañamos al momento de ir a votar) en la multiplicación del mensaje revolucionario, en la ideología del proceso y en hacernos dueños de los destinos de toda la sociedad. En cada sitio donde nos toque dar una respuesta, una explicación, una pregunta que aclare las dudas de otros, una acción sin esperar retribución; en cada sitio, como digo, nosotros debemos actuar con claridad revolucionaria, porque nada se termina cuando se hacen revoluciones, porque las revoluciones son cambios permanentes.
 
Entonces, por esto que falta y por muchas otras cosas que son logros tangibles que la revolución ha puesto al servicio de todos, hoy es imprescindible nuestro líder que es la voz que no se debe callar por muchas décadas. Y no se debe callar porque su voz resuena en muchas voces que van haciendo los cambios a pasos lentos, pero seguros.
 
Es una necesidad natural votar por el SI el 15 de febrero, para que eso que aún queda de desconocimiento en nuestra gente desaparezca y entonces todos nos convirtamos en luchadores por y para la evolución que es la verdadera revolución.
 

puentealaliberacion@hotmail.com



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