Como merecidas vacaciones los venezolanos coparon las playas luego de dos intensos procesos electorales: las elecciones para autoridades regionales y la aprobación del referéndum constitucional. Fueron tres meses de aguda campaña, donde cada sector jugaba su destino político. El triunfo en ambas instancias electorales del proceso bolivariano, determinó la mayoría de gobernadores y alcaldes para el chavismo y la victoria de la opción de continuidad para elegirse como candidato, tanto del presidente Hugo Chávez como de los distintos cargos de elección popular.
La posibilidad de un nuevo mandato del presidente venezolano ha sido polémica para los sectores internacionales que se le oponen. El argumento que más utilizan es que se quiere perpetuar en el poder y que es peligroso para la democracia. Estos argumentos fueron vertidos desde España, Chile, EEUU, la Comunidad Europea y por supuesto desde la oposición venezolana. Pero nadie pudo refutar el carácter democrático del referéndum, así como el sistema automatizado de voto considerado por los observados en varias elecciones como él más trasparente y seguro. Ha quedado nuevamente sentado que en Venezuela se consulta al pueblo, no como otras naciones que ajustan sus constituciones o hacen enmiendas sin pedir la opinión del pueblo y quienes lo deciden son los legisladores de acuerdo a sus intereses partidarios.
Un nuevo escenario político luego de las dos ultimas elecciones
La aprobación de que el presidente pueda ser candidato en las próximas elecciones, así como haber logrado una mayoría de gobiernos regionales, asegurarían una tranquilidad política. Sin embargo la oposición conquista algunas gobernaciones y alcaldías de gran importancia, con las cuales ha venido entorpeciendo algunas de las iniciativas del proceso bolivariano. Ha venido aplicando una política de segregación a los chavistas, a los médicos cubanos y venezolanos de la Misión Barrio adentro y ha desalojado misiones de salud, vejez, educación, de locales suministrados por gobiernos regionales bolivarianos.
Pero la situación más peligrosa se viene conformando en el Estado Táchira, colindante con Colombia, donde se ha establecido una tierra de nadie, en la que los paramilitares cobran impuestos como seguro de vida a los ciudadanos de esa región. Es un coletazo de la guerra sucia colombiana, que hace vida en esa zona con su tráfico de drogas y secuestros a empresarios y ganaderos. En ese marco de violencia, en la campaña del referéndum apedrearon vehículos a los chavistas, golpearon a un diputado regional, agredieron a estudiantes bolivarianos y han cerrado locales de las misiones sociales.
La oposición centra su estrategia en elecciones parlamentarias del 2010
La lectura de los resultados electorales realizados por la oposición, los lleva a tener una visión triunfalista, tanto por haber rebasado los 5 millones de votos, como por haber conquistado los estados de Miranda, Carabobo, Táchira y mantener Zulia, más obtener la Alcaldía Mayor de Caracas y la alcaldía de Sucre. Aupados por estos resultados, sueñan con pasar a ser mayoría en un corto período de tiempo. Ellos han querido minimizar el triunfo del SI, por 1 millón 300 mil votos (10% de ventaja sobre el NO), al caracterizarlo de victoria pírrica. En comparación, pírrico fue su triunfo en la reforma del 2007 que sólo triunfó por 50 mil votos (1% sobre el SI), y el número total de su avance en votos, no analiza que el aumento vegetativo anual del electorado.
Otro elemento que la oposición no ha valorado es que los votos del SI son del presidente Chávez y el PSUV, mientras que los suyos responden a una coalición de partidos con variados intereses y propuestas, que generalmente han sido delineadas por los medios de comunicación, los que actúan como avanzada y dirección de sus políticas. El otro elemento que demuestra su incapacidad electoral es la presencia de los estudiantes como grupo político de apoyo, desencajado de sus actividades docentes y sus verdaderos objetivos gremiales, quienes ahora son los que exigen mesas de diálogo. Una triste caricatura de los movimientos electorales de los Balcanes y la ex República soviética de Ucrania, que a la vez confirma el apoyo de países de Europa y EEUU para jugar a la desestabilización y crear una falsa imagen de la democracia venezolana.
A finales de febrero la oposición habla de que están cansados de elecciones, pero ya calientan motores para las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional en el 2010. Uno de sus dirigentes, Julio Borges de Primero Justicia, ausente el día que la oposición reconoció la victoria del SI, salió a declarar a la prensa “que no cometeremos el error del 2002, que llamamos al paro general y no participamos en la elección de curules parlamentarios”. Aseverando que desde ya deben trabajar para asegurarse la mayoría de escaños en el legislativo venezolano, de manera de avanzar en la lucha por la presidencia en el 2012. El mismo dirigente, de manera curiosa, festejó la posibilidad de que a partir del resultado del referéndum se puedan presentar sin limitaciones las candidaturas a los cargos de elección popular, lo que permitiría a la oposición avanzar más en el camino a la presidencia.
La necesidad de avanzar en los cambios revolucionarios
La revolución bolivariana ha logrado en 10 años de existencia muchos e importantes logros, en la economía, en los avances sociales, en las redes ferroviarias, en las redes de salud en el ámbito de los barrios, y en la distribución de alimentos. Se van creando las bases para un modelo económico de desarrollo. Pero surgen las improntas de avanzar en la formación de un nuevo ciudadano, capaz de profundizar y masificar el modelo socialista, hoy mediatizado por una parte por la oposición y por otra por la burocracia, la corrupción y los nuevos ricos surgidos a la luz de un proceso de inversión social y de infraestructuras, que ha desviado sus fondos hacia comisionistas o nuevas empresas creadas con erarios públicos.
No concebimos como un problema masivo este fenómeno, pero ha perjudicado el mayor avance del proceso bolivariano, que no le ha permitido reducir a la oposición de su 43% histórico ni evitar la fluctuación del electorado chavista, que aún en un gran porcentaje no tiene una conciencia clara de las ventajas del modelo socialista y que ha perdido su memoria de los gobiernos de la Cuarta República.
Estos hechos nos llevan a retomar las palabras del presidente Chávez, donde habló de la necesidad de avanzar en los cambios y corregir los errores, al retomar la política de las 3 R, (Revisión, Rectificación y Reimpulso). Donde manifestó la necesidad de un viraje en la construcción del socialismo, priorizando la lucha contra la inseguridad ciudadana, la corrupción, la ineficiencia y el burocratismo, e impulsar el crecimiento en los emprendimientos sociales, en la salud, en la búsqueda de un modelo eficiente de sociedad y de desarrollo.
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