Llevando agua al molino de la nueva campaña mediática opositora, por medio de la cual se pretende una vez más poner el mundo al revés, Tulio Hernández cumple su recurrente papel de escuálido de escaparate. Poco a poco se le va cayendo la máscara de “ni-ni” que ha tratado de vendernos este escritor oficial de la contrarrevolución. Tibio “crítico” de la patética oposición venezolana, se torna furibundo cuando se trata de cargar contra la revolución bolivariana. Ahora se suma al nuevo cuento del golpismo, que usa todos sus medios y recursos para establecer la matriz de que el gobierno venezolano es una especie de régimen pinochetista que viola masivamente los derechos humanos. Tulio habla de “muertos en las calles” dejando colar la especie de que esos muertos son del gobierno, cuando las primeras pesquisas ya apuntan a señalar no balas de fal, sino metras, no guardias sino francotiradores. Los probables excesos de los cuerpos de orden público serían en todo caso la excepción y no la regla. En general, la Guardia Nacional ha enfrentado los focos terroristas con medios lícitamente permitidos.
Por su parte, los golpistas montaron una estrategia fríamente calculada que pretendía sumir al país en un caos. No pudieron, el pueblo desposeído los paró una vez más en Caricuao, en San Martín, en Catia. Se quedaron otra vez varados en las urbanizaciones de clase media, donde atentaron contra la vida cotidiana de los vecinos. Grupúsculos anarquizados dispararon contra la Guardia Nacional, que sufrió varios heridos. Los golpistas utilizaron a una dama, militante de Acción Democrática, para provocar a otra dama, ésta de la Guardia Nacional, con la finalidad de montar un show televisivo, con la diligente y rutinaria presencia de Globovisión. Obviando la conducta evidentemente delictiva de los guarimberos, Tulio juega su papel cuando habla de “encarcelamientos a granel”, como si se tratara de presos políticos, y no de vándalos atrapados en flagrancia, trancando vías públicas, tumbando avisos privados, destruyendo propiedades municipales y estadales, quemando vehículos, cauchos y basura, agrediendo a las fuerzas del orden con bombas molotov, cohetones “aliñados”, piedras, botellas y en algunos casos con armas de fuego. Son delincuentes flagrantes, deben ser hechos presos. Toda esa barbarie desatada por el golpismo, contó con la intensa cobertura de los medios de comunicación. Es allí donde se cuece el guiso que apunta a difamar al gobierno venezolano y acusarlo de violador masivo de los derechos humanos, lo cual es, Tulio Hernández, completamente falso, otra patraña de la oposición golpista, a la cual respaldas con tus opiniones, estés consciente o no de ello. No dices nada, por supuesto, del documento firmado por los intelectuales de oposición.
Tal vez sea por esa extraña idea de que el poder es solamente el gobierno. Para ti, en tu nuevo y lamentable papel, Fedecamaras no es el poder, El Nacional no es el poder, la dirigencia sindicalera y corrupta no es el poder. Esos intelectuales, que firman un documento que parece redactado por Alberto Federico Ravel, no merecen de ti ninguna crítica. Claro, tú eres uno de ellos.
Respeto tu derecho, Tulio, a pensar distinto a mí. Pero no sigas con tu cantaleta del “tercer tren”. Asume tu barranco, como yo asumo el mío. Sal del closet: tú eres un “escuálido”, un antichavista. Creo que también eres honesto, así que déjate de vainas y ve a comprar tu bandera negra.