Los pacientes pasaban de acuerdo al orden de llegada, algunos; mientras se notaba una lentitud en la operatividad y el dolor se me estiraba hasta mi madre, que por su edad podía hacer menos que yo para calmar la angustia, que proporcionaba mi emergencia; la vez anterior pude después de mucho tiempo, con la colaboración solidaria de camaradas, (que si los hay) agilizar y sacar mi orden del último lugar; en esta oportunidad no, lo que me había llevado hasta la casa del diablo era grave, y ni siquiera podía gritar.
Todos pasaban al lado de la camilla y reconocían mi cara de chavista, los que trabajaban en el hospital que se identificaban con mi posición política, trataban de auxiliarme, pero Lucifer no los dejaba, con su actitud macabra marcaba su terreno como dueño del espacio; me dio tiempo en la espera por el rato que estuve consciente en el lugar, reconocer donde estaba el pueblo; los privilegiados llegaban con opciones y referencias de compadrazgo, los vi amigo mío, lo hicieron en mi cara y los pata en el suelo esperaban retorciéndose con el dolor en compañía de la desidia del diablo, que evidentemente usaba su preferencia clasista para que los recomendados consiguieran alivio más rápido que los hijos normales de este pueblo.
Quiero dejar acotado en esta nota, que el hospital descrito no tiene nombre, porque probablemente en varios este pasando lo mismo y no podemos permitir que el diablo sea el que administre el alivio de un pueblo que en mayoría es revolucionario; pero los que controlan la puerta y son dueños de la cura, me convencí que no forman parte de la mayoría y algo tan serio como la salud, no puede estar en manos de contrarios al proyecto, yo solucione con algunas influencias que me avergonzaban, pero me dio tiempo de observar para hacer esta denuncia con los grados de responsabilidad que acarrea ante amigos que si los hay, tratando que esto funcione de otra manera, aun con indolentes traidores jalando para tras, porque PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
HAZTE CONCIENCIA.
machucamelo@cantv.net