La gran pregunta que nos hacemos los chávistas es ¿Qué hará el Gobierno con Globovisión?, ¿Qué pasará con Conatel?, ¿Cuántos ministros pasarán por el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación?. A Globovisión nadie la detiene, es la punta de lanza contrarrevolucionaria y del poder mediático que durante años ha enfermado la mente de cientos de miles de compatriotas, ha llevado al desquicio a tanta gente que miran y sienten a Chávez como el peor dictador virtual en todo el continente. Suelo hacerme un eco reflexivo de esto en mi diario vivir observando y escuchando conductas y opiniones que afligen mi corazón ante tanta ignorancia a causa de la debilidad o ausencia ideológica, los resultados de un sistemático trabajo mediático de conspiración sin que se proceda legal y administrativamente contra un canal que perdió toda objetividad periodística para convertirse en el primer partido político de comunicación como lo es Globovisión.
Sé que la permanencia de este canal en el aíre es una muestra fehaciente del sistema democrático de este gobierno ante la nación y el mundo, de eso no hay duda alguna, pero una cosa es el respeto a las ideas y opiniones contrarias a un gobierno y su política, pero otra es la constante conspiración que se manifiesta desde las cámaras y micrófonos de esa estación. Las 24 horas del día se permite la transmisión de programas que solo apunta a engañar, tergiversar, manipular con la información a los usuarios y usuarias de este canal. No hace mucho escuchaba en un transporte público a una pareja hablar pestes del gobierno, nada era bueno, todo malo, el país iba hacia la bancarrota, ellos se hacía eco de lo que los moderadores y periodistas de ese canal dicen a diario.
Entendemos que hay que garantizar el derecho a la comunicación y la información como bien lo plantea nuestra constitución republicana, pero a que un canal se convierta en partido político es totalmente perverso porque viola todas las libertades de comunicación, es totalmente parcial hacia un grupo de personas que se oponen al estado, peor aún, rayan en una posición de extrema intolerancia que se aferran a la desinformación solo para ir ganando adeptos para oponerse a Chávez y la revolución.
Es de conocimiento público que faltan pocos años para que la concesión se le venza a Globovisión, pero saquemos la cuenta y pensemos en todo el año que ha hecho en la salud mental del venezolano. Cómo ha dividido al público votante, como ha dividido familias, ha mal puesto a la nación en aquellas naciones que no son afectos a la izquierda y así todo un listado de logros que obedecen fehacientemente a la oligarquía internacional como la del gobierno de los Estados Unidos.
Este canal fue uno de los principales motores en el Golpe de Estado del 2002, en el paro petrolero, las guarimbas, asesinatos, propulsor del sicariato y de hecho punibles porque ni la fiscalía, ni el gobierno, ni los comités de usuarios ni nadie como CONATEL han podido tocarles. No pasan de amenazas de sanción administrativa, será que se les tiene miedo y su cierre inmediato impulse un espíritu enfermo y esquizofrénico de sus seguidores. Pueda ser que se tenga temor a una reacción de ese sector que agrupa 4 millones de votos contra el proceso de cambios, pero ya el mal está hecho. Cientos de miles de esa alta votación es producto de la campaña sistemática y mediática que el país vive a diario contra Chávez y todo lo que él representa. Globovisión debe cambiar su estilo periodístico partidista y ser un canal objetivo que pueda mostrar las fallas del gobierno pero sus logros. No lo hace y esto amerita una especial atención del actual ministro de comunicación, de parte del gobierno y especialmente de Chávez porque Mario Silva bastante que lo denuncia a diario.
Si se sigue permitiendo a que este canal siga envenenando la psiquis de la gente pueda llegar males mayores de esquizofrenia que uno no sabe hasta dónde un ser humano pueda soportar tanta desinformación y mentiras asumiéndolas como verdad.
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