“En defensa de la libertad”, “por la reconquista de la democracia”, “por la libertad de expresión”. Estas son la más emblemáticas “consignas” y /o principios defendidos por la oposición o que dice defender la oposición. ¿Cómo puede este grupo, respetable, de venezolanos gritar esto a todo pulmón sin que se les agüe el ojo, en un país intoxicado de libertad? ¿En un país con una democracia robusta, que ha sobrevivido a tres golpes de Estado en los últimos 10 años? ¿En un país donde la libertad de expresión más bien atenta contra libertad? ¿En un país donde 14 militares se dan el tupé de “pernoctar” en un plaza, con la “cobertura total” de los medios de comunicación, llamando a la desobediencia civil? (Hasta en eso escurren el bulto, son incapaces de asumir que son insurrectos, que se sublevaron).
¿Qué le pasa a la oposición? ¿No será por eso que no logran llegar a la mayoría? ¿Por qué nos plantean falsos dilemas para atacar a Chávez? ¿Cómo quieren que nos traguemos que Chávez es igual Milosevic? ¿No hay más razones para criticar esta gestión de Gobierno, que no sean estas increíbles consignas? ¿Eso mismo le dirán a Gaviria? ¿Qué pensará el ex presidente colombiano, cuando el gordo Marín se le para enfrente, imagino que gritando para darle más contundencia, “es que en Venezuela no hay libertad de expresión"?
Ahorita gimen porque la OEA emite un comunicado, recordando a las partes que firmaron una carta de principios. Pero, ¿qué querían? ¿que la OEA le pidiera a la ONU que mandara un misión de los cascos azules, con Angela Zago a la cabeza, para “salvar al país”? Está bien que miles de venezolanos estén convencidos de que Chávez es la reencarnación de Stalin, con las uñas de Fidel Castro y el cerebro de Hitler, pero esa estupidez no aguanta un análisis serio.
Y ni hablar de “Prohibido olvidar”. Alejandro Peña Esclusa ya debe tener gastritis, porque esa consigna a ese señor le debe producir taquicardia. “Todo sea por mis cabecitas rapadas”, debe pensar para gritar aquello con cierto convencimiento.
Y mucho menos hablar del penoso peregrinaje de la Coordinadora Democrática por el “escenario” de la plaza Francia o Altamira para “apoyar” el “noble” gesto de los militares de alzarse “sin armas”. Ahora si es verdad que se completó la lista de pre candidatos presidenciales, tienen que sumarle 14. Y para seguir recordando consignas absurdas, ahora le dicen a la plaza del obelisco “territorio liberado” . ¡Por Dios!
A estas alturas un observador imparcial de los hechos recientes (teatro Altamira incluido) puede acusar al Presidente de la república de cualquier cosa, menos de autócrata, dictador, asesino y los etcétera que usted quiera. Porque ¿no podrán inventarse una consigna, una sola, que sea verdadera, que no sea puro teatro?
Mercedes Chacín
Periodista