El 11 de Abril, como dice acertadamente Angel Palacios en su excelente documental “Llaguno, claves de una masacre” tuvo víctimas humanas, muertos (9 defensores del proceso, 8 de la oposición y otra persona) y una víctima simbólica: la verdad.
Esa víctima se llevó consigo lo que quedaba de sindéresis en el proceso de extrema polarización en la que nos vimos envuelt@s como ciudadanos, quienes apoyábamos el proceso de transformaciones y quienes se oponían al mismo.
Las razones
para llegar a esta extrema polarización pueden y deben analizarse con
el mayor detenimiento, a los fines de llevarla a dimensiones mas sanas
a nivel de la psique colectiva. No será fácil. Y probablemente tengamos
que admitir responsabilidades también quienes formamos parte del proceso.
Y en ello deberían colaborar, tanto l@s ciudadan@s preocupad@s por
este desgarre en el tejido social, como los medios, de un lado y del
otro.
La polarización
en una sociedad dividida socioeconómicamente en clases, y dividida
ideológicamente entre dos proyectos sociopolíticos incompatibles,
es inevitable. Es mundial. Lo dicen las marchas mundiales contra las
guerras imperiales, contra los encuentros de Davos, del G20, de la OTAN.
Lo dicen tanto el tono de las mismas como su represión por parte de
las fuerzas policiales de los países en los que suceden. Estamos hablando
de Europa, Francia, Inglaterra, Italia, Grecia.
El problema,
no sólo en Venezuela, pero mucho, en Venezuela, es que los medios de
comunicación, o bien la acentúan, o bien, como en aquel día de Abril,
prácticamente la elicitan, a través de la manipulación de hechos
trágicos.
Los denominados maliciosamente “pistoleros de Llaguno” fueron filmados disparando y transmitidos colocando después de esa toma, una de la marcha de la oposición, haciendo ver que le disparaban a esa marcha. Una toma en la que estas personas arribaban al Llaguno, se detenían y ocultaban detrás de la pared para luego disparar, fue transmitida solo una vez. Esta toma mostraba que estaban siendo atacadas. También la toma del canal 33 en la que se veía desde otro punto de vista la misma escena, en la que se veía que debajo del puente Llaguno estaban los vehículos de choque de la PM y no la marcha de la oposición, fue desaparecida en las transmisiones subsiguientes.
Este montaje, transmitido como parte de un montaje mayor que “justificó” el golpe de estado, llamado de forma inaudita “vacío de poder”, se continúa utilizando como argumento descalificador de la justicia en Venezuela, bajo lo que podría llamarse un lema, que reza así: “¿¡cómo es posible que los pistoleros de Llaguno, que tod@s vimos disparando, estén libres, y que los funcionarios de la PM, que sólo estaban resguardando la seguridad de tod@s (sic) hayan sido condenados a la cárcel!?”
Los estudios de balística realizados durante el juicio a quienes dispararon desde el puente, demostraron fehacientemente que las balas disparadas por ellos no mataron a nadie, y tuvimos la oportunidad de demostrar, con nuestras tomas, en la reconstrucción realizada con Lucia Lamanna, y presentada en el programa de Ernesto Villegas, que en el caso del fotógrafo Jorge Tortosa y de Malvina Pesate, no había ángulo de tiro posible desde el Llaguno hasta el lugar en que fueron abaleados.
Los tiros a la cabeza, de muchos heridos y asesinados, muestran la existencia de francotiradores, que capturados ese día, fueron liberados durante el gobierno de facto de Carmona, lo cual pareciera implicar que convenía a este régimen la eliminación de la prueba de su existencia y de su misión.
Pero podríamos
llenar páginas explicando hechos como estos.
El enjundioso documental investigativo de Angel Palacios, en el que tuvimos la hermosa oportunidad de colaborar, lo muestra. La comparación de tomas de distintos puntos de vista, el acercamiento a los relojes, el estudio de las sombras proyectadas por el sol, y otros factores, permiten determinar el orden de los sucesos y nos convencen con hechos irrefutables, la imposibilidad de sostener los argumentos que engañaron a gran parte de la población, incluso a simpatizantes del proceso, durante los varios días posteriores a los hechos. Pero los argumentos siguen repitiéndose en algunos medios privados.
Creo que lo
ocurrido ese día, y mas precisamente, lo que se hizo ver y sigue repitiéndose
que ocurrió, terminó de dividir cruelmente a la sociedad venezolana.
Y lo sigue haciendo.
Creo que con el fin de ofrecer a los ciudadanos de la oposición la posibilidad de al menos ver otra versión de los hechos, se hace necesaria la difusión de este documental, en su primera parte, la investigativa, en cadena nacional y en horario estelar, el próximo sábado 11 de abril. Si bien puede argumentarse que semana santa no es el mejor contexto para estas diatribas, podemos comprobar que en estos canales se están realizando programas sobre el tema también en estos días.
Los canales privados no han ofrecido esta otra versión de los hechos. Le han negado a sus usuarios, la posibilidad de ver, pensar y juzgar sobre los mismos. Creo que es imprescindible que tengan la posibilidad de contrastar sus visiones con ésta.
Cuando hablo de la difusión de sólo la primera parte, es por considerar que la segunda podría ser considerada por ellos como propaganda política ya que en ella se hacen elogios del proceso. Esto, pienso, podría ser interpretado como provocación y no serviría a los fines informativos.
Al final de la proyección de la primera parte, se propondría que quienes deseen continuar el documental pasen a sintonizar canales del Estado.
Creo que la
presentación del documental debería, con toda honestidad, ser presentada
como lo que creo que es, un llamado a analizar los hechos con la
mayor cantidad de información posible, como tarea de paz y de diálogo.
Sin atisbo de provocación.
En cualquier Estado, contra cualquier gobierno, hay oposición. Es lógico que haya personas en uno y otro lado de la frontera ideológica y política. Pero creo que los odios y resentimientos producidos en forma artificial por un complot criminal, deben curarse.
No tengo la ingenuidad de creer que este acto pueda convencer las consciencias ni curar las heridas por arte de magia. Pero puede contribuir.
Creo que los
medios no privados, estatales, independientes, comunitarios, también
deben hacer un esfuerzo por manifestar respeto a las personas que por
la razón que sea estén en el lado opuesto al proceso. No quiero decir
que esto no se hace en nuestros medios. Pero también existen en algunos
de nuestros programas, agresiones y burlas que no creo que sirvan para
atraer a nuestro lado a ciudadanos que no creen, por muy distintas razones,
que el proceso es para tod@s.
Creo que deberíamos
dejar de calificar de disociados a quienes no acuerdan con nosotr@s,
y que debemos atraer a nuestro lado, con acciones de gobierno, de eficiencia,
de lucha contra nuestros errores, con acciones informativas, con acciones
de justicia, a much@s ciudadan@s que no son irremediablemente golpistas,
fascistas, ni vendidos al imperio.
Creo también
y en el mismo sentido que debemos responder a las manipulaciones
mediáticas, a las informaciones falsas, con microcadenas que informen
de la manera mas contundente y seria, nuestra versión de los hechos
y que muestren información veraz.
No basta contarnos entre nosotr@s que “ellos” mienten. Es importante, pero no basta. Precisamente cuando hoy se habla de tender puentes, creo que estos puentes informativos son indispensables. Y son democráticos. Es democratización de la información.
Pero sólo
una actitud general de respeto puede hacer que las personas opositoras
no rechacen de entrada la información que les llegue por este medio.
Este es un
proceso humanista y de inclusión. Es un proceso que debe sumar. Un
proceso que en hermosas y concretas realizaciones (con todas las imperfecciones
que éstas puedan tener y que hay que remediar) no se merece una proporción
de votos como la del último referéndum de 45 a 55. Necesitamos una
Asamblea Nacional operativa, necesitamos recuperar espacios de gobernaciones
y alcaldías, para ello necesitamos una mayoría nacional mucho mas
contundente, para avanzar en la construcción de esa sociedad urgente
y posible.
A las 3 Rs
propuestas por nuestro presidente, quisiera añadir otra, la R de la
recuperación. La recuperación de quienes sintieron esperanzas y apoyaron
el proceso y se alejaron, por manipulaciones mediáticas pero también
por nuestros errores, que creo, son menores que nuestras realizaciones
y nuestros horizontes. Debemos contrarrestar las campañas mediáticas
y debemos corregir nuestros errores.
Debemos avanzar.
Por tod@s, por el proceso, por lo que tiene este de ejemplo y vanguardia
del proceso mundial contra un sistema capitalista en crisis que depreda
al planeta y que de nuevo intenta superar su crisis con medidas que
concentrarán aún más el poder y el dinero en menos manos y que apelan
a nuevas incursiones bélicas para recuperarse económicamente. Llevamos
gran parte de la responsabilidad en la lucha por un mundo mejor.
Patria-mundo, socialismo-humanista (valga la redundancia) y vida. Convenceremos.