Los médicos, los “cultos pensantes” y la obra de Prieto Figueroa

Desde sus primeros esfuerzos y en aquella histórica (ya difunta) Federación Venezolana de Maestros; Luis Beltrán Prieto Figueroa percibió y luchó arduamente por hacer de la educación un instrumento capaz de cambiar la realidad social de Venezuela, que para la época o momento (década del los 30s) era un país sumido en la más profunda ignorancia. Habían sabios y letrados, pero eso era una “chiquirritica” (como dicen en mi pueblo) minoría. En uno de esos discursos que Prieto ofreció cuando comenzaba su obra, presentó una cruda versión de la situación de la escuela venezolana, que fue en ese mismo discurso, contrapuesta con una linda visión de lo que contenía su sueño.

Trate de ubicar esas frases en algunos de sus libros en el momento que redactaba esta nota, pero no fue posible y no recuerdo ahora cada palabra de esa frase que me gustaría compartir con los lectores. Ese sueño y esa lucha se hizo palabra argumentada y extensa en su obra: De una Educación de Casta a Una Educación de Masa, que después pudo hacerse realidad, cuando asumió como líder todo el proceso de transformación de la educación venezolana.

Es un hecho reconocido en diversas investigaciones nacionales y en el ámbito latinoamericano, que Venezuela logró ser un caso no muy común (atípico), porque muchos hijos de analfabetas y pobres completaron su escuela primaria y un alto porcentaje tuvo la opción de entrar a la Universidad. Eso explica de alguna manera “el cambio” social que experimentó el país entre la década del 60 y 70: El abanico social se abrió y comenzó a sentirse y notarse la presencia de un sector que hoy se conoce con la denominación de “clase media”.


II
¿Por qué este reseña?

Porque toda la dimensión de ese proyecto humanístico que Prieto Figueroa atesoró desde el la década de los años treinta y que comenzó a concretarse en la década de los 60s y 70s comenzó a desvanecerse y se fue configurando una realidad diametralmente opuesta que ya es conocida. La Universidad durante los años 80s y 90s fue un espació para ensanchar la brecha social porque el derecho a la educación estaba casi absolutamente consagrado para los jóvenes provenientes de sectores que desde el punto de vista económico y “cultural” acumularon ventajas productos de un triple sistema de selección y exclusión que tiene soporte: 1) la condición familia, la escuela donde cursaste y el sistema de selección/exclusión impuesto por la OPSU-CNU

Si hay un hecho real y concreto que pone en evidencia este proceso de selección, exclusión y casi de perversión; es sin lugar a dudas la situación de los médicos. Es una profesión en la cual no hay ni una pizca de un valor humano, muy a pesar del juramento que hacen al graduarse. La humildad, compasión, solidaridad y la misericordia son sentimientos que no encuentran tierra fértil en esas “almas”. Estoy Casi convencido, que si estas “almas” pudieran destrozar cada uno de los hospitales donde laboran, no dudarían un momento en hacer realidad ese “sueño”.

No dudo que los médicos venezolanos tienen una remuneración poco acorde con lo que hacen o deberían hacer. No dudo que haya muchos médicos con apariencia y actuación propia de un humano, pero en esencia hay que ver y oír a un médico para entender esa realidad o sentir cómo se perciben y cómo perciben a los venezolanos que no frecuentan sus consultorios privados, pero frecuentan los públicos.

Vaya a una consulta en un centro público y compruebe como lo atienden. Averigüe donde ejerce privadamente el médico que lo atendió en ese centro público y hágase ver ahí para que note los procederes. En la consulta pública, casi al entrar al consultorio ya te tienen su “récipe”; mientras que en la consulta privada, tienes la opción de entrar, sentarte y probablemente te verán la cara para darte alguna recomendación y decirte: Pero no compres este medicamento en su presentación genérica porque eso no sirven; debes comprar el que te he colocado en el “récipe” porque ese es de marca y si es de marca, es lógicamente bueno.

Ahora su proyecto está centrado en esa opción de acabar con el servicio público o ayudar que sea vea peor de lo que es. Eso es su derrotero y si para eso hay que derrumbar un hospital; eso está en la lista de las actuaciones.

III

En la década de los 60s comenzó a desmontase la idea de una educación de masa para darle paso a una educación de casta. Esa realidad está en las cifras y ocupan los “pupitres” de la Universidades públicas, pero además de ese perverso proceso; desde esa década comenzó a implantarse una orientación curricular para desmontar una educación que reconociera que la humanización del hombre es o debería ser la función más importante del proceso educativo. No hay valores; prevalecen en la actuación de las personas sus intereses y si tienen dudas de eso, abran un periódico o sintonicen un canal de TV para comprobar que los más “pensantes y cultos” por un simple interés político son capaces de no distinguir entre un buen ciudadano y un ladrón que usa corbata y hace regalos de 40 mil de los fuertes. La violencia es cosa de los chorros de barrios, porque la otra violencia que circula en la pantalla de TV es “cultura” y es “libertad de expresión”.

Si aún dudan de todo esto, tómese la molestia de leer la página que este jueves (16/04/09) escribió Lepoldo Puchi en Últimas Noticias, en la cual afirma que el “golpe estaba planificado” y con muerte premedita (sostengo yo), pero aún con esas asesinatos en la hoja de justificación del golpe; los responsables (en la opinión de Puchi) deben ser objeto de una amnistía. Son asesinos fríos e intelectuales, pero usan corbata

evaristomarcano@cantv.net







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Evaristo Marcano Marín


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