El presente
articulo intentará mostrar, una breve y general descripción de lo
que está sucediendo en la República Bolivariana de Venezuela, cuyo
Presidente Constitucional es el teniente coronel Hugo Chávez Frías;
describiendo además, cómo está conformado el mundo evangélico en
esta coyuntura tan sui géneris.
Deseamos iniciar
haciendo una breve introducción acerca de la persona del presidente
Chávez, preguntándonos inicialmente: ¿Cuál es la fuente de inspiración
de Hugo Chávez?, Creemos que se nutre principalmente del pensamiento
de Simón Bolívar, Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez, recoge algunos
elementos de la socialdemocracia, del marxismo y del cristianismo, especialmente
del ala más progresiva, es decir, la teología de la liberación. Extraña
mezcla, y algunos se preguntan: ¿Es una nueva forma de Cristianismo?,
Si fuera así, ninguna iglesia tiene que ver con esto.
Lo que sí
es cierto es que nadie duda de su condición de cristiano. En sus discursos
presidenciales, por un lado levanta la Constitución y con la otra mano
levanta el símbolo del cristianismo. No es demagogia, la gente tiene
la certeza que es verdad. En sus dichos, por lo menos, y hechos están
presentes siempre: la tolerancia, el perdón, el amor, la amistad, la
lealtad postulados del cristianismo, del Evangelio. Muchos de sus discursos
los concluye pidiendo la ayuda de Dios. Siempre evoca la imagen de Jesucristo
al lado de los pobres.
Igualmente
habla de la experiencia chilena, “aquí no van a hacer lo que en Chile,
dijo alguna vez. Habla de la revolución cubana, de Vietnam, de otras
revoluciones, y lo hace con conocimiento de la historia. Pero siempre
ha reiterado que la historia es para revisarla, para extraer lecciones
y aprender de ella.
La siguiente
pregunta es: ¿Cómo explicamos el fenómeno de un gobierno que ha logrado
sobrevivir a varias marchas y concentraciones masivas, varios intentos
de golpe, la fractura de las Fuerzas Armadas y un derrocamiento militar?
¿Cómo logra mantenerse ante un asedio mediático interno y externo?
Sin duda alguna,
la supervivencia está garantizada por el sostenimiento de un gran sector
social, un movimiento popular, que mantiene dividida y en ascuas a la
oligarquía venezolana. Este movimiento, cada día está más organizado,
más independiente y con una increíble creatividad ante las adversidades.
Hay una transformación de los sectores más pobres de Venezuela, están
aprendiendo sobre lo que quieren y no quieren y empujan hacia destinos,
a veces, no contemplados ni en el programa de gobierno ni en Constitución
de la República, hasta ahora, esto ha beneficiado al presidente y a
su gobierno. Hay una creciente organización del pueblo, en términos
de la creación de Consejos Comunales, y más reciente la conformación
de Comunas.
Se agrega a esto que ha salido triunfante de muchos procesos electorales y referéndum. Eliminó políticamente a la mayoría de los partidos políticos. Recordamos que la prensa extranjera sorprendida lo ha llamado “el huracán del Caribe”.
Un hecho sin
antecedentes en la historia latinoamericana, fue que a partir del 11
de abril del 2002, millares del pueblo venezolano, al lado de las fuerzas
armadas, lo devolvieron al palacio de Miraflores en Caracas, luego del
golpe militar. Luego de esto se han derrotado una serie de otros golpes
de estado.
¿Quién podía
imaginar, que luego de varios paros petroleros, hasta este momento,
todavía el gobierno esté en el poder?, Luego de haber sufrido un sabotaje
a la industria petrolera y un boicot internacional a sus exportaciones
y puertos. Un alzamiento de los capitanes de buques petroleros. Un abandono
de los puestos de trabajo de los gerentes de la Nómina Mayor de la
industria, quienes se fueron con los códigos secretos, además de sabotear
las computadoras, sin las cuales no se pueden realizar las labores de
refinamiento, distribución y movilización de las plantas petroleras.
Lo que sucede es que, nuevamente la gente, los ingenieros, técnicos, los jubilados, con una serie de acciones valientes, solidarias, patriotas, vencieron el quiebre de la industria petrolera.
Otro factor
importante es que a raíz del golpe de abril 2002, Chávez desplazó
de los puestos de mando a los militares que le dieron el golpe y de
esta forma saneo las Fuerzas Armadas, hasta el punto que hoy en día
en el seno de éstas, sólo quedan dos corrientes internas, a saber:
la pro chavista (o revolución bolivariana?) Y la llamada institucionalista
o constitucionalista.
Estos son algunos
elementos que nos ayudan a entender el secreto del presidente venezolano,
para resistir el embate de odio desatado contra su gobierno, la revolución
bolivariana, o contra la patria “bonita” como él la llama.
Por supuesto,
podemos agregar como han dicho algunos analistas, la pasión profunda
que ha surgido en el pueblo por este proceso, la credibilidad que ha
podido trasmitir el oficialismo a través de la Constitución Integral
que tenemos, además de la aprobación de una serie de leyes habilitantes,
que sin duda alguna, por lo menos en teoría, benefician a la mayoría
del pueblo venezolano, proveyéndoles esperanza.
Lo que sí
señalamos, es que el gobierno bolivariano, no ha podido sortear la
campaña mortal de los medios de comunicación venezolanos: Venevisión,
Globovisión, RCTV, Televen, CMT, CNN, quienes han gastado millones
de dólares para convencer a la población venezolana, latinoamericana
y mundial, de que Chávez es un tirano, un autócrata. Agregándose
además, una campaña de terror subliminal que condiciona a las personas
para un fin determinado.
Finalmente,
hasta ahora, tenemos un porcentaje bajo de la población que sigue en
contra de Chávez y sus postulados político-sociales, y otro sector
numeroso de la población que respalda a Chávez y la Revolución. Los
primeros hablan de referéndum, elecciones adelantadas, renuncia del
presidente, enmiendas a la constitución y otras alternativas, con la
única finalidad de que “Chávez se vaya”. El sector del oficialismo,
por su parte sale a las calles a apoyar su revolución al ser convocados,
además de organizarse como lo señalamos.
Ahora, ¿Cómo podemos ubicar a la comunidad evangélica venezolana en este espectro tan variado y difuso?
Creemos que
en términos muy generales hay varias tendencias en el mundo evangélico
con relación a Chávez y a la Revolución Bolivariana. Hay un gran
sector del mundo evangélico que apoya la Revolución Bolivariana, (aquí
abrimos un paréntesis para hacer la acotación que, abría que hacer
un estudio para determinar, quiénes de ese gran sector apoyan a Chávez
y quiénes apoyan a la Revolución Bolivariana, o quiénes apoyan a
ambas).
Este sector
evangélico está conformado generalmente por gente humilde, mayoritariamente
de escasos recursos económicos. También sectores de la clase media
y alta en menos proporción, y extrañamente de la corriente de la teología
de la prosperidad. En este sentido, también habría que hacer un estudio
de esta variable.
Estos sectores
tienen la certeza de que Dios es quien “pone y quita reyes” y afirman
que este es el tiempo de Dios para Venezuela. Afirman que Dios puso
a Chávez en el gobierno. Así mismo, ven con buenos ojos que el gobierno
tenga como parte del mismo, o haya escogido a hermanos y hermanas evangélicos.
Hablan de un despertar hacia la búsqueda de Dios y hacia la lectura
de la Biblia. Por supuesto, los más osados ven en la apertura del gobierno
hacia el Evangelio, una oportunidad para diferentes fines.
Aquí señalamos
que hay una organización llamada el Consejo Evangélico de Venezuela
(CEV), que es la que aglutina a un sector de Iglesias en Venezuela,
pero que no representa a la totalidad de las mismas. En este sentido,
afirmamos el CEV no representa ni es la voz de todos los evangélicos
en Venezuela.
Otros sectores
más conscientes, creemos que es una oportunidad única para instaurar
los valores del Reino. Reino de Dios que se hace concreto en la vida
de los pueblos más humildes y sencillos, vinculándolos con el desarrollo,
la participación comunitaria y el bienestar social.
El otro gran
sector evangélico, generalmente de las clases medias-altas, y otras,
tiene una postura que ellos llaman “neutral”. Tratando de ser “fieles”
al Evangelio, entendiendo el mismo como el llamado natural que tenemos
como cristianos a vivir y anunciar el Evangelio. Hacen un llamado a
la apoliticidad, haciendo un deslinde entre lo cristiano evangélico
y la esfera política.
Estos sectores
son muy críticos de las posturas del sector pro-chavista o pro-revolución
bolivariana. Hacen un llamado a éstos a la neutralidad, a la fidelidad
al Evangelio. Señalándolos como anticristianos, como utilitarios de
las iglesias para fines políticos.
Hay unos sectores
minoritarios que mantienen una total apatía, desinterés, descuido
y no-participación en la vida “mundana”, los llamados “espirituales”
que no se contaminan con lo material. Algunos de estos sectores, cuando
opinan al respecto de las cosas seculares, lo hacen desde una hermenéutica
bíblica totalmente divorciada de la realidad circundante, espiritualizando
y tergiversando los textos bíblicos.
Surge una pregunta
entonces, Cómo ser fiel al Evangelio del Reino de Dios en esta coyuntura
venezolana?, Creemos que en un proceso al que nos referimos, no es posible
la neutralidad. Aquí no hay lugar para medias tintas, para vacilar,
para argumentaciones simplistas. Creemos que al igual que Jesús lo
hizo al optar por los pobres, por los más humildes, el pueblo evangélico
venezolano, tiene que optar. Y en este caso, opta por la vida o por
la muerte.
Opta por el
amor, la paz, la justicia, la equidad, la fraternidad. Mal hiciéramos
si optamos por la muerte, el dolor, el odio, la injusticia, si optamos
por sentimientos de poder mezquino, avaricia desatada y egoísmos extremos.
Creemos que
los postulados de la Revolución Bolivariana, por lo menos en teoría,
son parecidos sino iguales a los enunciados por el Evangelio de Jesucristo.
El Señor dijo alguna vez: “el que no es contra nosotros, con nosotros
es”.
Ahora, al discernir
cuál es la opción más justa y más humana, como cristianos debemos
primero, cumplir con nuestro papel de mediación en busca de la justicia
y la paz, papel preponderante en nuestra tarea reconciliadora en beneficio
de las partes involucradas en cualquier conflicto social. Segundo, nuestro
papel para exigir de las partes, lo que a cada uno debe exigírsele.
Jesús al joven rico le exigió desprenderse de su amor al dinero, al
igual que a los pobres les exigió fidelidad, amor, actuar sin retaliaciones
y una ética integral.
Por supuesto,
nuestra actitud es de una firme convicción ética al hacer llamados
a actuar con justicia, sin parcializaciones hacia nadie y nada. Así
como veedores para que las partes involucradas estén conscientes de
su condición de hermanos y no enemigos, y que juntos y juntas podemos
vivir en armonía, aún en medio de las diferencias. Se agrega, además
que debemos denunciar las acciones o actos de injusticia, impunidad
y delictuales, que estén presentes en cualquiera de las partes involucradas.
Por supuesto, nuestro papel sanador y proveedor de muchísima esperanza
es vital en estos momentos.
Nuestro papel como cristianos evangélicos en la actual coyuntura venezolana, en síntesis es, desde la opción más justa y humana, cumplir nuestro papel reconciliador, así como recordarles a las partes en conflicto que hay exigencias del Evangelio del Reino de Dios, y que éste es el plan de Dios proveedor de las salidas viables para vivir en paz con justicia y armonía.