Una inusual y solidaria expectativa se observa en círculos políticos de la izquierda argentina, así como en el mundo de la economía, la diplomacia y entre miembros del gobierno del Presidente Kirchner, por la llegada del barco venezolano cargado de fuel-oil.
"De un hecho como este no tenemos memoria en décadas recientes", me comentó un funcionario allegado al Ministro de Economía. Y efectivamente, si exceptuamos los casos de desastres naturales, como la inundación que vivió la provincia de Santa Fe, el año pasado, cuando se vieorn barcos de países hermanos descargando ayuda, no se conoce algo parecido.
En el periodismo fue una de las noticias más comentadas, sobre todo en los programas de opinión. Ovidio Otaviano, productor musical y conductor de un programa de música folklórica latinoamericana en Radio Nacional, señaló en su audición del sábado "Es un hecho absolutamente desconaocido en nuestros países, que un gobierno envíe un cargamento de tanta importancia como energía, a tan bajo precio, de tanta necesidad para Argentina, y sobre todo con tanta expectativa para el mundo político y económico. Es un ejemplo en la reciente historia latinoamericana".
Aunque las fechas de arribo de la embarcación fue cambiando según las condiciones del traslado por el Atlántico, finalmente llega hoy martes, posiblemente cerca de la 1 de la tarde, a la Dársena E, del viejo puerto de Buenos Aires, muy cerca de la Casa Rosada, donde funciona el gobierno central. Este puerto es un testigo mundo de lo que 100 años atrás fue el paso de mercaderías y capitales que convirtió a Argentina en una de las principales economías de entonces, el tercer exportador de agroalimentos.
Hoy martes, presenciará una embarcación de más 300 mil barriles de fuel-oil.
Pero sobre todo, llamará la atención, porque en sus lujosos malecones no estarán los encopetados señorones ingleses del comercio y la banca mundial, que otrora controlaban el comercio argentino.
Esta vez serán centenares de gente humilde de barrios de Buenos Aires, convocados por sus organizaciones sociales, quienes al lado de representantes de ambos gobiernos, verán llegar un barco cargado de soberanía.
